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VIERNES.

Los rayos del sol entraban por esa gran ventana de aquella habitación, la luz se posaba en los ojos del pelinegro, quien se volteaba incómodo tratando de evitarlo y así poder estar cómodamente de nuevo, pero la iluminación llegaba a cada rincón y en ella provenía un calor abrumador.

Rendido abrió los ojos cansado, se asentó y se incorporó en la orilla de la cama. Su tez estaba algo pálida y su mirada de a poco se ponía menos borrosa, se notaban bolsas negras que adornaban sus ojos negros y él sentía que todo su ser estaba de una forma apagada.

-...Siento mi cuerpo...más pesado...-pronunció con una voz átona y ronca.

Su mirada divagaba por su cuarto buscando algo que él ni siquiera sabía que era, no obstante, lo anhelaba en ese momento, como si eso lo tranquilizaria.

Ahí fue donde su vista se quedó fija en un lugar específico, en aquella esquina arriba del mueble, dónde lo primero que resaltaba era el gran cuadro de madera.

Se veía un cielo soleado y la arena, recordaba muy bien ese momento y ese lugar; Ace estaba al frente junto con Sabo, Nami y Robin se encontraban en las reposeras hablando mientras Sanji le servía algo para tomar, Brook dormía en el piso tapado con la arena que solo dejaba ver si cabeza, Zoro dormía en un flotador en el mar, Franky hacía una pose rara en la orilla y Chopper junto con Ussop perseguían a Luffy. El pecoso había sacado la foto en forma de selfie y tomo desprevenido a todos. Una sonrisa sincera se formó en sus labios.

Se sentía más tranquilo y reconfortado, poder recordar y tener algo para conmemorar aquello que le hacía bien. El cansancio disminuía un poco, se levantó de la cama y se dirigió a tomó en sus manos el cuadro para verlo mejor y unas cuantas lágrimas salieron de sus orbes negros. Realmente agradecía en tener a esas personas a su lado y a sus dos hermanos mayores.

Se limpió las lágrimas, miró el reloj que marcaba las dos de la tarde, se cambió de ropa y tomó su celular. Tenía varios mensajes de sus amigos, bajo la barra de notificaciones y con el dedo arrastraba para eliminarlo, se detuvo en el nombre que decía "SHANKS" Y empezó a leerlo; "me quedé dónde un amigo, vuelvo hoy" se sorprendió porque no se había dado cuanta y se sintió muy aliviado de que el pelirrojo no estuviera.

Apagó su móvil y camino hacía la primera planta para comer algo, aunque no le apetecía nada. Se dirigió al heladera, la abrió, se quedó pensado un rato y luego cerró la puerta de la misma.

-Hay cosas ricas...pero aún no tengo hambre, mejor comeré afuera.-dijo caminando hacía la entrada-Aprobechare para ir a ese lugar.

Con una sonrisa se puso sus zapatillas negras, su buzo rojo y sacó de su alcancía plata de su mesada, poniéndola en el bolsillo de su pantalón azul y se marchó de la casa rumbo a la clínica.

Le costó un poco encontrala pero al final estaba en frente de esa clínica de paredes blancas, dibujos por todos lados y alguna que otra envoltura de caramelos en el piso, ubicado en un barrio de mala fama.

Entró y las miradas de algunos ancianos, niños y adultos se dirigieron a su ser como si fueran el FBI, les sonrió por amabilidad y se dirigió a la recepción.

-Buenas tardes.-habló una chica de pelo lila del otro lado de esa cabina, sin dejar de teclear en la computadora-¿Tiene alguna cita?.-preguntó parando lo que estaba haciendo para mirarlo.

-No.-negó Luffy-Vine para ver a una tal..."¿Doctorine?".-dijo tratando de recordad si estaba bien como lo había dicho.

-No, no la tengo.-contestó luffy arqueando una ceja-Ya se lo había dicho.-hablo en un tono un poco serio

-Lo siento, pero sin una cita no podrá ver a Doctorine-san.-se volteo a ver la pantalla y empezar de nuevo a teclear, llevándose una mirada confundida del pelinegro-Como puede ver...Hay muchos pacientes que programaron una cita y están esperando su turno.-señaló la pequeña sala de espera.

-Pero necesito verla, solo será un minuto.-dijo con ansias.

-Señor.-habló la chica con autoridad, tensando al pelinegro-Como le estoy diciendo, programe una CITA, no puedo dejar que entres.

-¿Que pasa Tristan?.-preguntó de repente una anciana; con unos jeans azules ajustados, una top rosa y una chaqueta de cuero, ropa que no concuerda con su edad, pero poco le importaba. Ella estaba apoyándose en la pared dentro de la cabina.

-Nada Doctorine-san, solo que el señor ya se iba, ¿Verdad?.-Tristan le dedicó una sonrisa, una sonrisa que significa que se tenía que marchar.

-No.-volvió a negar seriamente-Solo necesito que me recomiende una medicina y nada mas, me iré enseguida después de eso, lo juro.-miró a la anciana fijamente.

-¿Medicina?...-pensó la anciana.

-Señor, ya le dije que haga una cit-.

-Entonces será rápido.-habló de nuevo la doctora interrumpiendo a su asistente y despegando sé de la pared-Bien, sigueme.-Luffy sonrió muy emocionado.

Pero Doctorine-san!.-se quejó Tristan.

-Basta.-corto el royo-Es el amigo de mi pequeño aprendiz, por esta vez lo dejaremos pasar.-empezó a caminar y Luffy la siguió confundido.

-¿De " pequeño aprendiz" hablas de Chopper, no?-preguntó mirándola.

-Si.-afirmó y el pelinegro sonrió de nuevo.

-Pero....¿Como sabe que soy su amigos?.

-Me vive hablando de ti, es Luffy esto, luffy aquello y Luffy, Luffy, Luffy. -el mencionado se le escapó una carcajada-Además, habla mucho de tu personalidad, cosa que concuerdo de él, ya que me la demostraste hace un momento-se encogió de hombros. Pararon en una puerta y la abrió-Sientate y explícame.-entraron a un cuarto y señaló una silla en frente de su escritorio para que se siente y esté solo asintió-Bueno, empieza a hablar mocoso y se lo mas breve posible.

-Bueno...solo vine para que me recomiende una medicina contra la anemia.-contesto serio.

-¿Contra la anemia?.-preguntó Doctorine confundida.

-Sí.-asintió-Ayer aumento la cantidad de sangre que vomité, eso me deja cansado, sin fuerzas y sin ganas de comer.-acotó con simpleza.

-¡¿Vomitaste sangre?!.-dijo alarmada y sorprendida-¡¿Y cómo que aumentó la cantidad?!.

-Sí.-afirmó.

Qué! ,¡¿Sabes que no es normal vomitar sangre, cierto?!-se levantó dando un fuerte golpe a su escritorio, miró incrédula al jovencito y luego se tensó al notar la poco importancia que el pelinegro le trasmitia-¡ESTO NO ES UN JUEGO MOCOSO!.-posó una mano en su cabeza enojada, quien en su sano juicio piensa que vomité sangre es algo "normal" o que "está bien"-¡TRISTAN TRAEME MI EQUIPO PARA EXAMINAR!.-gritó sabiendo que la mencionada la escucharía.

-¡NO ES NECESARIO QUE ME EXAMINEN!.-sorprendió a la doctora-Se que no es un juego.-Doctorine volvió a mirar al muchacho-Es por eso que estoy acá.-dijo serio Luffy, mirándola con pura sinceridad.

-¡Ja!...eso no es lo que pare-.

-¡Pero...-la interrumpió-Solo vengo por la medicina y nada más!.-dijo-Yo lo sé, lo sé perfectamente...pero no vengo a darle una cura ¿Entiende?, Solo vengo por la medicina y...-hizo una pausa-Y si no me quiere ayudar me iré a otro lado.-habló severamente.

-¿Que...estas diciendo?.-dijo la anciana sin entender.

¿Que era lo que le pasaba a ese niño?, ¿No quiere una cura?...¿Cura para qué?, ¿Ya sabe lo que tiene? ¿Por qué no quiere que lo examinen? ¿Que está pasando? ¿Por qué?. Muchas preguntas pasaban por la cabeza de la doctora y ninguna venía con respuestas y esas respuestas la iba a encontrar examinadolo.

-Doctorine-san traje el el equipo.-tocó la puerta.
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Continuará.

Fin

Tiempo límite [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora