•Doce•

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La mano de luffy por si sola se apoya en el hombro de Camie y aunque lo hizo sin pensar pudo notar que hizo bien en hacerlo, claro está que la reacción anterior de la pelioliva se relajó por aquel toque.

-¿Estás bien?.-preguntó Luffy.

-No...¡D-Digo si!.-estaba nerviosa-No te preocupes, estoy bien.-le restó importancia.

-¿Bueno...?.-el pelinegro solo arqueó una ceja y tuvo que dejar pasar el tema.

-Seguro que debe estar por aquí, no creo que se haya ido lejos.

La voz se escuchó cerca de ellos, Luffy pudo ver como la chica se sobresaltaba y se escondía detrás de él, ella estaba asustada de los muchachos que poco a poco se les acercaban.

Luffy sabía lo que estaba pasando, el no era tonto y menos estúpido como para no darse cuenta, solo habia una respuesta y era totalmente vidente y obvia, hasta un niño de unos diez años ya lo sabría; "Ella escapó de casa y sus hermanos la están buscando".

Y ahí las dudas sobre el "¿Por qué escapó?" Se hacían presente en la mente del pelinegro. Eliminando sus pensamientos que no le debían de importar ya que no era tema suyo, además que era cosa de famila y no se metía dónde no lo llamban, tomó de la mano a la pelioliva y la jaló, arrastrándola por el lugar hasta mezclarse con la multitud.

-¿A-A dónde vamos?.-preguntó sin poner resistencia al ser arrastrada. Caminando por detrás del menor.

-Por mi bebida...-respondió simple-Y por los Takoyaki.-dijo serio.

-¿Eh?.-quedó sorprendida.

-Quedamos en que me ibas a comprar lo que me tiraste y luego íbamos a ir al puesto de tu amigo, ¿Recuerdas?.

-Ah cierto...Por un momento se me había olvidado jeje.-rió nerviosamente.

-Esta bien mientras lo recuerdes.-murmuró.

Llegaron al puesto que anteriormente Luffy había visitado. Camie le compro lo dicho y él aprovechó para comprar otro sabor diferente. Ahora se dirigían al lugar donde vendían "el mejor Takoyaki"; como a ella siempre le gustaba decir y presumir.

-mooh~ ¿Falta mucho?.-esta era la quinta vez que se quejaba el pelinegro mientras caminaba arrastrando los pies.

-Luffy-chin, ni siquiera nos separamos muchos del puesto de bebidas como para que sigas preguntes eso.-se estaba irritando.

-¡Peroo yo ya quiero comer Takoyaki!~.-hizo berrinche.

-¿Eres un niño?.-Camie miró a luffy y éste nego con un puchero-Entonces espérate, no queda lejos desde donde estamos. Es más, desde aquí puedo ver el puesto.-señaló.

A lo lejos se podía solo observar una parte de la decoración del puesto, ya que el gentío tapaba mayormente ésta y solo se veían unos grandes tentáculo que sobresalían del local.

-¡¿Encerio?!.-dijo emocionado.

-Sip.-sonrió.

-¡Entonces apuremos!.-volvió a tomar la mano de la chica arrastrandola.

-¡TE DIJE QUE COMPRARAS CREMA PARA B-A-T-I-R NO PARA COCINAR, MARIMO ESTUPIDO!

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-¡TE DIJE QUE COMPRARAS CREMA PARA B-A-T-I-R NO PARA COCINAR, MARIMO ESTUPIDO!.

-¡ES LO MISMO, CEJILLAS IDIOTA!.

-¡NO LO ES!.

En la cocina de una casa desconocida se encontraba un rubio y un peliverde peleando como ya era costumbre. Sanji enojado reclamaba lo tan estúpido que podía llegar a ser su compañero, ¿Tan difícil era diferenciar la crema para batir con la de cocinar? ¡Pero si los dichosos envases decía cuál es cuál, solo debía leer!... Igual, una parte de él sentía la culpa, ya que le había pedido ese pequeño favor a Zoro, o sea estaba hablando de ZORO; con su pésimo sentido de la orientación y su mente impregnado de puro Kendo, aparte por lo flojo que es, era seguro que no cocinaba y menos iba a saber de ingredientes. En palabras más simple, Roronoa Zoro era un bruto.

-¡Tsk!.-el rubio chasquió la lengua tratando de ya no seguir el tema. No quería que siendo tan jóven le salieran canas. De todos modos debía salir a comprar algunas cosas y entonces aprovecharía para comprar la crema que debía tener-Seguro que cuando te mandan a comprar repollo, llevas lechuga.-se dió la vuelta preparado para el ataque que seguro el moreno le diría por el comentario.

-....

-....

-....-Zoro volteo la cara.

-....-Sanji lo miró sorprendido-¡Pfff!.-se tapó la boca-¡JAJAJAAJA! ¡No puede ser! ¡¿Cuán idiota puedes ser, Marimo jajaja?!.-se tomó de la panza y rió a carcajadas, burlándose de él.

-¡CA-CALLATE CEJILLA ESTUPIDO!.-le gritó avergonzado, con un notable rubor en todo su rostro.

La carcajadas de sanji paró cuando Zoro le lanzó un sombrero de pirata, que se encontraba en unas de las bolsas con las decoraciones del cumpleaños. Se escuchó el sonido seco del sombrero al caer al suelo, un silencio se mantuvo por un momento en el ambiente y luego un aura asesina por parte del rubio se hizo presente.

-Hijo de....-Zoro le volvió a tirar un sombrero interrumpiendo a Sanji.

-Sera mejor que te calles, tengo esto.-de una bolsa diferente sacó tres espadas de juguetes-Y no tengo miedo en usarlo.-sonrió desafiante.

Sanji se mantuvo en silencio, del suelo levantó el primer sombrero que fue arrojado y se lo puso como modo de aceptación al desafío del moreno, se acercó un poco al peliverde y se lanzó atacando con patadas de todas las formas posibles, las más rápidas y las que eran más fuertes, siendo recibidas y retenidas por las espadas de Zoro. La cocina era como un campo de batalla, ninguno de los dos retrocedía, esto se determinaría cuando uno haya caído o se rindiera, esa era una batalla para declarar al más fuerte.

-Ustedes....dos.

Un nuevo sujeto entraba al campo, Sanji y Zoro miraron a la persona que se atrevió a entrar a su zona. El peor error de sus vidas, la amenazante aura asesina que desprendía aquella persona les hizo tragar en seco. No era ni nada más ni nada menos que Nami, quien con un golpe en la cabeza aquellos dos les hizo ver estrellas.

-¡No rompar las cosas, idiotas!.-se llevó los juguetes y las decoraciones.

Ahí se declaró a la ganadora que, con un solo golpe derrotó a sus oponentes. Chopper y Brook miraban en una esquina aterrados, agradecían no haberse unido a la llamativa pelea del rubio vs el peliverde, porque sino, hubieran terminando como ellos ahora
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To be continue

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Tiempo límite [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora