|𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟏 -Un Concierto-|

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Los movimientos ágiles de los cinco jóvenes en el escenario eran captados por cámaras desde todos los ángulos. El sudor resbalaba por la frente de cada uno, reflejando el esfuerzo y la pasión de estar ahí, en su segundo concierto de su primera gira mundial. Ahora, estaban en Japón, su país natal, y la emoción les recorría el cuerpo entero mientras cantaban y bailaban frente a miles de fanáticos.

El escenario estaba iluminado con spots de colores que se movían al ritmo de la música, mientras los gritos eufóricos de sus seguidores llenaban el lugar. Voces que coreaban sus nombres y proclamaban su amor resonaban en el aire, creando una atmósfera vibrante e inolvidable.

“Izuku, Hitoshi, Monoma, Shoto y Denki”. Ese era el nombre en boca de todos. Juntos formaban Glory Five, un grupo musical que, en poco tiempo, había alcanzado la fama internacional, no solo por su música pegajosa, sino también por su innegable carisma y atractivo. La banda había conquistado corazones alrededor del mundo.

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En otro punto de la ciudad, el sol matinal se colaba por las ventanas de una habitación desordenada pero llena de arte. Dibujos cubrían las paredes de Katsuki Bakugou, un chico de diecisiete años, de cabello rubio cenizo y ojos intensamente rojos. Con la concentración grabada en su rostro, trazaba líneas precisas en uno de sus dibujos. El lápiz se deslizaba ágil sobre el papel hasta que el sonido de una alarma lo interrumpió. Era hora de ir a trabajar.

Katsuki dejó con desgano sus lápices sobre el restirador, dejando a medias su obra. Caminó hacia el armario y sacó la camisa del uniforme de su trabajo. Se la puso rápidamente sobre la camiseta de tirantes que ya traía. Frente al espejo, intentó sin mucho esfuerzo acomodar su cabello cenizo, cogió su mochila, cartera, llaves, y salió de la habitación cerrando la puerta con llave. No soportaba la idea de que sus padres entraran y volvieran a criticar sus dibujos.

Al llegar a la cocina, sus padres ya estaban ahí, sentados a la mesa. Ambos estaban absortos en sus teléfonos, ignorando completamente la presencia de su hijo. Katsuki suspiró, tomó un sándwich del plato de su padre sin que este siquiera lo notara y se sirvió una taza de café de la cafetera recién hecha por su madre.

—Haré turno extra... —murmuró más para sí mismo que para ellos mientras sacaba su cuaderno y garabateaba algunas palabras:

"Haré turno extra, no llegaré a cenar. El motor de la moto sigue fallando, así que tal vez la próxima semana les pida el auto para llevarla al taller."

Firmó la nota con un simple: Katsuki. Sin molestarse en repetir sus palabras, dejó la nota sobre la mesa y se dirigió hacia la puerta.

—Eh, ¿dijiste algo, mocoso? —preguntó su madre, Mitsuki, levantando brevemente la mirada de su teléfono.

—Lo escribí —respondió seco, apuntando a la nota antes de salir de la cocina y de la casa.

En el garaje, subió a su motocicleta y, con un rugido del motor, se dirigió a la pizzería donde trabajaba. Nunca le había gustado la comida rápida, pero necesitaba el dinero para seguir comprando su material de arte, ya que sus padres no apoyaban su pasión.

★𝐸𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎 𝐸𝑛 𝐹𝑢𝑔𝑎★ ━━━━━━『𝓚𝓪𝓽𝓼𝓾𝓓𝓮𝓴𝓾』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora