flaws ☮ smith (oneshot)

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 No lo intentes, hermano, ella está jodida.

Eso es lo único que escuché de los labios de Kyle cuando vi a la cantante allí en el escenario. Él, Woody y Will me han traído a ver a una chica que toca en el bar Closer To The Night. Hemos conducido desde Londres a Mayfair, y apenas quiero seguir el insistente consejo que mis amigos siempre me dan… ya me dicen eso.

Creo que debo contar la historia desde el principio. ¿Creen en el amor a primera vista? Pues, eso me pasa ahora que la veo. Tiene el cabello corto y rizado, pintado por completo en rojo chillón; una falda larga teñida en negro y morado, más una camiseta de Guns N’ Roses adornan su cuerpo. Tatuajes le decoran la delicada piel blanca de los brazos; y perforaciones en su nariz y ceja, su rostro. La guitarra acústica que descansa en su regazo empieza a sonar. Esta chica es excelente.

Su voz se abre paso a través del micrófono, y eso termina de hechizarme. Una voz dulce, fuerte y rasposa llena mis oídos. Joder, he oído voces muy bellas, pero nunca una como la de ella. En sus letras, le canta a amores perdidos, a la anarquía y a su anhelación por un bello futuro. Durante una balada, me quedo concentrado en sus labios, pintados en un tentador rojo más oscuro que el de su cabello. De repente, confunde la letra. Suelta una risita que nos contagia y se muerde la lengua mientras retoma el siguiente verso.

Apenas termina el espectáculo, una ovación entera le aplaude. Con timidez, hace un ademán y sonríe. Aún he quedado atónito, lo que hace que sienta algo en la mejilla. Le dedico una mirada furtiva a Kyle, que me pica la mejilla con el dedo índice.

—¿Qué te pasa ahora?—le llamo.

—Oye, ¿quién se quedó enamorado de Liz Disaster?—se burla el moren, lo que me hace golpearlo en la cabeza. Empiezo a balbucear y los demás me interrumpen.

—Aguarda, ¿te gustó Liz?—exclama Woody, como si acabara de decirle algo tan malo como que me he tatuado la cara de Bob Esponja en el trasero. A eso, solo me encojo de hombros.

—No lo intentes, hermano—afirma Kyle—. Ella está jodida.

Trato de no lucir muy afectado por la declaración y trato de pasar lo que queda de la noche de chicos. De repente, parece como si el bar se ha achicado o ha entrado más gente. Suelo sentirme incómodo en espacios cerrados. Soy algo claustrofóbico. Me disculpo con los chicos y salgo un rato de allí. Me recuesto contra el muro junto a la puerta, pero me encuentro con una imagen extraña. En frente de mí, hay un Impala color bordó estacionado. Apoyada sobre el capó, veo a Liz. Tiene un cigarrillo prensado entre sus labios y la noto frustrada porque la correntada de viento no la deja prenderlo.

¿Debería ayudarla? Jamás he prendido un cigarro, pero creo que sé cómo usar un encendedor. Antes de poder hacer un movimiento, la muchacha se acerca a pasos vacilantes. Oh, está viniendo en mi dirección.

—Disculpa—habla por primera vez—, sé que suena tonto pero… ¿Podrías ayudarme? Esta cosa no quiere prender.

Su queja me parece de lo más tierno. Bueno, mis conceptos de ternura tal vez no sean los más convencionales, pero eso lo es. Accedo asintiendo, y ella me alcanza el encendedor. Encierro un poco la llama entre mi mano para que no le llegue el viento. Luego de dos intentos, el cigarrillo se prende. Liz tira la cabeza hacia atrás y exhala un poco el humor junto a un suspiro relajado.

—Gracias, no fumo uno en todo el día—comenta de forma azarosa— ¿Quieres uno?

—No, te lo agradezco, no fumo.

—Solo preguntaba, igual no pareces de los que fuman.

¿Y qué quiere decir con eso?

—¿Por qué lo dices?—cuestiono levantando una ceja.