02| Observen mi nuevo comienzo

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EL CAPÍTULO NO ESTÁ EDITADO, ME DISCULPO POR LOS POSIBLES ERRORES ORTOGRÁFICOS Y GRAMATICALES.

Lizeth

Cierro mi laptop violentamente cuando termino el documental de más de ocho horas sobre el caso de Elisa Lam y lo turbio que puede llegar a esconder el hotel Cecil y me levanto de mi cama estirándome mientras voy al baño y hago mis necesidades básicas.

Mi mamá no llegó a la casa

Mamá no amaneció en la casa y tampoco se ha comunicado conmigo, no me molesta, cada una de las interacciones con ella termina en una discusión y no quiero discutir, estoy cansada, ya no quiero hacerlo pero aveces es tan difícil.

Soy muy conciente que no soy el tipo de hija que ella hubiese querido, creo que nadie quería tener una hija como yo, y está bien, no busco ser pretenciosa al respecto.

Pero una pequeña parte de mí, esa que guarda un poco de fé en ella, pensó que estaría aquí hoy, precisamente hoy, retomo  la universidad, es un gran paso o bueno, para la mayoría de los padres lo es.

Empecé a estudiar actuación porque mi padre decía que se me daba muy bien, luego ocurrió todo y viaje a República Dominicana donde me tomé un año sabático, al trasladarme aquí no quise seguir con la carrera y me inscribí en este nuevo inicio de año escolar universitario en una licenciatura totalmente totalmente diferente, Criminología, esa escogí. Nunca me planteé estudiar en el extranjero, mi mente no tenía cabida para eso, pero tampoco quería regresar aquí.

Pero supongo que a la vida le encanta burlarse en mi cara ya que como Ulises el del libro la guerra de Troya: regrese a mi patria. Literalmente di una vuelta como el ángulo de 360 grados, cambié mi posición, pero volví a ella. Una ruleta constante donde se entiende que cuando te detengas, regresarás al inicio.

¿Que simboliza mi regreso si no una vuelta al punto de partida?

Me miro en el espejo y me molesta, me molesta que mi exterior se vea tan bien comparado a mi interior, mis emociones son un asco ya que también me emociona lucir bien porque de esa manera todos piensan que estoy bien y nadie me hace preguntas y mucho menos me someten a momentos incómodos. ¿Crees que estoy loca, cierto?

Termino de colocarme lápiz para disminuir las ojeras y me levanto a sacarme la toalla y así tomar una jean en color beige y un suéter enorme color gris y una sandalias bajita, común.

Mi cabello esta amarrado a una coleta alta, la cual envuelvo en un moño dándole forma circular.

Ya lista, tomo mi mochila color rosa y depósito dentro todo lo que podría llegar a necesitar y de último, abro la caja y saco de ella el nuevo celular que viene con su cargador, protector y unos AirPort. Lo mande a encargar con Yanela, la muchacha del servicio.

Salgo de mi habitación cerrando las puertas tras de mí, me dirijo a la cocina sorprendiéndome cuando no veo el personal y tomo de la nevera un energizante natural porque verdaderamente lo necesito. Estoy obsesionada con estos vive100 de arándanos, son buenos y refrescantes.

Introduzco mi mano izquierda a la despensa con variedad de galletas para sacar un paquete, también aprovecho y tomo de los gabinetes de cocina un termo para depositar agua, pero entonces me detengo y siento resbalarse de mis manos la galleta y el termo, lo siguiente es el ensordecedor ruido que es capaz de producirme daños acústicos, pero eso no lo es importante, ya que mi mirada observa un punto fijo.

Veo aquél vaso plástico color verde que me devuelve al pasado y es que para algunos puede ser estúpido, pero cuando alguien no está, lo más tanto se vuelve lo más significativo. Extraño sus risas, extraño su voz.

Fichen:Érase una vez un crimen (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora