Sustancia Explosiva

Capítulo IV

Caminaba por las calles vacías de Seúl, la calle estaba en completa penumbra, y llevo sintiendo hace una cuadra y media, que me siguen pero, no he visto a nadie. El tono de mi móvil me sobresalta, es Jimin

-¿Qué quieres? -digo de mala gana por el susto

-Zasha, ¿¡por donde andas?! -me dice gritando, a lo que tengo que despegar el teléfono de mi oído

-No me grites Jimin, y ando por la avenida Samgyu, ¿porque? -seguí mirando atrás, todavía tenía la sensación de que alguien me seguía

-¡¡Sal de ahí inmediatamente, Zasha, hace una hora vieron a Kai por esa zona!! -y ahí empiezo a asustarme, tal vez la persona que me sigue es él, lo mejor en estos casos es correr

Empiezo a caminar apresuradamente para encontrar la primera zona con luz que vea, saco un espejito que siempre llevaba en el bolso para casos de emergencia, intento ser lo más disimulada posible para mirar por el espejo hacia atrás y veo a un hombre vestido completamente de negro, con un cubrebocas en su cara, es Kai, lo reconocería en cualquier lado. Intento caminar lo más rápido que mis piernas me permiten, él también está acelerando el paso pero, de un momento a otro se para en el centro de la calle

-¡Zasha! -al decir mi nombre, me quedo congelada en mi sitio -¿Pensabas que me olvidaría de tí?

-¿Qué quieres de mi Kai? -intento hablar lo más segura posible y coger mi teléfono para comenzar a grabar mi conversación con Kai, con esto tendría las pruebas necesarias para presentar mi caso con la policía

-Solo quería pasar a saludar a mi vieja amiga -se iba acercando peligrosamente hacia mi posición

-No soy tu amiga, Kim Jongin -digo despectivamente

-No, no lo eres pero, eres la niñata que me jodio la existencia -de su bolsillo trasero saco una navaja y se comenzó a acercar sigilosamente

-Eso pasó hace años, ya supéralo y además no iba a permitir que salieras impune de un asesinato -dije mientras me ergia para que mis palabras salieran con más seguridad

-Por eso ahora me voy a cobrar todos los años que pasé en prisión -sentía como sus palabras salían con total repugnancia y desprecio

-Quiero ver que lo intentes, ya no soy la misma niña que en ese entonces

-Ya lo veremos cuando te mate, maldita -ví mi vida correr delante de mis ojos en un segundo, en ese momento solo pensaba que iba a morir pero, mi Ángel Jimin llegó en ese momento con la policía. En el momento que Kai escucho las sirenas de la policía, salió corriendo como alma que lleva el viento, no sin antes decirme estas palabras

-Yoongi te manda saludos, maldita -en ese instante casi se me sale la vilis por la garganta, él tenía a Yoongi

-Zasha, ¿estas bien? -Hoseok y Jimin llegaron a mi lado casi corriendo -¿Que te dijo? -preguntó Hoseok

-Jimin... -no salía de mi trance, mi cuerpo temblaba como nunca

-Dime, ¿que pasó? -Jimin se estaba desesperando

-Kai tiene a mi hermano, tiene a Yoongi -las lágrimas caían por mis ojos cual cascada

Viví atrapada en una mentira, Yoongi no se había escapado de casa, él lo había secuestrado.