ᴍᴏᴛɴ | 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝔰𝔢𝔳𝔢𝔫

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kore wa, zakkubaran ni (itte), keikaku datta.



— yuta sonrió, tendrían que ponerlos los planes en marcha, sabía lo que debía hacer, esto era lo que había esperado, que los ineptos italianos firmaran el tratado de paz para desde dentro de aquella tregua hacer sus movimientos despejando la atención de ellos, bueno, en parte.


— hola, bangchan, necesitamos hacer negocios — nakamoto habló por su teléfono con el líder de la provincia de gyeongsang del sur, un australiano que había hecho crecer en un año un pequeño imperio en la provincia, independizandose de yuta, siendo lo suficientemente inteligente.


— donde siempre, a las tres, sé puntual — christopher le respondió y la línea se cortó, simple, como a yuta le gustaba.


— ty, pequeño — yuta movió el cuerpo que estaba enrollado a su cintura en la cama donde estaba sentado, su torso sin polera y su pelo azul revuelto, la maraña de pelo rosa se movió negando, le costaba demasiado despertar a taeyong cuando estaba tan cómodo y calentito. — tenemos trabajo que hacer — nakamoto y lee se habían permitido ser cariñosos, aún las cosas seguían tensas entre ellos y era cuestión de tiempo que volvieran al trato normal, siempre era un trato cariñoso después de pelearse para volver al trato arisco, una maldita rueda que no tenía comienzo ni fin.


— ya voy dame la llave de la ducha por favor — taeyong pidió con un puchero aunque el líder yakuza no podía verlo, yuta se paró de la cama revelando su desnudez y se encaminó al baño, abriéndole la llave de la ducha a taeyong se posó en el lavamanos, tomando su cepillo de dientes para lavarlos, al baño ingresó un adormilado taeyong con el grande cubrecamas de la habitación envolviendo su cuerpo, yuta se rió de él para después darle la espalda, cuando taeyong ingresó a la ducha, yuta estaba escogiendo la ropa para él, taeyong tendría que pasearse hasta su habitación por prendas.


— ¿a dónde vamos? — taeyong gritó para ser escuchado en la gigantesca habitación.


— vamos con bangchan — nakamoto gritó en respuesta, ty sonrió si tenía suerte vería a changbin y podría coquetearle un poco, y poner incómodo a félix de paso, le vendría bien divertirse un poco.


ambos se bajaron del automóvil entrando al restaurante de comida mexicana, bueno, era el local de encuentros de la mafia de gyeongsang del sur, el local se encontraba vacío por la calidad del encuentro que tendrían, tomaron asiento en la mesa que les indicaron, habían estado con esta ya tres veces dentro del restaurante, sus ojos se fijaron en los tres jóvenes que venían caminando, la sonrisa de bangchan, casi tan buena, como si fuese una especie de buena persona, como si no tuviera tanta mierda en el expediente, casi como si fuese candidato a gobernador, amado por todos, odiado por pocos.


— hola — cuando christopher dejó de hablar los tres muchachos al unísono hicieron una reverencia, taeyong quiso vomitar, ¿quién respetaba las edades? él solo le decía hyung a jaehyun y de una forma sexy.

𝐦𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭 || ʲᵃᵉʸᵒⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora