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—... lleno de muggles, por supuesto...

Harry se volvió para verlos. La que hablaba era una mujer regordeta, que se dirigía a cuatro muchachos, todos con pelo de llameante color rojo. Cada uno empujaba un baúl, y llevaban una lechuza.

Ahí estaban los Weasley. Draco habia dicho que las mejores actuaciones y mentiras eran las que se creían, entonces inhalando aire intentó que al abrir los ojos parecer lo más confundido posible.

Se acercó.

—Discúlpeme —dijo Harry a la Sra. Weasley.

—Hola, querido —dijo—. Primer año en Hogwarts, ¿no?...

Lo había logrado, pensó una vez sentado a solas en su compartimiento.

Los gemelos acababan de irse luego de ayudarlo con su baúl.

El tren comenzó a moverse. Pronto tendría que llegar Ron, al terminar el pensamiento, la puerta de compartimiento se abrió.

Harry negó con la cabeza y el muchacho se sentó. Lanzó una mirada a Harry y luego desvió la vista rápidamente hacia la ventanilla, como si no lo hubiera estado observando. Harry tuvo que ocultar su sonrisa.

Los gemelos volvieron, se presentaron y volvieron a irse. Tal y como la primera vez.

—¿Eres realmente Harry Potter? —dejó escapar Ron.

Harry asintió.

—Oh... bien, pensé que podía ser una de las bromas de Fred y George —
dijo Ron—. ¿Y realmente tienes... ya sabes...?

Señaló la frente de Harry.

Harry se levantó el flequillo para enseñarle su cicatriz. Ron la miró con atención.

—¿Así que eso es lo que Quien-tú-sabes...?

—Sí —dijo Harry—, pero no puedo recordarlo.

—¿Nada? —dijo Ron en tono anhelante.

—Bueno... recuerdo una luz verde muy intensa, pero nada más.

La conversación siguió, pasando entre información de la familia de Ron y apenas sobre la suya (cuando vio a "Scabbers" tuvo que usar todo su autocontrol para no tomar a la rata y tirarla por la ventana), hasta que la mujer del carrito llegó.

Compró un poco de todo lo que habia allí, poniéndola sobre los asientos vacíos. Convenció a Ron para compartir lo comprado y tuvieron una charla sobre los dulces que tenían.

Hizo como que se sorprendió al ver a Dumbledore desaparecer de su cromo.

Neville apareció preguntando por su sapo. Minutos después, cuando Ron alzó su varita para intentar poner amarilla a la rata, fue Hermione la que llegó y pregunto por el.

—¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno —dijo. Tenía voz de
mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos. Era bastante pequeña.

—Ya le hemos dicho que no —dijo Ron, pero ella no lo escuchaba.

Estaba mirando la varita que tenía en la mano.

—Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces vamos a verlo.

Se sentó. Ron pareció desconcertado.

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