One.

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Era una linda tarde, soleada de otoño con una pequeña brisa, las hojas secas anaranjadas y marrones volaban entre las líneas imaginarias del viento que soplaba, hasta que desperté y veía borroso... Pero ahí estabas... Oh dios mío, no quiero ni pensarlo, porque cada vez que lo hago no puedo contener mi alma quebradiza en más de un billón de pedazos, ojalá poder revertir el tiempo amado mío, mi amor eternamente para tí, reflejado en aquellos ojos marrones que tanto supe adorar cada mañana al despertar.. Ojalá poder volver a verlos mi amor.. Eso haré te lo prometo que esta tarde otoñal no me detendrá, volveremos a vernos y caminaremos unidos nuevamente. Te lo prometo.

Atte: Mick Mars, tu prometido.

𝓗𝓸𝓻𝓪𝓼 𝓪𝓷𝓽𝓮𝓼...

-Micky!- Vince se le abalanzó al pelinegro y lo abrazó mientras sostenía un papel ya firmado por los dos, sollozando de felicidad.

-Lo conseguiste?- Mick hablaba con la voz algo temblorosa, pues estaba nervioso y no sabía si funcionaría, además de que había más de un papel con el logo del hospital.

-Si! Estoy embarazado!-

-Oh Dios! Alfin! Lo hemos logrado pequeño mío!-

Se unieron en un tierno beso, lleno del amor que se tenían, mientras el mayor sostenía a su pequeño en brazos dando unas suaves vueltas, mientras Vince elevaba las piernas un poco doblando sus rodillas para que sus pies no tocasen el piso. Hasta que el aire se hizo ausente de forma excesiva, no se separaron ni un milímetro sus labios, quedando levemente hinchados y más rojizos al estar bastante rato besándose sin importarles que lo estuvieran haciendo en la plaza central de la ciudad, frente a la iglesia y a unas tres cuadras del hospital de donde había salido Vinnie minutos antes con los papeles en mano.

La parejita ignoró algunos insultos y murmullos por parte de los religiosos y algunos no religiosos pero que piensan igual, de una forma tan errónea que llega a ser repugnante.

Se subieron a su moto, Vine sentado entre el volante y los brazos de su pareja, ambos con casco y Mick encendió aquella moto azul y con diseños en blanco último modelo, como si fuera de motocross, exactamente esos hermosos modelos semi-deportivos en las motos. Conducían alegremente hasta la cafetería donde compraron dos cafés recién hechos y unas medialunas tibias a la temperatura perfecta, tomando la pequeña bolsa de papel con el logo del Starbucks en ella y dirigiéndose a su cabaña de nuevo en un pequeño campo, ambos eran más que felices, llevaban tres años felices compartidos uno al lado del otro.

Empezó a llover no irónicamente, llovía fuerte con granizo y Mick, estacionó en una gasolinera YPF, para cargar combustible, mientras ambos chicos de 19 y 24 años, tomaban su café esperando a que la mujer que los atendía acabara de cargarles el combustible.

Disparos y gritos se oyeron, Vince por instinto y amor, se colocó delante de Mick, derramando su café al arrojarlo al suelo. Abrazó al pelinegro con fuerza y llorando en silencio le sonrió por última vez, mientras sus dientes blancos se tornaban color cereza, su piel palidecía y su abdomen estaba semi atravesado a base de un balazo erróneo del ladrón que asaltaba el café de la gasolinera, dejando algunos heridos a base de golpes y un chico que poco a poco se adentraba en un sueño eterno.

Vince, parpadeando suave y con una sonrisa, mirando a su amado a los ojos le robó un último beso mientras sus lágrimas se mezclaban, para dos minutos más tarde Vince cae rendido a Mick, encima suya con su espalda media llena de sangre y con un agujero en el costado derecho. Susurró en su oído débilmente:

-Te amo Micky y siempre lo haré, desde las estrellas te vigilaré, desde el viento te hablaré, desde el agua salada del mar te bañaré y desde mis recuerdos te mimaré cada noche antes de dormir. Te amo y siempre te seré fiel desde el más allá..-

-No me dejes Vinnie porfavor! Resiste la ambulancia ya viene en camino!-

-No resisto, me ah.. Dado.. En un.. Punto muy.. Delicado.. Prométeme que siempre me serás fiel, nunca me vas a olvidar y que siempre me amarás-

-Lo prometo y lo juro por mi nombre, solo no me dejes, te amo te amo te amo-

-Yo más Micky... Te veré en las estrellas..-

-No! Vincent Neil! Quédate conmigo porfavor! Te necesito!-

-....-

En ese momento, Mick se maldijo, maldijo al ladrón y su arma, su disparo erróneo, al mundo, a todos y cada uno de los seres vivientes que habitaban en la tierra por arrebatarle lo más lindo que tenía en su miserable vida. Maldijo a la ambulancia por no llegar a tiempo de quitar la bala y cicatrizar la herida, su amado aún seguiría a su lado, tomando café, cantando a su lado mientras lo acompañaba con su guitarra, tocando su suave piel, besándolo con todo el amor que le tenía y le tendrá, abrazándolo para dormir, poder escucharlo contar chistes malos, andar en motocicleta juntos y lo que más anhelaban los dos, tener un bebé..

Se puso a golpear con su odio, dolor y tristeza mezclados en sus nudillos de sus puños cerrados al ladrón, hasta que llegó la policía, los separó y dejaron a Mick y Vince en la ambulancia estando uno muerto y el otro todo moreteado. El ladrón fué sentenciado a prisión, entre 17 y 27 años por robo a mano armada, posesión ilegal de armas de fuego, robos acumulados escapando de la ley, un asesinato inconciente y posesión de drogas.

Para Mick eso no era nada ni una mierda de justicia por Vinnie, quién declaró todo de pé a pá en la corte, entre sollozos consolados por Nikki y Tommy, escupiendo la cara del jodido ladrón que acabó con la vida de un pequeño joven de apenas 19 años, con sueños y muchos chistes malos que contar, una familia por formar y un gran amor por dar a pesar de la mierda de vida que soportó durante años, una vez que era feliz, solo lo fué por literalmente tres cortos años al conocer a Mick por parte de los chicos...

-Mick cálmate!- habló Tommy, sosteniendo de un brazo al hombre nombrado, mientras su pareja sostenía el otro y trataba de calmarlo.

-No! Déjenme golpearlo hasta la muerte! Me arrebató mi vida entera!- el pelinegro se había vuelto loco, mientras insultaba de forma alocada y desbaratada, al asesino de su amado, con cualquier barbaridad que se le ocurriese.

𝐸𝓍𝒾𝓉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora