El lado ciego del amor 2.5 Juliantina

Capítulo Catorce

Juliana distraídamente, dio un golpe con el borrador de su lápiz número dos, en contra el libro de texto abierto delante de ella, segura que de alguna manera, el golpe rítmico le ayudaría a concentrarse. Leyó tres sentencias antes de que su mirada vagara alrededor de la cocina. La hora en el microondas marcaba 7:49, y se quedó observándolo hasta que los números cambiaron. Quedaban Diez minutos de su tiempo asignado al estudio, y suspiró con ansiedad "para pasar a otra cosa".

El departamento estaba en silencio, salvo por el suave zumbido de su ordenador portátil y, a pesar de su resolución de ponerse a estudiar, no podía dejar de leer las palabras en la pantalla. Aunque aún no había respuesta, Juliana acababa de cerrar el último correo de Macarena. Le dio algo en que pensar durante sus momentos de indecisión, el pensar en el amor, la vida y las relaciones parecía mucho más interesante que la resolución de ecuaciones redundantes.

La artista miró en el microondas de nuevo: 7:51. Es lo suficientemente cerca de las ocho, decidió, golpeó y cerró el texto de pre cálculo. Todavía tenía días antes del próximo examen. Aliviada, y sintiéndose productiva, acercó su laptop y su tarea quedó fuera de su camino.

Después de agarrar una botella de jugo del refrigerador, se sentó de nuevo y comenzó a escribir su respuesta.

Querida Macarena,

Solo he tenido una relación, ciertamente no soy experta en los caminos del amor. No recuerdo exactamente cómo Sergio y yo nos juntamos para empezar. Me acuerdo de los fundamentos, el dónde y cuándo y cómo nos conocimos, pero no puedo recordar el momento exacto cuando fuimos de extraños a amigos y luego más que eso.

Lo único que sé es que nos reunimos en una galería de arte hace muchos años. Mi mejor amiga, Eva (ahora mi compañera de piso), pensó que sería divertido colarse a una fiesta benéfica, organizada por una artista totalmente sobrevalorada de Nueva york. Recuerdo que nos vestimos elegantemente y Eva me hizo ensayar un "guion" que había inventado y que íbamos aprendiendo durante el viaje en metro. Supongo que aquí es donde se me reveló que mi mejor amiga es actriz. Pintamos un panorama bastante cliché de Nueva York, ¿no es así? una artista luchadora, y una esperanzada actriz...

De todos modos, pensé que la idea de Eva era descabellada y ridícula, y creo incluso que la única razón por la que estuve de acuerdo en ir es que, nunca pensé que nos dejarían entrar...

¿Como ocurrió?, el tipo del control de invitaciones resultó ser un viejo amigo de la escuela secundaria de Eva y nos dejó pasar. Es extraño cómo las cosas pasan, ¿no?

Tengo que decir que Sergio estaba allí. Su familia es muy de la de élite de Nueva York. Ellos están en todas las reuniones y, por extensión, también lo está Sergio.

Trato de recordar el momento en que nos encontramos, pero es confuso. No recuerdo si él estaba mirando una obra de arte o si sólo estaba de pie cerca de la obra, pero recuerdo que me sonrió. El diálogo se escapó de mí, probablemente porque estaba demasiado nerviosa acerca de ser atrapada. Así que recuerdo que cuando él me sonrió, me puse muy nerviosa. Yo pensé: "Oh, no, él puede ver que yo no pertenezco aquí..."

Pero él sólo quería conversar acerca de cómo la fiesta era aburrida y de cómo sus padres lo habían obligado a asistir. Me sentí en confianza, y comencé a relajarme, olvidé la fiesta o el hecho de que Eva había desaparecido en la multitud dejándome sola.

No puedo decir que pensé que podría lograrse algo. Fue sólo una conversación, e imaginé que una vez que nos quedáramos sin que decir... le sonreiría educadamente y me disculparía a mí misma. Puedo decir, que lo miraba como una persona cualquiera y no como una persona de la élite. En absoluto lo encontré engreído o egocéntrico, supongo que, por eso, a pesar mío, le di mi número cuando me lo pidió. Bueno, eso, y que yo no sabía cómo negarme.

Estoy tentada a decir, "Y entonces el reloj dio la media noche y huí de la fiesta, dejando atrás uno de mis zapatos de Payless barato..." Pero, no lo haré. Bah.