Día 4: Enfermedad

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😩💊🛌🏼💕

Se lo dije hasta el cansancio; lo repetí más de tres veces.

Puse mi cara de enojado para que me tomara en serio. Fui muy enfático:

"Noriaki no puedes comerlo tu solo"

Pero qué fue lo hizo?, me ignoro olímpicamente y se dedicó a llevarse más cucharadas a la boca

- Esh mi umpleañosh - trato de decir con la boca llena

Giré el rostro harto para dejar de ser testigo de lo que sabía cómo acabaría. Ya lo he visto pasar por eso antes, y él lo sabe

Pero hace oídos sordos cada que mira esa bendita fruta

No puede limitarse a un par. Un par en cada comida no me parece una idea tan descabellada

Y ya lo había convencido, estaba dispuesto a dejar de atragantarse con tantas cerezas a la hora de comer

¡¡Lo convencí!!

Pero llega la semana de su cumpleaños y ¿Qué es lo que sucede?

Que las benditas cerezas están en cada postre que le obsequian; sus padres, sus compañeros de trabajo, las vecinas del piso de abajo con las que charla los sábados, el viejo, Avdol y Polnareff; mi madre, hasta los que le dio la encargada de esa tienda de ropa que no disimula lo mucho que le gusta y que, podría jurar, en más de una ocasión se le acerca para oler su cabello.

Todo hecho con cerezas

Pasteles, chocolates, paletas, tartas, mermeladas caseras, grajeas, crepas, empanadas, bebidas... ¿Cuántas benditas cosas se pueden preparar con cerezas? Bueno no me pondré a investigarlo, lo que encontrase enlistado sé que Nori lo comería, tampoco entiendo ese metabolismo que tiene... ¿A dónde se va todo lo que come?

En fin...

Su semana de festejos, lo dejo justo como está ahora

Con una indigestión marca diablo y agitando esa campanita cada 20 minutos

El pay helado de mi madre fue lo último que probo

Tuve la osadía de pedirle un poco, la comida de ella es mi preferida; pero no merecí ni una triste migaja

Pues bien; por la noche, estando a punto de dormir; mientras yo leía un poco y el buscaba en Netflix que ver; escuche LA frase

- Creo que me duele el estómago

En serio pensé

- Jojo me escuchaste? - arrojó el control del televisor al taburete de la esquina - no sé qué habrá sido, pero creo que algo no me sentó muy bien

- Quizás es el karma – seguí mirando mi revista – por no haberme dado ni una probadita de ese pay

Me arrojo una almohada a la cara

- Voy por un poco de agua señor gracioso

Su sonrisa era hermosa, si se comparaba con su terquedad, eran prácticamente iguales

- Jotarooooo – escuche lastimeramente con la campanilla de fondo

- ¡Ya voy! – seguía en la cocina, terminando de preparar la infusión indicada por el médico

Desde que despertó no había parado; idas constantes al sanitario, esas arcadas que parecían incontrolables y que surgían repentinamente al hacer una lectura mental de todo lo que había comido y que pudiera haberle enfermado

Fueron todas esas pinches cerezas, pero mejor no dije nada

Lleve un médico al apartamento, quien diagnosticó dispepsia; o una simple indigestión, sumado a que, al parecer, las vecinas no sabían de su intolerancia a la lactosa

De acuerdo, no fueron solo las cerezas, pero si eran las responsables directas

- ¿Cómo te sientes Nori?

- Siento que quiero vomitar, pero ya no quiero levantarme

Era un 'todavía mal, estoy sufriendo' entre líneas

Acerque a su lado de la cama la bandeja con la bebida y el pan tostado que su estómago requería

Miró el contenido en el plato y dibujó una mueca entre disgusto y tristeza

- Así sin nada, no me gusta

No me reí porque si lo hacía se molestaría y terminaría con más dolor del inicial

- Esta no es la forma de pasar un día en la semana de tu cumpleaños – se giró en la cama, cubriendo su cabeza

- Nori, no dramatices – frote su espalda tratando de reconfortarlo – el malestar disminuirá para mañana si descansas, tomas tu medicina y bebes líquidos

- Pero aún me faltaban los chocolates que me enviaron Jean y Avdol – chillo debajo de la sábana – esos eran para comerlos contigo

- ...

- Escuchaste al doctor, nada de chocolate en dos semanas, ¡No es justo! – el bulto se retorció y comenzó a soltar quejiditos

Suspiré resignado, o maravillado no lo sabia

Así es él y creo que por eso sé que es el amor de mi vida; aunque es un hombre maduro, arma estas escenas infantiles de una forma adorable cuando se lo propone, este enfermo o no

Es mi otra mitad, porque me gusta seguir su juego, caer en esa interacción tan nuestra; ese algo que solo podemos tener él y yo, sin nadie mas

Rodeé la cama y lo alcance bajo la tela que seguía envolviendo, solo para encontrarle echo bolita, con el rostro en un puchero y unas tenues gotitas saladas en sus amatistas ojos

- No llores Nori – peine sus rebeldes y rojos cabellos para admirar bien su rostro – no pasa nada, lo podemos dejar para después y lo sabes

- Pero... Es que es un día especial Jojo, yo... – mordió su labio inferior dudoso de seguir hablando – no deseaba enfermarme y menos ahora

- A mí no me molesta pequeño – acerque más mi cuerpo al suyo, para abrazarle y hacerle sentir con esa caricia lo que estaba a punto de decirle –¿Sabes? cuidarte hasta que te sientas mejor nunca ha sido problema. Pienso que es otra forma de hacerte saber cuánto te amo

Sus ojitos brillaron y la piel de su rostro trato de asemejar el color de su cabello

- No me digas cosas tan tiernas cuando estoy así

- ¿Cómo así? – acarició sus suaves manos apenas – enfermo?

- Exacto, debo verme horrible

- No te has visto cuando recién te levantas – bromee con algo que sabía que le animaba – ese rizo tuyo siempre quiere asfixiarme

- Eso es porque siempre que me abrazas, babeas todo mi cabello

- Yo no babeo

- Lo haces – me abrazo – y además, roncas muy fuerte, pero sin esos ronquidos yo no dormiría igual; tengo la seguridad de que, si alguien entra a robarnos, huirán despavoridos al escucharte

Lo acuné entre mis brazos, ya que lo sentí buscar mi pecho

- Entonces lo estoy haciendo bien

- Lo haces excelente - susurro antes de quedarse dormido

Aspire el aroma que desprendía su cuerpo; cerezas, aun con todo y su padecer, seguía oliendo a esas benditas cerezas 


🥰🥰🥰🥰

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