Coᥒfᥙsιóᥒ.

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—¿Serás el siguiente?

Maki se acercó ofreciendo un arma dejando a unos Itadori y Panda tirados en el suelo con escasas energías como para volver a ponerse de pie; Yuta realmente se cuestionó si debería de aceptar o no, por lo que una sonrisa un tanto nerviosa escapó de sus labios acompañada de una expresión tímida, negándose evidentemente.

—Lo tomaré como un sí.

La chica le aventó la lanza y apenas logró atraparla, lo siguiente que pudo divisar fueron golpes seguido de más golpes. A duras penas las esquivó una a una, exceptuando la última, la cual logró que perdiera el equilibrio y cayera. Un momentáneo y punzante dolor sintió cuando su trasero toco el suelo,

—Has estado muy distraído estos últimos días, Yuta, eso no es propio de ti... bueno, al menos no cuando entrenamos. ¿Sucedió algo?

Un rápido recuerdo de Toge sonriendo mientras los penachos de los dientes de león volaban a su alrededor se vino a la mente de Yuta y como tal, no pudo evitar el sonrojo carmesí que se formó en sus mejillas. No entendía como aquello había causado tanta conmoción en él, quizá era por haberlo escuchado decir una palabra diferente o quizá fue su sonrisa, ambas cosas lo tenían fuera de sí. Aclarando su garganta y sacudiendo su pantalón se acercó a Maki con la intención de cambiar el tema.

—No sucede nada. —respondió mientras jugueteaba con la lanza pasándola de una mano a otra— Es solo que no he dormido bien.

Un bufido que a los pocos segundos se volvió una risa escapó de los labios de la chica y acortó la distancia entre ambos con una estocada sin reprimir su fuerza. —¿Esperas que te crea, Okkotsu? Has estado extraño desde que fuiste a aquella misión con Toge a Kamakura, no me tomes por estúpida.

Por inercia y claramente sorprendido, el azabache cruzó la lanza sobre su pecho para amortiguar el golpe, algo que pudo ser bastante serio si le hubiese llegado de lleno, sin embargo, pudo sentir la fuerza de su compañera en aquel golpe. Frunciendo el ceño se mantuvo firme mientras sus pies aplicaban la fuerza suficiente sobre el suelo para no ceder, lo cual hizo que Maki retrocediera con una sonrisa divertida. —¿Al fin pudiste confesarte?

Yuta sintió como su corazón dejo de latir por unos segundos y su respiración se detuvo, no podía creerlo ¿Qué tan evidente era? ¿Cómo es que ella sabía algo al respecto? Maki por otra parte pudo notar como el color se iba de la piel del azabache y en su lugar solo quedaba un pálido rostro ojeroso provocando que un sonido de desagrado saliera de ella.

—¿Aún no lo haces?

—¿Cómo es que sabes? —pregunto rápidamente sin aires y se le acerco tomándola del brazo— ¿Quién te dijo?

—¿Decirme? ¿De qué hablas, Yuta? No hablas con nadie de eso, no soy tonta, además. Incluso si estas cosas no me interesan, puedo notar el cómo miras a Toge y ese sonrojo que aparece en tu cara solo cuando lo miras. —respondió casi ofendida al respecto— Solo un tonto no se daría cuenta.

Agregó para después zafarse de su agarre y acomodarse sobre su arma apoyada en el suelo mientras lo observaba. La sorpresa comenzaba a esfumarse del pálido rostro de Yuta y en su lugar quedó una expresión desanimada. No vio venir aquello; si es cierto que se pudo haber negado rotundamente, pero era demasiado consiente que su mayor defecto era no saber mentir. Por otra parte, Maki era inteligente y perspicaz, además no había notado que tan observado era por ella, a estas alturas suponía que podía ser la mayoría del tiempo como para que llegara a esa conclusión de manera tan firme.

—Man... Mantén el secreto por favor... —murmuró apretando levemente los puños mientras mantenía la mirada gacha.

—¿Qué te detiene? ¿Es por "eso"? —preguntó la chica luego de unos segundos en silencio. Sabía que con aquel énfasis se refería directamente a la maldición que en el pasado lo llevó a tener momentos desagradables, Yuta guardó silencio. Antes de continuar, Maki suspiro pesadamente y se llevó la mano a la cabeza, como si tuviera una lucha interna con sus palabras intentando elegir cuales decir— Eres fuerte. —sentenció, logrando que el azabache levantara la vista— Pero cuando actúas de esta manera me dan ganas de patearte el trasero como no tienes idea. No sé mucho sobre tu vida o tu pasado, pero estas vivo y eso es lo que importa. Eres ridículamente fuerte y con una voluntad que no titubea a la hora de combatir contra esas cosas allá afuera.

Su diestra se elevó en un ademán para apuntar más allá de las fronteras que conformaban el establecimiento. Mantuvieron contacto visual por unos segundos antes que Yuta pudiera responder, pero Maki lo interrumpió.

—A lo que voy es... vive del presente y no del pasado, Yuta. Aquello dolió y dejó marcas, pero en el ahora es donde estas aplicando lo que aprendiste de ello para no volver a lo mismo.

Maki tenía razón y lo peor es que él era consiente de eso, ha vivido reprimiéndose de muchas cosas las cuales sentir por miedo a lo que haría Rika si se entera. Era cierto que en la actualidad tenía el poder suficiente como para mantenerla bajo control, pero el miedo era más fuerte, las pesadillas suelen tenerlo noches enteras en vela y en ocasiones lograba hacerse daño a sí mismo. Su miedo entraba cuando pensaba que alguna vez podría causarle daño a alguien más a causa de ello, sobre todo a Inumaki. Se sentía acobardado de cierta manera.

—¿O solo tienes miedo a ser rechazado?

—¿Eh? —A penas fue consciente de los sentimientos que mantenía por el grisáceo, jamás pensó en aquella posibilidad ya que el confesarse no era opción. Definitivamente Yuta solo estaba confirmando que Maki era fuerte no solo físicamente, sino también con su fuerte sentido de honestidad.

—¿No habías pensado en esa opción?

—No le diré.

—Que aburrido eres. —Sin más, la chica se alejó con el arma entré sus brazos llevando su atención a Inumaki, quien se encontraba bajando las escaleras con dirección al campo de entrenamiento— ¡Ah! Toge, entrenemos.

—¡Okaka! —respondió el grisáceo cruzando los brazos sobre su pecho en forma de cruz negandose.

La mirada de Inumaki se posó sobre Yuta mientras aún mantenía los brazos cruzados y su ceño levemente fruncido, una sonrisa no tardó en aparecer. No se vió pero el azabache pudo deducirlo por la forma que adoptaron sus ojos y el leve rubor en sus pómulos. Desde que habían vuelto de Kamakura, no mantenían momentos a solas como antes. Sin embargo, desde la lejanía y cada que podía, Inumaki le regalaba una sonrisa o simplemente le saludaba con una mano mientras la agitaba. El azabache lo agradecía ya que se sentía nervioso con él cerca, pero también extrañaba pasar tiempo juntos. Inumaki se alejó y antes de que Maki también lo hiciera, Yuta se apresuró tomandola del brazo suavemente una vez más.

—Maki, necesito preguntarte una última cosa.

La chica observó la mano ajena sobre su antebrazo y frunció el ceño mostrando una sonrisa divertida. — Hoy hemos tenido mucho contacto físico ¿no crees?

Yuta rápidamente la soltó y suspiró tembloroso. —¿Tú sabes a que se refiere Toge con "Dandelion"?

—¿Dandelion? ¿inglés? —preguntó extrañada— Nunca lo he escuchado decir eso, ¿Cuándo lo dijo y que sucedió cuando lo dijo?

—Uhm... —algo avergonzado se aclaró la garganta antes de responder— Él tomó un diente de león y solo dijo dandelion, luego las pelusas se soltaron de la flor como si las hubiese soplado.

La chica se llevó la mano al mentón fingiendo que lo estaba pensando para finalmente reírse. —¿quizá era un truco de magia que quería mostrarte? No lo sé, lo piensas demasiado. Admito que eso es nuevo, pero ya conoces a Toge siempre hace cosas extrañas.

Esta vez Maki se alejó con dirección a Megumi logrando irritarlo en sus adentros; No sabía ni por que le preguntó. Probablemente haya sido porque la conversación se dio o porque ella en sí era confiable. Sus aureolas azulinas se posaron en Inumaki por unos segundos preguntándose qué era lo que realmente quería decirle, si era cierto que a veces hacía cosas extrañas, pero toda acción del menor tenía un significado y el hecho de que se haya "alejado" era la única pista que tenía al respecto. "Lo piensas demasiado". La voz de Maki resonó en su cabeza recordándole que sus sentimientos eran unilaterales, a lo que sin más y con un dolor punzante en el estomago a causa de los nervios se giró para luego alejarse con dirección a cualquier lugar donde pudiera descansar de todas aquellas ideas extrañas las cuales estaba considerando.



Inumaki se encontraba compartiendo con Panda e Itadori mientras reían, pero al notar que la alta figura de Yuta se alejaba no pudo evitar mirarlo, lo deprimía estar alejado. Ya había hecho suficiente, lo siguiente era que Yuta realmente lo comprendiera. Y su convicción era realmente fuerte. 

ƊAƝƊƐLIOƝS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora