Las cosas suceden de un pestañeo; la vida comienza, termina. En un momento simplemente no eres consiente ni de tus propios pensamientos o si tan siquiera te das cuenta de que te estás enamorado...
- ¡ARAAAA, MUEVE EL CULO VAS A PEDER EL VUELO! –As, mi prima y mejor amiga, bocea con una irritante voz aguada.
Mierda, voy tarde, voy tarde. Sabía que dormirme tarde traería consecuencias. Gracias a la diosa del tequila que empaque todo ayer en la tarde. Esta parte de viajar cada vez me abruma más.
Me muevo de un lado a otro vistiéndome de manera incomoda optando por un conjunto de jogger y buzo de color azul, unos tenis blancos acompañados de un bolso amarillo para dar ese toque elegante. Opte por dejar mi pelo suelto al natural y ponerme una capa ligera de maquillaje.
- Hola, perras. ¿Nos vamos? – escucho a Caleb, mi mejor amigo y zorra de toda la vida, mientras entra al salón.
- Ja ya quisieras. Sabes que Ara nunca llega a tiempo a un vuelo; cuando eso pase los elefantes volaran. - As como ''siempre tan amable''
- JA, JA, JA, que chistosa – digo entrando al salón con las maletas y todo en mano. – Mejor dejemos de perder el tiempo tengo un vuelo que tomar-
- Si, claro ahora te acuerdas – agrega As; ganándose que le fulmine con la mirada y ella explote en carcajadas seguida por Caleb.
- Si, si, vámonos ya. – dice Caleb entre risas y recogiendo las llaves.
Salimos del pent-house que comparto con As sin olvidar cerrar y activar la alarma.
Nos dirigimos al auto de Caleb, quien luego de perder una a puesta fue a quien le toco conducir y llevarme toda diva al aeropuerto.
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Perdí mi mirada en el camino que si acaso fui consiente de cuando llegamos. Salimos del auto mientras ellos me ayudaban a sacar las maletas no podía sacar de mi mente la firma del contrato.
- Nos vemos en dos días, si aprecias tu vida asegúrate de hacer de mi fiesta inolvidable – se despide As seguido beso en la mejilla y un fuerte abrazo.
Se acerca Caleb imitando la acción de As susurrándome al oído:
- Ve y cierra ese contrato- me dice sorprendiéndome
- ¿De qué ...? - me interrumpe
- ¿Qué cómo se? Por favor, enserio crees que me comería ese cuento de que te vas dos días antes solo para darle el toque final a la fiesta cuando eso lo podríamos hacer perfectamente los tres estando allá y no notar como texteas de manera desenfrenada por el celular o sobre el repentino interés que le das a dicha ciudad. Soy perra no pendeja. Tienes suerte de que As este tan entretenida con los preparativos de su cumpleaños y de cuantos penes se meterá la próxima semana que no se dio cuenta de tus planes.
Me alejo, asintiendo con la cabeza dándole la razón.
- ¡TAMBIEN FOLLATE A ALGUIEN! – vociferan al compás a lo lejos cuando me voy alejando de ellos dirigiéndome a realizar el check in, todos nos voltearon a ver, que vergüenza.
