Mr. Morningstar (l.s) ღ AU LUCIFER (EN PAUSA)

II. Un trago

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—¿A dónde vas, Luci?

—¿Qué haces aquí, Ter?

—Ahg estar juntándote con humanos te esta empezando a afectar. ¿Quién rayos responde una pregunta con otra pregunta?

—¿Qué clase de pregunta es esa? —preguntó solo para hacerla enojar un poco.

—Eres insoportable.

—Y tu querida. El asunto es que mi amiga Cara Blake fue asesina a mis narices, así que ahora estoy ayudando a la policía a encon-

—¡¿La policía?!

—Sí, ¿No me estas escuchando?

—Eres increíble, ¿Qué sigue? ¿Iras a comprar el mandado?

—¿Qué es eso?

—Oh por Dios —exclamó con maldad.

Lucifer tomó el cuchillo más cercano a él y lo aventó en dirección de la demonio rosándole la oreja logrando una pequeña cortada en su lóbulo.

—No te atrevas a mencionar a ese.

—Eres tan predecible —dijo sacando con facilidad el cuchillo de la pared.

—No te quedas atrás, Ter.

—Como sea, diviértete jugando al policía. Por favor procura que no te contagien su enfermedad llamada "humanidad".

Fue en un parpadeo que Terleyza había desaparecido del campo de visión de Harry.

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—Que elegancia la de Francia —chuleó Liam.

—Cállate.

Dijo Louis recargado en su escritorio con un traje azul marino, un poco ajustado de la cintura y con una camiseta de tono rosado tenue apenas notable.

—Me arrepiento de no haberte invitado al baile de gradación.

—Liam, ni siquiera nos conocíamos y era muy feo en esos entonces.

—Es ahí el problema y dudo mucho lo último.

Louis rodó los ojos levemente sonrojado, para llevar su vista hacia su mejor amigo el cual iba distraído en su celular con una bolsa del súper.

—¡Niall!

—¡Wow! Wow... ¿Eres tu Louis? Es que no parece —dijo impresionado y burlón—, ¿De dónde sacaste ese traje? Por favor no me digas que se lo robaste a Lucifer.

—Imbécil, te odio.

—No, me amas —meneó la bolsa que tenía mientras los ojos de Louis se iluminaban.

—Eres mi salvación —dijo arrebatándole la bolsa para sacar una pequeña bolsa de m&m's con cacahuate.

—Esto te lo digo como tu mejor amigo, deberías dejar tu obsesión con esas cosas, no es sano.

—Vive y deja vivir rubio —dijo mientras se llevaba gran cantidad de los chocolatitos a la boca—, estoy un poco nervioso.

—¿Por qué?

—Sí, ¿Por qué? —preguntó también Liam.

Louis admiró a sus dos amigos con el ceño fruncido y cruzados de brazos. El ojiazul sabía que se debía a Harry, pues sus amigos desde el momento que apareció mostraron su descontento con el rizado.