Enamorada del hombre lobo

Capitulo 4

A la mañana siguiente me desperté en el sofá tapada con la manta que usamos anoche pero Dylan no estaba allí, cosa que me extrañó bastante.

Después de haber ido al baño y hacer mis necesidades que no os voy a contar con detalle, fui a buscar a Dylan, pero no se encontraba en ningún lugar de la casa, así que me dije:

¿Tal vez esté en el garaje arreglando la moto y sin camiseta?

Después de hacerme esa pregunta salí como una bala hacia el garaje y por lo visto Dios si que existe porque allí estaba Dylan arreglando la tapicería de la moto y SIN CAMISETAAAA!!!! Esa parte fue una fiesta para mis hormonas.

- ¿Disfrutando de la vista?

- No puedes ni imaginarte cuanto.-

- Está pìcarona hoy la princesa, ¿eh?

- Me has cambiado el apodo, ya era hora, el otro me ponía de los nervios.- Él echo la cabeza hacia atrás y a través de su boca, pasando por esos labios sexies, ¿PERO QUE MIERDA DIGO???? En fin que si que solto una carcajada muy sexi que me hizo querer tirarme encima de él, ala ya lo he dicho ¿contentas?

- ¿Has desayunado?

-No, te estaba buscando

- Bien pues  vamos, hoy tienes muchas cosas que aprender- dijo empezando a salir por la puerta esperando que yo le siguiese.

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 Nos encontramos en medio del bosque vestidos de deporte y sudando la gota gorda porque el muy hijo de su madre me ha hecho correr casi cinco kilometros sin parar ni siquiera  a beber agua.

- Vamos Aria, no ha sido para tanto

- Claro, eso lo dices porque eres un maldito hombre lobo!!!!

- Y tú eres una flojucha. Venga 200 abdominales ya

- Estás de coña no?

- Nop. Cuanto más tardes más abdominales tendrás que hacer, así que tú veras

Después de hacer los 200 abdominales mierdosos con los que me van a doler hasta las pestañas, va a enseñarme a tirar cuchillos con precisión.

- Quiero que me prestes atención y no me interrumpas ¿vale?

- Está bien

- Tienes que cojer el cuchillo con seguridad como si fuese una alargación de tu brazo, cuando apuntes con él no cierres un ojo, deja ambos abiertos y fijate solo en la diana, no dejes que nada te desconcentre, si no perderás tu punto de equilibrio y ni siquiera rozarás tu objetivo. ¿Todo entendido?

- Creo que si

- De acuerdo, agamos la primera prueba a ver que tal sale. ¿Ves ese arbol de allí que tiene una cuerda roja?

- Sí

- Tienes que intentar darle donde sea, y que el cuchillo quede clavado.

- Está bien.

Lanzo el cuchillo con precisión y sin perder mi punto de equilibrio como el me había dicho y lo consigo, el cuchillo queda clavado.

- No está mal princesa.  Vamos a probar con las distracciones a ver que tal se te da.

- Sí senyor

- Bien pues preparate para lanzar.

Estoy a punto de lanzar cuando de repente noto sus manos cojerme de la cintura y pegarme a él, entonces me susurra en el oído "lanza" voy a lanzarlo pero justo cuando estoy a punto de soltar el cuchillo, él me empieza a besar el cuello haciendo que se me estremezca todo el cuerpo y el cuchillo se vaya a dios sabe donde.

Me da la vuelta y nos quedamos mirando cara a cara, su respiración mezclandose con la mía y nuestros ojos conectando. Él me tiene cogida por la cintura y yo apoyo mis manos en su fuerte pecho.

Cada vez acerca más su boca a la mía y cuando están a punto de juntarse su móvil empieza a sonar haciendo que nos separemos rapidamente.

Dylan lo coje pero no oigo mucho de lo que dice, ya que todavía estoy en shock por culpa de la poca distancia a la que hemos estado.

En eso Dylan se acerca y me dice:

- Era tu padre, tiene que decirte algo importante y dice que llegará a mi casa en media hora

- Hemos tardado casi una hora en llegar como vamos a llegar antes que él?

- Soy un hombre lobo ¿recurdas?Anda sube, yo te llevo

Me sube a su espalda y me agarra de los muslos al mismo tiempo que yo rodeo su cuello con mis brazos, y de repente empieza a correr con una velocidad inhumana que me hace sentir la adrenalina por todo mi cuerpo, sobre todo por la razón de que me encuentro completamente pegada a él. 

En menos de cinco minutos ya nos encontramos en la puerta de casa y me bajo de su espalda.

- Eso ha sido flipante

- Anda, entra a casa

Una vez dentro yo me siento en uno de los taburetes de la isla mientras el prepara los zumos de naranja para beber.

- Toma, bebetelo todo- me dice/ordena dándome un vaso de zumo.

A los veinte minutos mi padre llega y entra, nosotros estábamos en el sofá hablando, riendo y gastandonos bromas como si fuesemos amigos de toda la vida y no unos desconocidos que tienen que vivir juntos por obligación.

- Papa!- exclamo cuando le veo, y me tiro corriendo a sus brazos

- Cariño como estás?

- Muy bien, papá

- Dylan, como estás? Espero que hayas cuidado bien de mi princesa

- Muy bien señor, y por supuesto que la he tratado bien, como a una princesa- dice Dylan dándole un abrazo a mi padre

- Bien chicos sentaros, os tengo que contar unas cosas.

Estamos los tres en los sofas mi padre en e individual y Dylan y yo en el de dos.

- Aria, tu madre, tu hermano y yo nos vamos a ir de la ciudad un tiempo, porque digamos que a tu hermano no le ha sentado muy bien eso de ser hombre lobo, así que Dylan, quería pedirte el favor de quedarte con Aria hasta que volviesemos y que la siguieses entrenando y protegiendo. ¿Podrías hacerme ese favor?

- Claro que sí, no hay problema.

Es la hora de dormir y estoy otra vez con solo la camiseta de Dylan puesta, esta es una con el simbolo de AC/DC y huele a él.

-¿Quieres irte a dormir ya?- me pregunta Dylan

- Vale, pero no quiero dormir sola, me da miedo

- Segura que no es una excusa para dormir pegada a mi?

- ¿Sabes qué? Prefiero que me coman los vampiros, buenas noches Dylan

- Vamos princesa, se que me prefieres a mi antes que a un chupasangre

- Pero solo porque mi padre dice que eres de confianza y además siempre me han gustado los perros.

- Anda, vamos a dormir

Subimos las escaleras y nos acostamos en su cama, el me coje entre sus brazos como la noche anterior y me quedo dormida apoyada en su fuerte pecho respirando su aroma.