Capítulo 2

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— ¿Qué? ¿estás hablando enserio? ¿lo viste? — me mira incrédula.

— No...lo escuché. — digo aún con el trance.

— ¿Cómo estas tan segura?

— Porque, porque me pasó lo mismo de la playa y al mismo tiempo me acaba de venir un recuerdo con esta misma canción, todo concuerda. Es mi Deja Vu. — hablo ahora segura.

— Adi — me envuelve mi mano con la suya. — Yo sé quieres que sea verdad, pero puede ser una casualidad, ¿cómo sabes si es él?, yo creo que al escucharlo quizás te afectó un poco, ¿por qué mejor no vamos al salón y lo hablamos, luego? — hace una mueca.

— No — me suelto de su agarre. — Sé que es él. Lo puedo sentir, debo enfrentarlo, necesito saber quién es. — Sin esperar una respuesta de L, la dejó sola y me voy al salón donde proviene el sonido.

Corró, mi corazón está latiendo a mil por hora, ¿por fin lo conoceré?, chico de la playa tenemos mucho de qué hablar, tengo tantas preguntas.

Llegó al salón donde proviene la música y paró. Me quedó viendo la puerta, levantó la mano rozando el pomo de la puerta, al instante la alejo para que finalmente la toque, siento una mezcla de emociones juntas, resolveré las piezas en mi cabeza, ¿cómo será su rostro?, sabré que de verdad existe.

Al girarla un poco, escuchó la campana y en mi campo de visión veo como aparecen varios estudiantes que rápidamente lograron empujarme fuera de la puerta y llevarme al mismo lugar donde dejé a L hace un rato.

No, te perdí.

Tengo que volver, no puede pasar esto ahora, decidida a volver doy unos cuantos pasos, pero alguien me lo impide. El profesor Eduard, mi profesor de física estaba frente a mi, veo a nuestro alrededor y éramos las únicas en el pasillo los demás ya habían entrado rápidamente a sus salones.

— Señoritas, ¿qué hacen ahí paradas?¿ y se puede saber por que aún no han entrado a sus respectivos salones? — cruza sus brazos.

— Disculpe maestro es que se me olvido algo en el en un salón y fui a recogerlo. — me excusó.

— No me interesa señorita Smith, usted sabe que eso debió hacerlo en el receso, ya tocó la campana, van a ser notificadas a sus padres, conocen las reglas, ahora vayan. — señala al pasillo detrás de nosotras.

— Profesor Henry — L me calla respondiendo otra cosa rápidamente.

— Si Profesor, ya nos vamos. — pone una sonrisa fingida.

— Pero.... — vuelvo a explicar, L otra vez me calla agarrándome del brazo arrastrándome al pasillo.

Cuando ya estuvimos lo suficiente lejos del Profesor, digo. — L no puedo dejarlo así, necesitamos volver a explicarle, quizás lo convenceremos mejor y nos deje entrar al salón de música. — la miro suplicante.

— Escucha Adalia, nos meteremos en peores problemas, es mejor no decir nada más, confía en mi ¿sí? y te prometo que te ayudaré a buscar al chico de la playa, pero después de clases, ahora vámonos. — me mira sonriendo de boca cerrada jalándome otra vez del brazo.

No digo nada y le hago caso, ¿qué más puedo decir?, perdí mi única oportunidad, mi corazón se estruja, creo que romperé en llanto, duele. ¿Por qué me siento así?

<< Bravo Adalia, te ilusionaste. >>

Era obvio que no era él, te dejaste llevar por tus emociones, eres una tonta. Te prometiste que te rendirías y que seguirías el consejo de tu hermano ¿y qué es lo que haces?, a la primera oportunidad, vuelves al inicio, te felicito.

ROJO DEJA VUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora