Siete.

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Jeonghan miró a los ojos a su novio quien aún tenía dibujada una sonrisa en el rostro y no pudo evitar pensar en el hermoso y perfecto hombre que tenía a su lado y en lo afortunado que se sentía por ello. Entonces su mirada lo recorrió por completo solo para darse cuenta de que Jisoo tenía la respiración acelerada, el color rosado en sus mejillas estaba casi ausente y esos nuevos moretones en su dorso fueron suficientes para hacer que su cabeza se moviera de un lado a otro en contra de su voluntad.

Jisoo frunció el entrecejo ante aquel gesto y se incorporó completamente confundido.

—¿No quieres?

Jeonghan negó una vez más—no… es que… no quiero que te pongas mal de nuevo. No me lo perdonaría.

—No va a pasar nada, Hannie. Me siento bien, de verdad.—El chico prometió aún extrañado por la reacción del contrario.

—Aún así, no quiero arriesgarme a que algo malo te suceda y más aún ahora que estamos solos en casa. Lo siento, Jisoo.—Dijo con pesar y una vez más, aquellas traviesas lágrimas escaparon de sus ojos en contra de su voluntad. Odiaba no poder complacer a su novio en algo que él mismo se moría por hacer, pero no tenía otra opción, no cuando Jisoo no se encontraba bien de salud.

Antes de intentar decir algo más, sintió un par de brazos rodeando su cuerpo en un abrazo protector, y sólo pudo permanecer ahí disfrutando aquello con culpa.

—No llores, Hannie, tampoco te disculpes. Esto se hará cuando los dos estemos de acuerdo, y si tú no quieres hacerlo justo ahora, yo lo acepto.

—Es que sí quiero hacerlo, no hay nada que desee más que ser tuyo completamente. Pero tengo miedo, me aterra que algo malo pueda pasarte y que papá no esté aquí para ayudar. Yo… no me perdonaría nunca algo como eso—expresó con pesar aferrándose al cuerpo contrario.

Jisoo sonrió y acarició los cabellos de su novio con dulzura.—No va a pasar nada, mi amor. Podemos intentarlo y si notas algo extraño o yo comienzo a sentirme mal, nos detenemos, ¿de acuerdo?

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Y dicho aquello, las palabras sobraron, pues nuevamente sus labios se unieron en un dulce contacto al mismo tiempo que se dejaban caer en la cama para continuar con aquel acto que recién estaban por descubrir.

El resto de sus ropas fueron desapareciendo con lentitud, pues por ser la primera vez, ninguno de los dos sabía cómo actuar sin sentirse al menos un poco avergonzado. No obstante, una vez que se tuvieron frente a frente expuestos en toda su naturaleza, no pudieron evitar mirarse de pues a cabeza, como si estuviesen hipnotizados.

—Eres tan hermoso, Hannie. Me encantas—Jisoo expresó completamente ruborizado.

—Y tú a mí. Eres todo lo que siempre soñé—Jeonghan respondió, y aunque sus mejillas estaban teñidas de igual manera, aquellas palabras parecían salir de su boca en automático al tener a su novio frente a él de esa manera.

Nuevamente sus labios se unieron en un beso profundo, esta vez, con sus manos recorriendo sus cuerpos con lentitud. Poco conocían del acto, pero solo podían dejarse llevar por sus más primitivos instintos.

Jisoo se sentó sobre la cama e hizo a Jeonghan colocarse a horcajadas sobre él, ahora atacando su cuello rincón por rincón. Sus manos reposaban en sus caderas de Jeonghan, mientras las de éste abrazaban su cuello al mismo tiempo que liberaba suspiros de sus labios. Aquella cercanía hizo que la temperatura entre ellos aumentase, y con ello, sus ganas de avanzar un poco más.

De manera improvisada, sin saber exactamente si aquello funcionaria, Jeonghan comenzó a mecer sus caderas mientras Jisoo aún se enfocaba en su cuello; no obstante, en cuanto sus inexpertas erecciones hicieron contacto entre sí, ambos liberaron un gemido ahogado, experimentando aquel indescriptible placer por primera vez.

(1) EL CHICO DE LA HABITACIÓN 36 ✨JiHan💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora