Quince (final).

466 58 37
                                    

Jeonghan se encontraba en casa unos días más tarde. Se sentía agotado tanto física como mentalmente.

Las cosas con Jisoo no iban nada bien, el chico empeoraba con cada día que pasaba y ni el señor Yoon ni sus colegas daban a Jeonghan alguna respuesta favorable, cosa que le hacía saber que quizá pronto perdería al amor de su vida para siempre.

Esa tarde en particular, el señor Yoon había pedido a Jeonghan irse a casa, pues Jisoo había sido medicado con un fuerte sedante debido al intenso dolor en general, cosa que lo haría dormir todo el día. Jeonghan se negó rotundamente, pero finalmente fue convencido por el hombre quien le prometió avisarle enseguida si Jisoo despertaba, así que volvió a casa con resignación.

Tan pronto como se cerró la puerta de su habitación, Jeonghan se deshizo en llanto, y es que, aunque difícilmente aguantaba las ganas de llorar frente a Jisoo, jamás se había permitido a sí mismo desmoronarse por completo. Así que ahí estaba, en el suelo de su habitación, sosteniendo una fotografía de Jisoo entre sus brazos mientras lloraba, gritaba y sollozaba con fuerza.

Pensó en todos los planes que había construido junto a su novio desde que eran niños. Ese sueño de graduarse, viajar juntos por todo el mundo, envejecer tranquilamente y encontrarse incluso después de la muerte. Todo eso ahora parecía lejano, pues era claro que Jisoo se iría primero, mucho antes de lo planeado y eso rompía en pedazos el débil corazón de Jeonghan.

Recordó entonces el regalo de cumpleaños que Jisoo le había dado junto con su diario. La carta que el chico había escrito y pedido que fuese leída solamente si llegaba a irse.

Jeonghan tomó aquel sobre y lo miró indeciso. Quizá aún no llegaba el momento de la triste despedida, pero Jeonghan sabía que no quedaba mucho tiempo. Le dolía en el alma admitirlo.

Con sumo cuidado abrió el sobre y desdobló la hoja de papel sólo para encontrarse con la impecable caligrafía de su novio.

"Jeonghannie, si estás leyendo esto, significa que he muerto.

Hay muchas cosas que quiero decirte, pero no me alcanzaría ni el papel de esta carta, ni siquiera toda una vida para expresarte todo lo que siento por ti.
Lo que puedo decir con total certeza es que fuiste, eres y serás mi primer y único amor. Estoy tan feliz de haberte conocido, siempre voy a agradecer el momento en el cual tu curiosidad te llevó a mi habitación del hospital en aquella ocasión, pues gracias a eso me cambiaste la vida por completo. Jamás sabré qué habría sido de mí si no te hubiera conocido, pero me alegra no tener que preguntarme eso.

Quizá mi camino fue corto, pero yo me siento el chico más dichoso y afortunado del mundo por el hecho de haber tenido al novio más increíble del mundo. Ese eres tú, mi amor.

Quiero que sepas que hiciste de mis días los mejores y más felices, jamás conocí la tristeza porque siempre estuviste conmigo. Tienes una increíble luz que hace brillar incluso al paisaje más gris y oscuro. Por favor nunca olvides eso, nunca apagues tu luz.

También me gustaría pedirte que por favor, sin importar en qué momento yo ya no pueda estar contigo al menos físicamente, no vayas a deprimirte. En donde quiera que yo me encuentre, ten por seguro que estaré feliz si tú lo estás. Conoce a alguien, abre tu corazón a alguien que sepa valorarte como mereces, alguien que aprecie al increíble chico que eres y alguien que te recuerde día a día lo mucho que te ama.

Cumple tu sueño de estudiar en la universidad de Seul, gradúate, lucha por conseguir el trabajo de tus sueños y vive bien. Tienes mucho camino por delante, así que no te permitas caer por nada ni por nadie. Tú eres capaz de lograr todo lo que te propongas, así que no dejes morir tus sueños.

(1) EL CHICO DE LA HABITACIÓN 36 ✨JiHan💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora