Nueve.

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Dos meses después:

Jeonghan esperaba impaciente afuera del hospital. No era como si no conociera como era aquel procedimiento, pero siempre parecía una eternidad esperar por Jisoo luego de una sesión de quimioterapia, aunque al final valía la pena cuando lo veía salir con esa sonrisa radiante.

Luego de aquel desafortunado suceso que llevó a su novio de vuelta al hospital, había sido dado de alta un par de semanas más tarde tal y como lo indicó su padre, pero aún así, fueron semanas difíciles en las cuales Jisoo debía volver al hospital a revisiones rutinarias, toma de muestras de sangre y ahora una sesión de quimioterapia.

Para Jeonghan no era fácil ver cómo su novio parecía más débil con cada día que pasaba, pero le animaba el hecho de ver que estaba comiendo mejor, que aquellos moretones estaban borrándose y que Jisoo no había vuelto a desmayarse, así que suponía que todo ese sufrimiento estaba siendo recompensado.

Las puertas del hospital se abrieron y, tal como Jeonghan lo esperaba, Jisoo apareció con una sonrisa radiante. Se veía pálido y sus labios estaban partidos, pero eso no impedía que a los ojos de Jeonghan fuese el chico más hermoso y perfecto que hubiese visto en su vida. Con una reverencia saludó a los padres de su novio quienes lo acompañaban en cada sesión y estos sonrieron antes de saludar.

—Lamento haberte hecho esperar tanto, mi amor.—Jisoo dijo una vez que se despidieron de sus padres para ir a dar una caminata a solas en el parque.

Jeonghan negó—en realidad sentí que fue poco tiempo. Además… estuve escribiendo en mi diario.

Jisoo sonrió—¿En serio? ¿Y qué fue lo que escribiste?

—Bueno… yo… hace un tiempo que he estado pensando que quizá no quiero estudiar medicina como mi padre—confesó sin mirar a su novio a los ojos.

—¿Por qué crees eso, bonito Hannie? Es decir, ese fue tu sueño desde que eras niño.

—Lo sé, pero… luego de ver todo el cansancio físico y mental en mi padre, el tener que ver morir a pacientes todo el tiempo a pesar de todos sus esfuerzos y escucharlo llorar de impotencia a veces… creo que yo no podría soportarlo.

—Bueno, pero hay un montón de especialidades, ya sabes, no necesariamente tienes que ser oncólogo.

—Aún así… creo que yo no tengo corazón para ello. Entonces estuve pensando en otra manera de ayudar a las personas sin tener que quebrarme emocionalmente ni a los familiares de los enfermos. Así que decidí que quiero enfocarme en el área de ciencias sociales, como tú. Aunque en lugar de derecho a mí me gustaría estudiar psicología.

Ante esas palabras, Jisoo sonrió ampliamente y apretó el agarre de sus manos que entrelazaban sus dedos.

—Eso me parece muy bien si es lo que quieres, Hannie. Es muy lindo que siempre te preocupes por los demás. Y si es lo que quieres, entonces yo te apoyo.
Escuché que la Universidad Nacional de Seul es la mejor en el área de ciencias sociales, además de ser la mejor en Corea, claro.

—Eso es en Gangnam-gu, ¿no? Es demasiado lejos. Yo pensaba estudiar aquí en Gangbuk-gu.

—Me parece bien entonces. ¿Y te imaginas? Los dos estudiando en la misma universidad y en el mismo departamento. Aunque soy un año menor que tú, seré la envidia de todo el mundo cuando ingrese y todos sepan que tengo como novio a un chico de un grado superior y además el más guapo de todos. Ni siquiera ha sucedido y yo ya estoy muy emocionado.

Jeonghan rió ante las palabras de su ocurrente novio y no pudo evitar emocionarse al imaginarse con Jisoo haciendo una vida juntos luego de terminar la universidad. Aunque muchas veces pensaba en la otra posibilidad, una en la cual Jisoo no se encontraba ahí, y de solo imaginarlo, un enorme nudo se formaba en su garganta. No quería pensar en eso, no se creía capaz de seguir adelante sin Jisoo, sin su mayor soporte en la vida.

(1) EL CHICO DE LA HABITACIÓN 36 ✨JiHan💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora