Capítulo 1.

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Gruñó bajito cuando escuchó los golpes volver a sonar y sus ojos dolieron al enfrentarse a la luz de su móvil cuando quiso saber la hora, porque su habitación todavía estaba obscura, diciéndole que el sol aún no salía, y ni siquiera tuvo que abrir la puerta para saber de quién se trataba, porque antes de hacerlo ya lo sabía.

Con pereza arrastró sus pies fuera de la cama, y su ceño se frunció al momento que llegó a su sala de estar y encendió la luz, escuchando otra vez los golpes antes de abrir la puerta.

—Taemin... —escuchó su nombre ser arrastrado.

Inconscientemente bufó, ni siquiera debería de sorprenderle ver al hombre alto y de cabello negro balancearse delante de su puerta, ni el olor a alcohol que le llegó, diciéndole que otra vez había estado bebiendo y que quizás en mitad de esa borrachera se había acordado de él, por lo decidió hacerle una visita en mitad de la madrugada.

—¿Sabes la hora que es?

Lo vio encogerse un poco de hombros y volver a tambalearse, mientras sus ojos se movieron con un poco de culpabilidad.

—Tarde...

—Sí, Min Ho, maldita sea, son las tres y media de la mañana,

—Uh... —frotó su cuello con su mano izquierda —entonces tal vez... debo irme.

Taemin bufó y dio un paso hacia adelante mientras que con su mano tomó la chaqueta de su amigo, impidiéndole que se fuera, porque dudaba que regresara a su casa, sino que lo más probable era que fuese a buscar a algún bar abierto y seguiría bebiendo hasta caer en la inconsciencia, porque no importaba las veces que le hubiera dicho que no debería de hacerlo, nunca era escuchado.

En el pasado Min Ho solía ir a bares y emborracharse, y muchas veces lo llamaba para que fuera a beber con él, y en otras ocasiones el camarero lo hacía, diciéndole que su amigo se había quedado dormido en una de sus mesas o en la barra, y que ellos ya estaban por cerrar, teniendo que ir a recogerlo para terminar llevándolo a su apartamento, ya que los señores Choi probablemente no estarían felices de que su hijo llegara ebrio.

Taemin había llegado a su límite y discutió con Min Ho, no hablándose por una semana antes de que su amigo se disculpara con él, diciéndole que nunca más recibiría una llamada telefónica para que lo fuera a sacar de un bar, pero eso significó que su puerta sería golpeada en mitad de la noche y lo vería llegar ebrio, con sus ojos ligeramente rojos como señal de que había llorado.

—¿Y ahora por qué estuviste bebiendo? —preguntó mientras lo dejaba en el sofá.

—Terminé con Tae Hee.

Taemin ni siquiera entendía la razón de que preguntara si ya sabía la respuesta, se trataba de Min Ho y otra ruptura amorosa, la que a su parecer ni siquiera deberían de doler, pero su amigo era una persona enamoradiza que podía conocer a la chica en ese día y al siguiente pedirle que fuera su novia, porque esa semana había sido Tae Hee, pero hace dos semanas fue Ji Soo y un mes atrás Hye Jin.

En realidad, ni siquiera recordaba a todas las novias de Min Ho, e incluso en algunas ocasiones sin intención les cambió el nombre, porque su amigo le había presentado tantas novias que era inevitable que si se dejaba de ver por algunas semanas la siguiente vez ya no sería la misma chica, y Taemin sentía pena por cada una de ellas cuando las conocía, ya que sabía que eso no duraría.

—¿Y ahora por qué fue? —preguntó sentándose al lado de Min Ho, no creía poder dormir si regresaba a la cama.

—No era la indicada.

Ninguna lo es fue el pensamiento de Taemin, porque Min Ho ya tenía a una chica en su corazón, alguien que nadie conocía, ni siquiera él que era su mejor amigo, pero no entendía la razón de que hubiera salido con casi media ciudad en lugar de intentarlo con quien sabía que las cosas funcionarían, al menos para Choi que era el problema en cada una de sus relaciones.

—¿Cómo puedes saberlo sin intentarlo? —Min Ho quiso hablar pero Taemin lo interrumpió —no, salir una semana con ellas no es intentarlo.

—Lo siento por no tener una relación perfecta como la tuya —fue sarcástico.

—Min Ho, mi relación no es perfecta, pero... —suspiró, rindiéndose —deberías de hablar con ella.

—Taemin, ya se terminó —se abrazó al brazo de su amigo —salgamos a beber.

—No me refería a ella, sino ya sabes a Ariel.

Sintió ligeramente como el cuerpo de Min Ho se tensó, y su brazo fue soltado casi de inmediato, para luego encontrarse con el rostro serio de su amigo, como si lo que acabara de decir no le hubiera gustado.

—¿Algún día me dirás quién es exactamente?, ¿al menos cómo luce?, ¿la conozco?

El tema de Ariel siempre traía las mismas preguntas que no tenían una respuesta, porque Min Ho guardaría silencio cuando estaba con él, y si estaban junto a otras personas, lo miraría como pidiéndole ayuda, porque no quería revelar su secreto mejor guardado, que era la identidad de la chica que amaba.

—Olvídalo, es tarde, iré por una manta y una almohada para ti.

Taemin se levantó del sofá y regresó a su recámara, buscando en el armario tanto la manta y almohada que ahora parecían pertenecer a Min Ho, igual que su sofá, de tantas veces que lo había tenido durmiendo en su sala después de que éste hubiese salido a beber al finalizar sus relaciones, que era una necesidad que él no entendía.

Cuando estuvo de regreso a la sala de estar, vio a Min Ho bebiendo de una botella pequeña de vodka que antes no la había visto, y realmente en ese momento en lo último que quería pensar era de dónde salió, sino que se apresuró a dejar las cosas en el sofá, y a arrebatar la botella de las manos de su amigo, que gruñó pero no se resistió a su acción.

—No se puede beber en mi apartamento —dijo serio.

—Taemin...

—Mi apartamento, mis reglas.

Taemin caminó con la botella hacia la cocina, vaciando todo el contenido en el lavabo mientras Min Ho continuaba sentado en el sofá, con su codos apoyados en sus piernas y su rostro entre sus manos, intentando calmar el repentino enojo porque su bebida le hubiera sido arrebata.

—Es bonita —su voz fue baja, pero ante el silencio de la noche, se escuchó claro.

Toda la atención de Taemin regresó a su amigo, mirándolo sorprendido, porque esa era la primera vez que lo escuchaba hablar de la chica que le gustaba, describiéndola así fuera de manera muy general, ya que él había imaginado que era bonita.

—¿Al fin vas a decirme quién es? —preguntó interesado, sonriendo.

—Buenas noches, Taemin.

—¿Qué?, Min Ho, no puedes irte a dormir después de fingir que hablabas de ella.

Taemin se olvidó de su acción de deshacerse de todo el vodka y dejó la botella en el lavabo de la cocina, rodeando la encimera para llegar a Min Ho, y moverlo un poco exigiendo alguna pista más sobre quién era o cómo lucía Ariel, el amor platónico de su amigo, pero éste se envolvió en la manta, dejando claro que no hablaría más.

—Min Ho, no puedes...

Sin embargo, como si acabara de tomar un somnífero, Min Ho parecía haber caído en un sueño profundo, haciendo que Taemin se rindiera bastante rápido, porque seguramente su amigo no iba a despertar hasta el día siguiente, y sin nada más que bufidos, apagó las luces del apartamento y regresó a su cama, girando varias veces en esta mientras pensaba en que si tal vez su amigo no estuviera tan ebrio, al fin pudo haber conocido la identidad de Ariel.

Por otro lado, Min Ho en mitad de la sala, viendo la obscuridad, suspiró.

—No puedo confesarme a Ariel porque ya tiene una pareja —susurró.

Pero ya no había nadie para escucharlo.


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Hola.

Cumpliendo con lo prometido, aquí el primer capítulo de Ariel, fue algo cortido, pero espero que les guste. Lo dejo tan tarde (o temprano, depende de cómo lo consideren), porque no se si más tarde tenga tiempo para subirlo.

Tengan un lindo día.

ArielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora