Prologo.

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Advertencias antes de leer:

o-AU, OMEGAVERSE, SAIKI NO TIENE TODOS SUS PODERES CANONMENTE.
o-En vez de sus antenitas Saiki tendrá un collar negro. Esto es solo un capricho mío. 
o-ACTUALIZO LENTO PORQUE TENGO FICS MÁS VIEJOS QUE TERMINAR, NO APUREN. 
o-Como es OMEGAVERSE POSIBLEMENTE HABRA MPREG. y LEMON.

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Impensado, pero así era: Era el primer nacido de la nueva generación de Alfas, por no decir el primero de aquella generación. Puesto que, si algunos bebés Alfas nacieron antes que él o después, era el único que era especial. Con habilidades que los Alfas de mayor rango desearían para sí.

En vez de generar rechazo entre sus pares, parecían atraídos como moscas a la miel, no había quien se resistiera a aquel aroma que solo el hijo menor de los Saiki poseía. No importaba si eras Alfa, Omega, Beta. Kusuo era irresistible para la mayoría de las personas, incluso en un sentido no romántico.

Desde pequeño desarrollo poderes, más allá de los habituales de los suyos y que crecían al pasar el tiempo. Llamaba constantemente la atención y eso no era algo que le gustara demasiado al pequeño Kusuo.

Incluso cuando intentaba ser molesto y egoísta no importaba, todos lo seguían ciegamente al punto que era horriblemente desagradable tener tanta atención sobre su cabeza.

Sus abuelos lo consentían con todo lo que quisiera, debido a sus mismas feromonas que podían derretir a cualquiera. Mientras su padre siempre quería que usara sus poderes para el beneficio de él.

Él podría tener el mundo a sus pies si lo deseara, pero obviamente no le interesaba aquello en absoluto. Tampoco aprovecharse de la gente, su madre lo había educado lo suficientemente bien para que fuera una persona buena.

Kusuo le pidió a su hermano (Quien podríamos decir que era el único que no se dejaba llevar por sus hormonas) una especie de collar para bloquear su olor a feromonas, pero aún así seguía atrayendo mucha gente, no tanto como sin el collar, pero al parecer seguía siendo inevitable.

Sea como sea jamás podría llevar una vida normal agradable.

Un día a su escuela llego la Omega que sería también de la nueva generación, pues incluso los que eran simples betas e incluso Omegas también se sentían vueltos locos por ella. Por suerte la escuela tenia medidas estrictas para que ningún idiota con las hormonas alteradas tuviese siquiera la posibilidad de atacarla para reclamarla como suya.

Extrañamente a Saiki no le altero en absoluto su presencia, ni se sintió atraído como la mayoría de los presentes en aquel lugar. En un cuento normal Omegaverse serian destinados a estar juntos o quedarían flechados en primera instancia. O también que su atracción se diera al conocerse.

Saiki sabia bien que eso no pasaría.

No porque no fuera hermosa, no tuviera un dulce timbre de voz o no fuese talentosa o que no tuviera cualidades que varias de las chicas o los Omegas de ese lugar quisieran para sí.

Simplemente había algo que hacia rechazarla. Su aroma era tan intenso, aunque dulce le provocaba un rechazo absoluto. Era demasiado dulce al punto que le asqueaba.

Lo cual encontraba extraño ¿Por qué si eran prácticamente los contrarios directos de su especie Omegaverse no podía sino sentir que quería apartarse lo más posible de ella? ¿Había algo mal en su persona?

Era absurdo, pero tal vez había algo que en su ser no era el adecuado para esa persona.

Y lo peor es que ya detectó que esa Omega llamada Kokomi Teruhashi si estaba interesado en él, al leer sus pensamientos.

Lo más plausible de las teorías que tenia es que posiblemente ya tenia una persona destinada que no era la chica de cabello azul.

Otro absurdo porque se supone que cuando nace una nueva generación Omegaverse solo suele sentirse atraída a los que son como ellos. Aunque tal vez no era tan imposible.

Cuando salía de la escuela intentando que el Alfa Nendō y el Omega Kaidō no lo siguieran para llevarlo a cualquier parte que no fuera ir a su casa para estar tranquilo, leyendo, jugando, viendo TV o lo que sea, pero SOLO, un olor llego a su nariz, era muy pequeño y débil, pero le había alterado como nunca las hormonas.

Incluso se sintió algo excitado.

Sus dientes incluso temblaron en el afán de querer morder a esta persona y marcarla como suya. Increíble. Jamás pensó que podría ser así, que sintiera que perdía el control por completo de su persona solo por una pequeña fragancia como esa.

¿De dónde era aquel olor tan...tan bueno para él? ¿A quién pertenecía? Corrió hacia donde creía se sentía más fuerte, pero un fuerte olor a comida bloqueo la trayectoria, era una ruta comercial donde muchos locales distraían los sentidos.

Estaba sumamente alterado, se sentía como un depredador al cual su presa se le escapo. Podía sentir la frustración en su cuerpo tenso. Su respiración estaba agitada e incluso sentía como algunos de sus músculos se habían preparado para agarrar y no soltar por nada a quien fuese que le provocase esa sensación.

No le gustó nada sentirse así. No le gustaban los Alfas que violaban a sus parejas, era desagradable incluso siendo uno.

Siempre imagino que si conocía a alguien las cosas se darían de a poco. No así.

Trató de relajarse y volver a casa, sin embargo, pudo comprender que si había una persona para él y que posiblemente estaba cerca.

Su destinado. Tal vez era una persona tan destacable como Teruhashi. No podía saberlo ahora que lo perdió. No podía localizar a una persona que no conocía a menos que fuese por su olor.

No sabia si era bueno o no tener un destinado, lo que estaba seguro es que esperaba que su Alfa interno supiese controlarse y no actuar simplemente como una bestia salvaje dominada por los instintos.

Llegó a casa, las sorpresas no se acababan en ese día: Sus abuelos maternos querían comprometerlo con alguien.

NO.




Believe in Love (Pausada hasta nuevo aviso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora