Calor.

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Kusuo amaba a sus abuelos, pero cuando ambos hablaron de la posibilidad de comprometerlo hizo una x con sus brazos haciendo la señal de negativa que debería bastar...

...Pero era difícil cuando se trataba de ellos. En serio les tenia mucho cariño a pesar de que su abuelo tratara mal a su padre a veces.

―Pero quería presentarte a una chica muy linda, estoy seguro que querrías hacerla tu esposa. Es una Omega perfecta para ti.

No quiero abuelo, lo siento.

Saiki se comunicaba por telepatía, pues cuando habla con su voz normal sale de manera involuntaria la voz de su parte Alfa y puede controlar a quien sea, no le gusta para nada tener ese tipo de poder. Más bien quiere respetar el libre albedrio de la gente. A pesar de que a veces se le antoja usarlo, pero es mejor no abusar de su propio poder.

―No sé a quién conseguiste tú, pero yo si encontré la esposa perfecta de nuestro nieto, es muy agradable y moderna, es una Omega valiente, casi como una Alfa. ―Kumi, la abuela de Saiki al parecer había conseguido otra Omega diferente a la que escogió su abuelo Kumagoro.

 ―Nuestro nieto merece una Omega con carácter.

―No, no ¡Teruhashi Kokomi es la chica perfecta para mi querido nieto y no aceptaré a ninguna otra para el mientras viva!

―Pues no creo que sea tan buena como Aiura Mikoto.

Alto. No decidan por mí, ya les dije que no quiero que escojan algo que debería ser totalmente mi decisión.

Ya vio la mente de ambos mayores y vio a las mujeres que se referían, la primera era esa Omega a la que le generaba rechazo y la otra era una chica de piel morena, cuerpo curvilíneo y cabello rubio rozando el color lima limón. En verdad parecía Alfa esta última, pensó.

Aunque no todo es como lo aparentan y lo sabia al ver a su madre, quien a pesar de su apariencia dulce y frágil de Omega es la Alfa de la familia y su padre el Omega...aunque este ultimo si parece un Omega.

―Pero...―Su abuelo parecía a punto de llorar. Kusuo hablo mentalmente antes que le pusiera ojos de cachorro.

Escúchenme, sé que sus intenciones son buenas, pero creo que ya mi instinto Alfa encontró a la persona ideal.

Lo cual era cierto, pero no quería contarlo en un principio para no ser presionado, aunque esta situación lo ameritaba completamente. A ver si con eso ambos adultos mayores se quedaban tranquilos de una vez.

Aunque en vez de parecer decepcionados parecían ilusionados.

Antes que le preguntasen más subió a su habitación. No quería dar detalles sobre lo ocurrido porque ni siquiera el estaba seguro de quien seria aquella persona.

Lo peor es que aún tenia esa incomoda sensación de calor, un calor que lo ahogaba y mareaba demasiado ¿Es así como todos los Alfas se sienten cuando no pueden marcar a su pareja? Era como si no pudiese vivir tranquilo de ahora en adelante, aquel dulce aroma aún podía recordarlo con exactitud.

Tenia que encontrar a esa persona...y alejarse lo más posible de esta.

No importaba si se quedaba solo para siempre. La verdad es que desde pequeño creyó que nunca encontraría una persona para él por ser demasiado diferente a los Alfas comunes.

No le gustaba mucho ser Alfa, de hecho, los odiaba un poco, cuando se descontrolan por la rabia algunos han llegado a matar a sus Omegas, incluso a sus propios hijos lo cual es absolutamente horroroso. El síndrome de Hércules, le llaman algunos (Debido a que Hércules enloquecido por culpa de Hera, mato a su esposa e hijos) cuando los instintos son tan primitivos que hacen las cosas más aberrantes.

Violar a su Omega es el acto más suave que llegan a hacer los Alfas cuando entran en ese estado. Simplemente la idea de hacer eso le daba hasta asco de si mismo.

Debía de reconocer a esa persona. Abrió la ventana y olfateo. Su nariz tenia la capacidad de desglosar algunos aromas, no sabia que tan poderosa podía ser, pero trató de captar si ese olor estaba por allí, sin embargo, había demasiados olores y hedores a pesar de que Japón era una de los países más limpios. Simplemente si el aroma de esa persona andaba por allí, tal vez o estaba bien camuflada o simplemente estaba fuera de su alcance.

Lo cual era bueno, tal vez no vivía cerca. Tal vez esa persona no volvería a aparecer nunca. Genial. Eso le gustaba, no tenia que lidiar con la idea de tener que contenerse con esa persona.

Estaba feliz, pero al mismo tiempo algo le molestaba. Resoplo. Maldito calor corporal.

Se daría una ducha. Posiblemente tendría que hablar con sus abuelos cuando su madre lo llamara a la cena. No le gustaba la idea de que supieran demasiado sobre él. Le incomodaba demasiado si era sincero.

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Al menos tuvo lo que seria un fin de semana bastante tranquilo esos días. Sus padres habían salido a la casa de unos amigos de fiesta, sus "amigos" (entre infinitas comillas porque según Saiki no eran sus amigos) no se habían comunicado con él porque había apagado a propósito el celular y solo se había dedicado a leer y jugar videojuegos. Claro, después de hacer un aseo profundo porque odiaba a los insectos.

Si alguien tocaba el timbre hacia como si no estuviese nadie, sabia por su nariz y el captar los pensamientos quien era o quien no.

Deseaba que ese fin de semana tan tranquilo durara para siempre, pero lo bueno jamás dura.

Estaba un poco aburrido y empezó a buscar una serie en eso recordó ese olor tan distintivo... ¿De qué habría sido? ¿De un Omega mujer u hombre? ¿Y si era un Beta? Era raro, pero no imposible, a veces los Alfas al morder a un Beta lo convierten en un Omega.

Estaba seguro que él incluso podía convertir a un Alfa en un Omega si quisiera. De todos modos, era una nueva especie y todo podía ser posible.

Se descubrió a punto de tocarse en la entrepierna al recordar ese olor, el olor de la persona que era su destinada.

Se apartó la mano bruscamente de ese lugar. No. No debía siquiera imaginarse en esa posibilidad.

No iba a pensar más en esa persona que no conocía y se acabó.

¿Realmente se acabó?
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No, no, no, no, no, no, no, no y no. Esto era imposible.

Ese lunes al despertar tenia una erección y su cuerpo estaba increíblemente caliente. Antes de preguntarse porqué el olor agradable que sintió una vez volvía y parecía que hacia poco pasó delante de su casa, por eso había llegado a su nariz a través de las ventanas abiertas, pues el mismo calor que tenía antes le obligo a abrirlas durante la noche.

Sus dientes estaban sumamente afilados, respiraba agitado, tenia mucha adrenalina en el cuerpo y un deseo irresistible.

No estaba bien. Tenia que faltar a la escuela por unos días, salir del país, lo que sea.

―Kusuo-san tu madre dice que bajes. ―El padre de Saiki estaba preocupado, generalmente su hijo menor bajaba antes de que lo llamen para comer.

Este se sobresaltó un poco, puesto que sus instintos le habían enloquecido tanto que ni siquiera se daba cuenta lo que ocurría a su alrededor.

Su padre lo miro con curiosidad, Kusuo al voltearse y mirarlo se veía de un aspecto sumamente salvaje que hizo chillar al mayor.

Mierda, debo tranquilizarme de una vez. Realmente esto no me esta gustando nada.

―Em, el desayuno...

Este asintió tratando de relajarse, aunque tenía todos los músculos tensos, por poco y le gruñe a su propio padre.

―Kuu-chan ¿Por qué no te has vestido para ir a la escuela?

Mamá, creo que no podré ir a la escuela.

―PERDON KUU-CHAN NO TE ESCUCHE BIEN ¿CÓMO DIJISTE? ―Su madre uso un tono y una mirada que podría convencer al hijo más maleducado.

Dije que bajo enseguida madre y partiré a la escuela como siempre.

Su madre era una Alfa de terror.

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Esta bien, se pudo calmar de algún modo, al pasar el rato vistiéndose y arreglándose para ir al lugar de siempre.

Podía ser una coincidencia que esa persona pasara cerca de su casa. Tenia que ser así.

Pero ahora percibía aquel olor firmemente como si fuera un hilo perfectamente trazado al cual sentía que incluso podía ver. Y se dirigía justo al lugar donde iba. No, por favor.

Esto era lo peor ¿Y si estaba en su clase? Trago saliva. Al entrar solo vio a los de siempre, no sabía si eso era un alivio o una desgracia.

Teruhashi apareció haciendo que la mayoría de la atención se fuese a ella. Definitivamente el olor que tenia ahora permanentemente ni siquiera era similar.

El profesor presento a una alumna nueva: Aiura Mikoto, la chica con la que su abuela quería emparejarlo. Era linda, es verdad, pero definitivamente tampoco era el olor de aquella persona que esperaba ver en su clase.

Bien al menos estoy seguro de que no estará cerca de mí. Al menos eso quiero suponer.

Se iba a quedar estudiando en el receso cuando captó que Teruhashi tenia intenciones de acercarse a él, así que decidió salir al baño de hombres, ahí estaría seguro.

Sin embargo, alguien salía en ese momento de allí. Era esa persona que trataba de esquivar: Un chico, que parecía bastante sencillo.

Su cabello era castaño oscuro casi tocando el negro y tenía ojos pardos. Era un poco mas alto que él, pero no importaba su altura, no podía dejar de verlo como si estuviera poseído por él.

Su corazón latió como loco y sin darse cuenta de lo que hacia arrincono a esa persona, oliendo lo más cerca posible su fragancia. Lo retuvo de las manos y podía percibir que el corazón de esta persona también latía al mismo ritmo de la suya.

Abrió suave la camisa ajena para descubrir su cuello y lamerlo. Necesitaba su cuello, necesitaba morderlo, marcarlo.

Ese chico era suyo. 

Believe in Love (Pausada hasta nuevo aviso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora