25. Japón, allá vamos.

2K 153 27
                                    

—Estarás dos semanas, ¿no crees que es muy poca ropa? —preguntó Camille desde mi cama.

—No, es solo lo suficiente —me encogí de hombros.

Y sí, finalmente accedí a ir a Japón con Niki. Él me esperaba en la sala ya que el vuelo saldría esta madrugada y dormiría en su casa para que todo fuera más rápido.

—Cuídense —todas dijeron despidiendonos en la puerta— Y que tengan una bonita Navidad y fin de año.

—Igual —dije y después de abrazarlas nos fuimos por el pasillo.

Mis padres no sabían nada de este viaje repentino a Japón. Y rezaba por qué no se enteraran porque estoy segura que tomarían el primer vuelo y me llevarían de nuevo a Estados Unidos por los pelos.

Llegamos a la casa y todos estaban comiendo. No los culpo, era bastante tarde y por lo que me contó Niki acababan de llegar de la empresa.

—Buen provecho —dije al entrar.

—¿Quieres comer algo? —preguntó Heeseung.

—No gracias, Niki y yo ya comimos cuando veníamos de camino.

Pasamos frente a un McDonald's y como se nos antojaban compramos unas hamburguesas y gaseosas.

—Que tengan buena noche —dijo Niki para después guiarme por el pasillo

Niki me acompañó a su cuarto y dejamos mi maleta. Él se tiró en la cama y yo solo me quedé parada mirándolo.

Desde lo que pasó la semana pasada ha crecido una tensión entre nosotros que no sé que sea.

—Ven, no muerdo. —toco la parte libre de la cama.

Cuidadosa me acosté a su lado. Estaba tensa debo admitirlo.

—No estés tan tensa —Niki apretó un poco mi brazo— No haré nada que no quieras.

—Se que no me harás nada —le sonreí relajándome un poco.

—Descansemos un poco. En tres horas saldrá el vuelo —en me abrazó de costado y yo apoyé mi cabeza en su pecho.

+-+

—¡Que tengan buen viaje! —gritaron los chicos mientras nos alejábamos.

Era pasada la media noche pero ellos quisieron acompañarnos para asegurarse de que todo estaba bien.

No debíamos preocuparnos por maletas y todo eso ya que iríamos en el Jeet privado que le ponía la empresa.

—Japón allá vamos —dije al colocarme el cinturón de seguridad después de oír al piloto informar que despegaríamos.

—Duerme. Prácticamente no dormiste en casa y el viaje demorará unas horas. —Niki que estaba en el otro puesto a mi lado me pasó una de sus manos por la cabeza.

Y eso hice. Dormí todo el viaje y ni si quiera me desperté cuando el piloto avisó que aterrizaríamos.

—Amor, vamos despierta —alguien me movió por el brazo pero yo tenía un sueño muy profundo y no quería despertar— April ya llegamos. Despierta.

—Tengo mucho sueño —protesté

—¿Te quedarás en el avión?

—Ash. Procura que la casa no quede tan lejos. —de mala gana me paré de mi puesto y con ayuda de Niki bajé del avión.

Pronto cuatro hombres fuertes y vestidos de negro nos rodearon.

Oh los guardaespaldas.

Nuestras maletas las llevaba otra persona que las dejaría en el carro.

La pista del aeropuerto estaba llena de aviones listos para su próximo viaje. A lo lejos pude divisar el auto que nos llevaría hasta nuestro destino final.

—Vamos —él puso su mano en mi espalda baja y caminamos hacia el auto.

Solo entrar y ya me había vuelto a quedar dormida en el hombro de mi hermoso novio.

—Llegamos preciosa. —volvió a despertarme.

—Bien.

Algo que tal vez no haya mencionado es que esto era una sorpresa para los padres de Niki, al igual que él viniera acompañado.

—¿Estas listo? —pregunté viéndolo dudar en si tocar la puerta o no.

—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que los ví. Estoy nervioso y contento a la vez —agarré su mano para mostrarle que estaba con él, que no debía estar tan tenso. Él soltó un suspiro y tocó el timbre.

Se oyeron pasos desde el interior y pronto una señora mayor abrió la puerta.

—¿Quién podrí...—se calló al ver a la persona a mí lado. Sus ojos se aguaron— Riki, hijo mío —extendío sus brazos y lo envolvió en un cálido abrazo.

—Mamá —él tenía sus ojos cerrados. Sabía que estaba por llorar.

—Cuanto has crecido. —dió unas palmaditas en su espalda para luego separarse— ¡Amor, mira quién está aquí! —gritó la señora mirando hacia el interior de la casa.

Me sentía como si sobrara. Era un momento íntimo de ellos. Después de tanto tiempo ven a su hijo por primera vez. Esto era muy emotivo.

—¿Quién? —un hombre apareció en mi campo de visión.

—Papá —Niki corrió a abrazarlo.

—¡Riki! —el hombre soltó algunas lágrimas abrazando a su hijo— ¡Te hemos extrañado!

—Claro que sí —Niki se separó.

—Oh, ¿quién es esta bella dama? —la señora notando mi presencia.

Niki vino a mí y me agarró de la mano  —Mamá, papá, ella es mi novia April, April Stone. —las bocas de los dos mayores cayeron al suelo.

—¿Tu novia? —el hombre sonaba sorprendido.

—Sí.

—Hola —saludé tímidamente.

—¿Desde cuándo salen? —la señora me preguntó directamente.

—Hace un mes y medio—dije un poco incómoda por su fuerte mirada.

—Niki hijo, ¿Podemos hablar a solas? —dijo el padre.

Niki asintió y se fueron. Uno de los guardaespaldas pasó nuestras maletas y las dejó en la sala para después retirarse.

—Pasa —la señora se echó a un lado para que pasara.

—Gracias —uff esos cursos de japonés también valieron la pena.

Lastima que no sea mi fuerte. Puedo defenderme con el idioma pero hay muchas cosas que me cuestan decir aún.

—Puedes sentarte —ese 'pudes sentarte' sonó a tenemos que hablar.

Un Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora