Capitulo 8

137 7 2
                                    


Ya casi recuperada después de haber pasado un mes bastante difícil en todo lo relacionado con mi salud aquí les dejo la primera parte de otra de las peripecias de esta loca y ocurrente pareja. En este capítulo y en el siguiente nos centraremos en nuestro grupo de secuestra-torturadores comandados por la sabia diosa del karma, Saori Kido y por su siempre fiel sumo amante Saga de Géminis. Las fobias de Afrodita despiertan la creatividad maquiavélica de este par de locos amantes.



Capítulo 8 Esferita, esferita mágica... I parte



Esa noche nuestro grupo de jóvenes no dejaba de reír de solo recordar su jornada, Ángelo estaba decidido en hacer un poster con la foto de Mitsumasa al ser alcanzado por el lindo venadito. Junto a él Marin bebía, muerta de risa, su cerveza que compartía con el loco italiano. Milo se lijaba la uña orgulloso de los resultados obtenidos, mientras terminaba de enviar un mensaje de texto.


-Lo ven solo es cuestión de tener las buenas llaves.-


Camus lo miro dudoso...


-Aun no nos explicas como conseguiste todas las llaves del zoológico?-


-Ah...eso mi querido amigo se le llama encanto. Dulce, doloroso y sensual encanto.-


La mueca de Afrodita dejaba en claro su posición al respecto.


-Doloroso? Pensé que entre nosotros solo Saga tenía ese aire masoquista-maniaco-dependiente.-


Una toz masculina de inconformidad se dejaba escuchar entre la risa disimulada de una jovencita enamorada.


-Oye sigo aquí! -


Saori , quien estaba sentada en el regazo de Saga se abrazaba con fuerza al chico y le besaba muy cerca del oído, hablándole con voz muy baja.


-Déjalos...esta noche te dejare atarme...-


Las pupilas de Saga se dilataron de solo imaginarse dentro de la escena mientras que Kanon, quien tenía a una joven pelirroja, sobre sus piernas, le explicaba a su acompañante algo avergonzado.


-Otra noche que me toca el sofá.-


La sonrisa de su acompañante y aquellas caricias en su larga cabellera le ponían en un estado de total sumisión.


-Sabes mi cama es pequeña, pero si quieres podemos acomodarnos, mi departamento queda a unos minutos del centro de Tokio.-


Afrodita observo con algo de fastidio aquella situación, mientras que exprimía su total desacuerdo.


-Esto es injusto! Ese par de cabrones son unos locos bipolares y se llevan a un par de primores, el alacrán me queda claro que se trancho a alguien para tener las llaves del zoo, y hasta el pendejo de Ángelo se hecha maromas con la profe del gym.-

Mi Rehén y mi verdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora