Toretto En Sus Huesos

CAPITULO FINAL

Brian está conduciendo cuando llegan a la nueva casa. Dom está dormido, así que Brian tiene un momento ininterrumpido para asimilarlo todo.

Es todo lo que Mia dijo que sería.

Enorme, para empezar. Seis dormitorios. Uno para Mia, uno para una guardería, uno para Letty, uno para cada uno de ellos; todavía no le han dicho a Mia que han compartido una cama todas las noches desde la última vez que se vieron, y ella realmente no lo ha hecho. lo averiguó o, más probablemente, los está desafiando a admitirlo, y una habitación de invitados para la familia. Cuatro baños completos y medio baño también, además de una de esas duchas al aire libre junto a la playa. Cocina grande, comedor, salas de estar, sala de entretenimiento, gran porche envolvente, acceso a la playa.

En resumen, es todo lo que Brian podría soñar, muchas cosas en las que ni siquiera había pensado. Un pedacito del paraíso de la marca Toretto.

Brian empuja casi suavemente el hombro de Dom. “Dom. Despertar."

Dom parpadea lentamente, mirándolo por un momento antes de parecer procesar la situación y mirar la casa frente a ellos. "Mierda", murmura. Luego, "mira ese garaje".

Brian resopla, pero es verdad; el garaje independiente un poco alejado de la casa es bastante impresionante. Podría ser su propio pequeño garaje de pasatiempo exagerado o, con un poco de trabajo, un negocio de primera línea. Han barajado la idea un poco, en las últimas semanas, entre viajar a Argentina, esperar los papeles, ver a un maldito médico y viajar a Chile, luego a Perú, antes de recibir la llamada de Mia.

"¿Vamos a entrar?" Brian dice, sin esperar la confirmación antes de abrir la puerta del auto, estirando las piernas, contento de estar afuera. Realmente lo empujaron, esta última etapa, para llegar aquí, una vez que Mia llamó.

Está embarazada de cinco meses, como les recordó tan vívidamente. Es hora de que todos estén juntos de nuevo.

Dom lo sigue, ninguno de los dos se molesta en descargar el auto todavía. Cuando da la vuelta al coche, Dom toma la mano de Brian, entrelazando sus dedos. Brian mira hacia abajo, luego a Dom, quien solo levanta una ceja desafiante. Brian no va a pelear con él exactamente por esto. No quiere. Hace que algo dentro de él se vuelva suave, honestamente.

Aprieta la mano de Dom y se dirigen a la casa.

Cuando nadie responde a su llamada, se abren camino, siguiendo el meandro envolvente del porche hacia la parte de atrás, hacia la playa. Sus instintos eran correctos; Mia está en una silla Adirondack allá atrás, con las manos en su estómago ahora visible mientras se reclina, mirando la playa.

Ella se mueve para levantarse cuando los ve, y ambos se adelantan para detenerla, lo que ella toma de buena gana. "Está bien, está bien, ya lo entiendo", dice, con una pequeña sonrisa en su rostro. "Lo hiciste."

"Lo hice", dice Brian, sonriendo mientras mira a su alrededor. "Este lugar es increíble".

Mia se recuesta, moviéndose para ponerse cómoda. “Realmente es genial, ¿eh? Tomó un poco de tiempo, pero ... es cierto lo que dicen. Nada que el dinero no pueda comprar ".

"¿Como estas?" Dom pregunta.

“Todo duele ”, se queja. “Y hay mucho por hacer. Pronto habrá un bebé aquí, Dom ".