One-shots {Daiki Aomine x Lectora}

Aomine en Halloween

Soy Lee ______ , hija de Un gran abogado y una heredera de la fortuna mas grande de Japón, cabe decir que nunca me falto nada, mis padres me aman y me consienten tanto que podría haberme malcriado sin duda, pero no pasó, pues antes de ser abogado, mi padre fue hijo de mis abuelos paternos, quienes eran emigrantes pobres de México, educándome con el valor de apreciar lo que tengo.

Claro que soy una adolescente en la edad de la punzada, por lo que cometo errores de los cuales si llega el castigo, y no, no es ¨En vez de irte a Canadá, solo iras a Disney¨, no, ya quisiera; es ¨Sin pagar Internet el próximo mes y no sales durante dos¨. En su mayoría los merecía.

Y aquí va estar otra bien merecida; es Halloween,y justo ahora estoy borracha hasta la médula a mitad de una fiesta de disfraces en mi casa, que con lo que me queda de consciencia, acepto que se esta saliendo un poco de control. Comenzaron a lanzarse desde el segundo piso a la alberca, en el cuarto de mis padres escucho gemidos y no quiero ir a investigar por que, hay bebidas tiradas en toda la alfombra.

Aclaro que yo no planee esto para nada, seria solo con mi grupo de animadoras, si nos emborracharíamos hasta la inconsciencia, pero resulta que no me dijeron que invitaron a toda la universidad, adiós mi moto y tarjeta.

Estoy consiente, pero a la vez, mi cuerpo responde como se le da la gana, voy caminando entre la gente con el equilibrio que puedo para no caer, llego a la sala donde se encuentran las demás animadoras y el equipo de Basket jugando verdad o reto. Siento como Momoi me jala sentándome en el circulo junto a ella, ella se mantiene sobria y me comienza a dar café convenciéndome de que era mas Vodka, lo cual después agradecí, pues comenzaba a estar menos borracha, lo suficiente para caminar derecho.

me quedé a ver como jugaban hasta que me animaron a unirme, después de un rato acepté, no lo sé, quizá me toque algo con Daiki, del chico del que llevo enamorada desde que lo vi por primera vez.

-_____ ¿Verdad o reto?- me preguntó Alana, una de las animadoras, instintivamente voltee a ver a Daiki de reojo, logre ver que me miraba, pero creo que no noto que yo lo vi también, me dí valor y respondí ¨Reto¨-Bien, veamos ¡Ya se! Besa a Aomine Daiki con lengua durante un minuto entero- dijo mirándome picara, ella es una de las pocas que saben mis sentimientos por el moreno.

Abro los ojos sorprendida, y volteo a ver al moreno, quien al ver que lo miro, se encoje de hombros, claro; que Daiki bese a alguien no es nada nuevo, después de todo, muy santo no es, no significo nada para el.

Me levanto disimulando mi nerviosismo por la situación, al llegar frente a el moreno de mis sueños, me siento sobre sus piernas, dejando las mías a los lados de su cintura, sin saber de donde saque tal atrevimiento, agradeciendo mil veces a Buda por no dejar que me desmalle al sentir sus manos en mis caderas y animarme a poner mis manos rodeando su cuello.

No espero mucho, solo la señal de que después de mirarnos a los ojos, ambos nos miramos los labios, me inclino hasta sentir su respiración e instintivamente ladeo un poco la cabeza para tener mas acceso a el, poso mis labios en los suyos, primero besándonos y jugando con los labios, hasta que le muerdo el labio inferior y este en respuesta gruñe muy levemente, yo aprovecho para comenzar a jugar con su lengua y su cavidad bucal, comenzando una guerra por el control. Atraigo mas su cabeza hacia mi, intentando reducir el espacio entre nosotros, el operativamente también me acerca de la cadera.

-Listo, un minuto completo- interrumpe otra de las jugadoras, haciendo que nos separemos.

Nos quedamos mirándonos unos segundos mas, hasta que me levanto de mi lugar, deseando que durara mas ese momento, pero no pasa, en vez de jugar mas, me dispongo a irme directo a mi cuarto, el cual gracias a dios cerré con llave y así nadie cogía en el; entro y me tiro a la cama mirando a el techo, el alcohol en mi sistema me hace fácil la tarea de entretenerme solo viendo las estrellas fosforescentes de plástico pegadas en mi techo. Escucho como alguien abre la puerta.

-Esta ocupado, cojan en otro cuarto o el baño esta al fondo a la derecha- respondo en automático sin ver quien es, esperanto que por favor cierren la puerta.

-Oh, perdón, pensé que podía aquí- me responde burlonamente una voz que reconozco como la de el padre de mis inexistentes hijos.

Me levanto para ver en su dirección y observar como cierra la puerta para luego caminar hacia mi, para luego sentarse a mi lado, lo miro como insinuando que me diga que quiere.

-O nada, solo quería buscar un lugar para descansar tranquilo- me dice encogiéndose de hombros, yo lo ignoro volviendo a acostarme y ver las estrellas- Allá abajo, me dijeron que sientes algo por mi- me dice acostándose junto a mi.

No me atrevo a verlo a la cara por la vergüenza, ¡No puede ser, Momoi te voy a arrancar la cabeza! Tapo mi rostro con mis brazos y suelto un gruñido funcionado con suspiro, uno muy largo.

Espera ¡Tal vez si me lo dice es por que siente lo mismo, y nos casaremos, y viviremos en una casa con alberca y tina de baño, adoptaremos tres hijos y tendremos un gato, un perro, un cuyo, una serpiente; el perro debe ser grande, los chihuahuas no me gustan, los odio me dan miedo, y un cerdo miniatura...!
Si claro, como si tuviera tanta suerte.

-Mira, la verdad es que si me gustas, y no te lo digo para que me respondas, sino por que se que me rechazaras, así que entre mas rápido duela, mas rápido pasa- le digo destapandome los ojos, aun sin atreverme a verlo, solo espero que sea lo mas duro, para así dejar de quererlo tanto.

-¿Como sabes que no me gustas también?- su pregunta hace que voltee por la sorpresa y ver que me miraba con una sonrisa tímida- Llevas gustándome desde hace tiempo, eres increíblemente hermosa, carismática y amable, no temes hacer lo que quieres. Se que fuiste tú la que me dejó el balón con el moño y la nota al final del partido que perdí contra Seirin- me dijo aun sonriendo sorprendiéndome aun mas ¿Como me descubrió?

Recuerdo a lo que se refiere, al ver que iba a perder, corrí a la tienda mas cercana y compre un balón, cuando volví, solo estaba el, sentado en medio de la cancha, dándome la espalda por lo que esperaba que no me estuviera viendo, y me dirijí a su mochila, que estaba en la banca junto a la puerta para dejar el balón con moño y un Post'it que decía ¨Para que entrenes y ganes la próxima vez , aun que creo que si ganaste esta vez¨.

- ¿Como supiste que fui yo?- pregunto sonrojandome, que vergüenza, pude haber escrito algo mejor.

-Eres muy ruidosa al caminar sabes, al escucharte y voltear te vi, te ignoré al instante, pero cuando vi la nota, me quedé realmente cautivado por ti- me dijo el moreno peli-azul que me tiene loca desde la secundaria, díganme como es posible que ames a alguien desde tercero de secundaria hasta segundo de bachillerato. No lo creo, esa misma persona me acaba de decir que corresponde mis sentimientos.

-Entonces ¿Ahora que? -pregunto con una pequeña sonrisa de esperanza.

-No lo se, tal vez ¿Quieres tener una cita conmigo mañana?- pregunta sonriéndome.

-Pues si- respondo para luego acomodarme mejor en la cama y el junto a mi.

Sin darnos cuenta, quedamos dormidos juntos toda la noche. Claro que al día siguiente, nos levantamos a la una de la tarde con resaca, mucha gente que correr y basura que limpiar.

Aomine amablemente acepto ayudarme toda la tarde, terminando completamente agotados y en una cita que termino siendo de ver películas en mi casa con muchas chucherías, pues no teníamos energía para mas. Claro que antes nos bañamos y le preste ropa a Daiki.

No paso nada mas que besos y abrazos inocentes esa noche. Aun que no les puedo asegurar que las siguientes sean así.

Mis padres se enteraron de la fiesta por fotos, pero gracias a la noticia de que el amor de mi vida se me había declarado; me salvé de el castigo pero no del interrogatorio, en el cual ya estaban buscando en sus contactos secretos la información de Aomine para ver si me merecía.

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Espero les haya gustado este one-shot, no olviden comentar y votar porfis.

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Les quiero amores, bye