07 ; only

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El verlo fue lo peor que me pasó.


Tuve que dejar de mentirme a mí mismo que Jay no me engañaba y que sólo era imaginación mía porque lo vi.

Lo vi en en nuestra habitación, entre las piernas de otro chico. Ahí estaba él, jadeando y transpirando mientras besaba fogosamente a un castaño que estaba gimiendo mientras le pedía por más. Y nunca pensé que me dolería tanto.

Me quedé estático y mis lágrimas hicieron aparición tal y como desde que conocí a Jay, mejor dicho, desde que me casé con él, desde mi luna de miel siempre lloraba a causa de Jay.

Llevé mi mano a mi boca tratando de callar mi llanto desgarrador que salía desde lo más profundo de mi ser.
Fue curioso porque yo luchaba por mantenerme callado, mientras que él, triunfador, gritaba todo lo que su voz le podía permitir.

Y nunca había odiado a una persona, hasta que lo vi a él, besando los labios de un desconocido en mi propia cama, faltándome el respeto en mi propia casa. Me odie más a mí, porque me hubiese evitado todo esto si lo hubiese dejado antes. Pero el hubiera no existe y aquí estaba yo, mirando a mi esposo serme infiel mientras trataba de callar mi llanto.

Entre cerré la puerta, la dejé tal y como estaba como cuando llegué, a paso lento evitando hacer cualquier ruido posible me dirigí escalera abajo, tomé mis llaves nuevamente y salí de la casa, nuestra casa.

Me atreví a sollozar una vez mi pie tocó el pavimento de la calle, caminé llorando, sintiendo mis piernas pesadas y queriéndome desvanecer en ese precisó instante, cuando llegué a un parque y observé que ya estaba lejos de mi casa, mis piernas no soportaron más y flaquearon, tirándome, caí de rodillas en el suelo y me permití llorar, me abracé a mí mismo tratando de consolarme mentalizándome que todo estaría bien.

Pero nada estaba bien, no desde mi boda con él.

Y una vez más, quise negarlo, pero no pude, no podía y nunca lo haría. Jay me estaba engañando y yo debía aceptarlo.

Aquella mañana había acordado salir con mi madre por su cumpleaños y para mi sorpresa Jay no descansaría porque tendría mucho trabajo -como siempre-, por eso no podía acompañarme, lo comprendí. Últimamente teníamos más peleas por el estrés y había dejado de oler los perfumes de otras personas en su ropa, así que pude entender e imaginar que tenía demasiado trabajo.

Me fui a casa de mi madre y en verdad quise disfrutar de ese día al máximo pero no conté discutir con ella apenas llegué por el simple hecho de "descuidar" a Jay como para que no quisiera estar conmigo ni en su día de descanso.

Gritarle a mi madre tampoco fue la mejor idea, supe que había sacado mi irá y frustración con ella debido a una semana llena de peleas, gritos y forcejeos después de haberle dicho que yo me había convertido en una versión de ella y ahora era un completo amargado a mis veinticuatro casi veinticinco años. También supe que había herido y arruinado el cumpleaños de mi madre por mi egoísmo y mi falta de control emocional.

Supe que nunca debí irme enojado de la casa de mis padres e ir a la mía, porque después me arrepentí, tanto como por haberle gritado a mi madre, como por haberme ido de su casa y dirigirme a la mía para ver mi desgracia. Supe también que Jay me era infiel y que yo, nuevamente, era un miserable.

La gente a mi alrededor curiosa y preocupada se acercó a preguntarme si todo se encontraba bien, pero, ¿cómo respondía a ello? Realmente nada estaba bien.

Mi marido me engañaba, lo hizo desde el primer momento en que se le presentó la oportunidad. Y yo, un estúpido ingenuo me dije a mi mismo que nunca lo hizo porque me amaba por sobre todas las cosas, al menos eso habíamos prometido.

Ahora sabía, Jay no era un hombre de palabra. Yo sí.

Miré al cielo ser adornado por ese suave color azul y esas nubes tal como algodones de azúcar blancos, el día estaba demasiado lindo que me hizo sentir un poco tranquilo y relajado, lastima que en estos momentos mi cabeza era una tormenta y todo lo lindo era un jodido asco que me hacía sentir más y más miserable de lo que ya era. Si Dios existía, rogaba porque el dolor pasará. Si Dios existía imploraba respuestas por saber por qué y por qué a mí. Si Dios existía, le suplicaba que por favor me permitiera continuar, le suplicaba porque Jay cambié debido a que lo amaba y no estaba seguro de amar a alguien más como lo hacía con Jay.

No me puedo imaginar amando a alguien más que no sea a él, porque lo amo, lo amo de la misma manera en la que lo quiero desde que lo vi caminar en el pasillo de la escuela, lo amo de igual forma que cuando nos dimos nuestro primer beso, lo amo como siempre lo he amado, puedo decir y admitir, que incluso, lo amo más de lo que solía amarlo.

Lamentablemente yo lo amaba y comenzaba a odiarme por hacerlo, me odiaba por amarlo tanto, tanto como para perdonarlo.

Pero me odiaba más por haberme arreglado después de dos horas del incidente y haber regresado a mi casa actuando como si nada hubiese pasado, como si no hubiese visto nada.

Pero me odiaba más por haberlo besado cuando llegué, me odié más cuando me entregué a él de la misma manera y forma en la misma cama que horas antes había compartido con alguien más.

Me odiaba por necesitarlo y amarlo tanto sabiendo que, ya nada era mutuo.















 







Porque Jay ya no me amaba y lo dejo en claro cuando gimió el nombre de otro chico sobre mis labios mientras me tomaba a mí.










 
































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Re normal actualizar a las 3:30 a.m. dos partes en un ratito y de casi 1000 palabras ambos, fueron más largos que los anteriores y según yo serían + cortitos JDKAJZJAJZ

literalmente estamos en la recta final quedan aproximadamente cuatro/cinco capítulos
¿Tienen curiosidad acerca de algo?

No se olviden de comentar que les pareció y votar ¡!

En verdad me gusta muchísimo leer sus comentarios <3
gracias por tanto perdón por tan poco

 



@cacaguatexg

⸙; I'm not the only one | JaynooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora