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Único, eso dices que soy, dices que soy el único en tu vida, al único a quién amas.

Dices que estoy loco. Porque tú crees que no sé lo que has hecho.

Dijiste que era mentira y que de tus labios nunca salió el nombre de alguien más mientras hacíamos el amor, pero era falso, y yo lo sabía. Ambos sabíamos que te querías engañar. Que nos querías engañar porque era lo estabas haciendo.

Y para ser honesto, yo también quería engañarme, por esa misma razón, actúe como si nunca hubiese escuchado algo la primera vez que lo hiciste, pero no pude seguir mintiéndome cuando se repitió una vez más y luego otra vez, de hecho, tantas veces que perdí la cuenta y solo lo recordaba debido a que eran diferentes nombres.


Además de dolerme, me sorprendía.


Nunca llegaría a comprender del todo y sobre todo me preguntó qué ronda por su cabeza cuando acaricia el cuerpo de alguien más.


¿En algún momento pensó en mí?


¿Pensó en el cómo me sentiría?


Realmente me cuestionaba muchas cosas y sobretodo, me cuestionaba si aún me amaba porque en el fondo una pequeña esperanza iluminaba mi alma, deseaba con todas las fuerzas posibles porque en su corazón aún sintiese algo por mí, aunque era obvio que no me amaba y lo dejó de hacer desde el primer momento donde decidió romper la promesa que juntos habíamos jurado.

Ya nada era igual, lo dejó en claro cuando dejó de llegar a dormir a la casa, cuando olvidó nuestros aniversarios, cuando dejó de tocarme y cuando dejó de besarme...


cuando dejó de amarme.


Y aunque dolía, debía tratar de aceptarlo, costaba trabajo y no era nada fácil, pero sabía que saldría de esto, siempre lo hacía. Pero era inevitable sentirme inestable, muchas veces quería quebrarme y dejar de actuar está triste falsa.


Lo nuestro ya no era un matrimonio, de hecho, nunca lo fue. Vivía encerrado en una burbuja llena de mentiras, estaba encadenado a las dulces palabras que me susurraba cada noche, encadenado a esos deliciosos labios que me hacían sentir calma cuando estaban sobre mí, a esa preciosa sonrisa que me dedicaba cuando despertaba e incluso estaba encadenado a sus pequeños defectos que me parecían encantadores. Decir que estaba encadenado cuando estaba enamorado era un error, pero no podía evitarlo, amaba a Jay con locura y aunque sus acciones me dañaban y me hacían sentir cada día el ser más inferior del mundo, estaba seguro de que había una razón para ello.


Sí, era yo.

No, no era yo.


Estaba agotado. Estaba totalmente cansado, no soportaba seguir viéndolo siendo tan descarado y poco a poco los sentimientos que eran de admiración y cariño se convirtieron en odio puro, eso era lo que dolía. De repente me encontraba odiando su olor característico, su sonrisa de las mañanas y me fastidiaban sus besos descarados, comprendí, que aquellas cosas de las que una vez me encontraba enamorado ahora eran solamente defectos y cada día le iba sumando más y más.

Desearía que todo esto terminará, en verdad, deseaba terminar con esta falsa, pero en el fondo sabía que lo necesitaba aún aquí. Por eso no podía odiarlo por completo, no cuando él me dedicaba una sonrisa encantadora que confundía a todo mi ser. Tampoco podía odiarlo porque había pasado tantas cosas con Jay a mi lado, que me era imposible pensar en una vida sin él.

Jay había sido mi motor y pilar en mis días malos. Jay había sido la luz en mi oscuridad.

Su corazón y amor eran inalcanzables, pero aún así Dios sabía que él tenía el mío.

Tal vez sólo no soy lo suficiente para él, por ello me hizo darme cuenta de mi miedo más grande. Me estaba dejando de apreciar, comenzaba nuevamente a dudar de mí, me volví inseguro, de mí, de mi aspecto, de mi personalidad e incluso de mis pensamientos.

No podía tirar por la borda los años a lado de Jay, desde la escuela secundaria hasta la actualidad; no podía deshacerme de esos recuerdos, no cuando era consciente de todo lo feliz que me hizo. Aunque Jay lo había hecho ya, había botado todos esos años de amor solo por unas simples caricias de una noche, posibles caricias que pude brindarle.


Lo había amado por tantos años.


Nos estábamos destruyendo poco a poco, mintiéndonos y haciéndonos pedazos gracias a estás mentiras.

El daño ya estaba hecho y aunque dolía, por primera vez pensé en mí y en el cómo me sentía y lejos de entristecerme, me encontraba molesto, estaba resentido y frustrado por todas las acciones que realizaba y que quería ocultar.

Estaba furioso, porque cuando llegó a casa temprano y me dio un beso en los labios pronunció las palabras que me asqueaban escuchar




—Te amo, bebé.

 



Porque cuando me llama por dicho apodó...





 






















𝘚𝘦́ 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘴𝘰𝘺 𝘦𝘭 𝘶́𝘯𝘪𝘤𝘰.





























 










 

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Ahora sí, finalmente las narraciones de Sunoo han llegado a su fin, en las siguientes actualizaciones podremos apreciar su crecimiento y también tendremos la versión de Jay.

Honestamente no había actualizado porque me da mucha inseguridad pero creo que es lo que me da inspiración porque cuando estoy triste es cuando escribo esta historia.

Ahora tengo una duda, ¿han personitas que no han leído "i'm" ni "the"? es que son las dos partes que tienen menos vistas que las demás jdkjskaia.

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gente he publicado una mini historia jakewon, les invito a leerla, está en mi perfil y está completa!

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Gracias por leerme <3.


 




@cacaguatexg

⸙; I'm not the only one | JaynooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora