ojitos

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Ya te dije, morro, vuelves a decir "gol gana" y neta que te parto la perra jeta, ¿Oíste, Guido? – amenazó el moreno mientras le daba un leve empujón al joven de cabellos claros –

Si, Beto, era broma – aclaró Guido con el rostro hecho un mar de expresiones, expresiones que obviamente delataban su miedo hacia Alberto –

Bájale, Beto, Guido nomás 'taba cotorreando, mejor vamos a mi casa – Interrumpió Ercole aquella escena puesto que aquellos dos le tenían harto debido a que todo el partido estaban peleando –

Pues vamos, nos pedimos una orden de tacos de la peñita, ¿No? mi ama' me dejó 100 varos pss pa' tragar – dijo Alberto mientras agarraba su balón todo lleno de tierra –

Traigo feria en mi casa, mientras tú te pichas los tacos, Guido y yo iremos a la tienda de mi casa para comprar las cocas y de pasó compramos botana – dijo Ercole mientras palmeaba el hombro de Guido –

Cada chico fue a hacer las cosas correspondientes pero Alberto estaba que no daba una más en caminar. De regreso se acordó que no conocía muy bien la casa de Ercole así que miró por aquella calle en busca de alguien a quién preguntarle sobre la dirección exacta, afortunadamente vió a un chico con camisa negra y estampado de ¿Un anime? ¿Acaso esos eran shorts negros? ¿Por qué tanto negro con la canicula que hay?

Hey, tú!! Güero! – gritó Alberto corriendo a la dirección del chico que estaba saliendo de aquel terreno –

El chico de cabellos rizados se quedó paralizado ante aquellos gritos que lo tomaron desprevenido ocasionando que tirase el envase de coca.

Oye güero, ¿Conoces a Ercole? – preguntó Alberto mientras recogía aquel envase y se lo ofrecía al chico blanco –

Si, vive a tres calles – tomó el envase para posteriormente dar unos cuantos pasos con nerviosismo – muchísimas gracias ¿Señor? – Musitó indeciso Luca –

Nah, dime Alberto, soy amigo de Ercole – extendió su mano para que el chico correspondiera –

Hola Alberto, soy Lu.. Luca – Luca moría de vergüenza al tartamudear –

¿Andas solo o por qué tan asuta'o, güero? – preguntó Alberto viendo el terreno aquel, plantas por todos lados, una casa bastante amplia y otra casa chica en la punta del terreno, debe ser familia grande pensó Alberto –

Si... No, bueno si, es que mi abuela se fue a un bingo con mi bisabuela y toda mi familia fue así que me quedé solo – Aclaró Luca mientras tomaba asiento en la banqueta de su casa, dirigió su vista hacia el ajeno para que el chico moreno también se sentara a su lado –

pss ponte pilas, güero, el Ercole dice que en el campo detrás de tu casa los vecinos ven que se aparece una niña – dijo Alberto con toda la seguridad del mundo, Scorfano se sentó al lado del chico dejando a su lado la bolsa de tacos –

Lo sé, mis tíos la vieron y la vez que mi abuela sacó a vender la vecina nos contó – comentó Luca recordando que su abuela le prohibió salirse de la casa – sabes, tengo que ir a la tienda y después regresar directo a mi casa... Me encantó charlar, lindo – se despidió el chico blanquecino mientras caminaba hacia la tienda –

Uff, quién fuera tu calzón pa' andar entre el medio de esas nalgas – dijo para sí mismo mientras se levantaba de aquel lugar para irse a la casa de su compa –

Te digo, carnal, ví a un morrito bonito vestido de negro  – le contó Alberto a Guido mientras metía un taco de tripita a su boca –

De casualidad, ¿Tenía las mejillas rosas? – preguntó Ercole mientras ponía unos tacos en su plato, lo único que recibió fue un "ujum" por parte de Alberto – ¿Tenis Converse blancos? – recibió un asentimiento – ¿Se veía asustado? – otro asentimiento por parte de Alberto –

No compa, ni lo pienses, es el nieto de doña chelo. Ese morro sólo tiene ojos para sus bandas asiáticas y ese rollo, neta que ni te va a pelar – advirtió Visconti –

Nambe, todas y todos caen por mí, verás que ese vato no será la excepción – dijo Alberto seguro de sí mismo –

Yo iba con él en secundaria – dijo Guido de la nada – siempre tenía chicos que querían con él e incluso niñas, él nunca le hizo caso a nadie, sólo iba a estudiar... A lo máximo supe que tenía dos amigos – recordaba el rubio esbozando una sonrisa –

Nomás la bajan, pero van a ver que lo voy a traer de mi morro – aseguró el moreno –




Holaaa, es mi primer fic de éste estilo, espero y les guste

El güero de la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora