- Es aquí,en este festival trabaja el Adivino - dijo Cham
Los chicos se dirigieron a una especie de cabaña que se encontraba al fondo de aquel festival, tuvieron que recorrer un largo camino pues estaba en lo más alejado.
- ¡Buenos días! ¿En qué puedo ayudarlos? - una voz grave y rasposa a la vez se pudo escuchar dentro de aquella cabaña
- ¡Bueno días señor! Venimos a ver si puede ayudar a mi amigo a encontrar a su media naranja - respondió Tai de inmediato
- ¿Ayudarlo a encontrar que? - el Adivino se encontraba confundido, pues para el no era la manera correcta de llamar a su alma gemela
- Disculpe señor. Es para encontrar quien tiene el extremo de su hilo rojo, su alma gemela - corrigió Shaoran
- Claro que puedo, ¿Quién es el chico que quiere saber? - se pudo ver al Adivino saliendo de uno de los tantos cuartos que habían dentro
- Es el - Todos dieron un leve empujón a Acsian haciendo que este quedase frente al Adivino
- Ven conmigo - habló el adivino
Acsian solo acató la orden y fué detrás de el.
Se dirigieron a un cuarto diferente del que salió, este cuarto estaba lleno de cosas colgadas, mensajes, símbolos, hierbas, cosas que solo ellos saben para que usan. El ambiente era tranquilo pero a la vez tenso, se podía notar que Acsian estaba nervioso. No es como que todo los días vas con un Adivino para que te diga con quién estás destinado.- Toma asiento - el Adivino señaló un cojín en el piso
- ¡Gracias! - Acsian tomó lugar en dónde le indicó
- Entonces... ¿Quieres saber quién tiene el extremo de tu hilo rojo? - el adivino lo miró atentamente y Ascian solo se removió incómodo
- Emmm, si algo así
- No te notas del todo convencido, ¿Fuiste obligado a venir?
- Mire, la verdad es que yo no creo en estás cosas, solo vine porque mis amigos me lo pidieron así que que más da. Solo haga su trabajo
- Bien... Préstame tu mano derecha - inmediatamente el Adivino al tener su mano, tomó el dedo meñique de este y cerró los ojos
Acsian solo lo miraba con confusión, no sabía que hacer o decir así que solo se quedó callaba observando cada movimiento del Adivino además de sus raras expresiones
- ¡Lo encontré! - habló el Adivino para luego abrir los ojos
- ¿Y luego?
- Es un chico, muy apuesto, es alto, con el cabello col-....
Hubiese seguido describiendo a la persona si no fuera porque Acsian se safó del agarre de manera brusca interrumpiendo así la sesión
- ¿Pasa algo? - preguntó el adivino algo confundido
- Que si pasa algo, claro que pasa. ¿Cómo que es un chico? ¿Esta viendo bien?, ¿Si ubica que soy hombre, cierto? - su incomodidad y molestia eran más que evidentes
- Es lo que vi, es la verdad
- ¡¡Es un estafador!!, Yo sabía que no debía venir
Y esas fueron las palabras que lo hicieron explotar de enojo. Acsian se levantó y salió diciendo que lo habían estafado. Sus amigos no entendían nada y fueron detrás de el-¡Esperen! - gritó el Adivino
- ¿Si? - preguntó Cham
- No me pagó, le haya o no gustado la respuesta yo dije la verdad y esto no es gratis
- Ah cierto, perdón - Cham tomó su billetera, pagó y alcanzó a los demás
Acsian iba enojado pensando en ¿Un hombre? ¿Yo, destinado a un hombre? ¡Ese Adivino debe estar loco! Solo estafan a la gente que se deja engañar
Iba tan metido en sus pensamientos que no notó que un chico venía frente a el con algunas telas en ambas manos e igualmente venía un poco distraído. Solo unos pasos más y chocaron tan brusco que el chico cayó junto con sus telas. Ascian sin tomarle importancia siguió con su camino.- ¡Hey! ¿Acaso no te fijas? ¡Mínimo pide disculpas! - El chico reclamaba enojado, no solo por qué le tiró las telas haciendo que estás se ensuciaran por el suelo sin pavimento cubierto de puro polvo sino por lo descortés que fué, eso era lo que más le enojaba
Los amigos de Acsian qué venían detrás vieron lo sucedido
- ¡Disculpa a mi amigo! Recibió una noticia que al parecer no le gustó - Ellos ayudaban a recoger las telas
- Bueno, por lo menos recibí disculpas - dijo ya más tranquilo
- ¡Oh no! ¡Tus telas se estropearon! ¡Rápido pagale! - dijo Tai mientras señalaba a Cham
- ¿Yo porque? Yo no las tiré - se quejó Cham
- O-o-oigan N-no - El chico trataba de hablar en medio de la mini pelea que hacian por ver quién pagaría que no había necesidad de pagar
- Espera... Ahorita lo arreglamos, no te preocupes, te lo vamos a pagar
- p-p-pero...
- Pero nada - Shaoran sacó su billetera y depósito algunos billetes sobre las telas del chico
- Espero sea suficiente, nosotros nos vamos que sino perderemos de vista a nuestro amigo - sin más salieron casi corriendo dejando al chico confundido por lo anterior
Este sin más, siguió su camino a la cabaña del Adivino, quien se encontraba parado al lado de la puerta
- ¡Que chicos tan raros! Me pagaron las telas pensando que ya no servían solo porque se ensuciaron un poco ¿Acaso no saben que con una lavadita se les cae? Deben ser unos riquillos - hablaba dirigiéndose al Adivino
- Lo son - el Adivino respondió
- Por lo menos fueron amables, no que su amigo el otro fué bien grosero. Osea iba enojado lo se, pero eso no le da el derecho a ser descortés con las demás personas ¡Espero no volver a encontrarme con el! - Hizo puchero
- Lo volverás a ver - dijo el Adivino mirando en dirección al que los chicos se fueron
- ¿Qué voy a qué? No no, yo no quiero encontrarme con el de nuevo
- Quieras o no, lo harás y más de una vez - replicó
- P-pero ¿Porqué? ¿Usted cómo sabe? - frunció el ceño
- El hilo rojo del destino los juntará de nuevo
- ¿El hilo rojo del destino? ¿Acaso ese hilo no es el de las almas gemelas? Osea que yo... Digo el... ¿Qué?- preguntó
- Exactamente. Puedes dejar las telas en esa banca, yo las lavaré puedes retirarte
- P-p-ero
- Pero nada Khalan, apúrate que llegarás tarde a tus clases
- Si, si claro señor
Khalan sin chistear más, paso por sus cosas y se retiró.
¿Hilo rojo? ¿Almas gemelas? ¿Acaso el es mi destinado? Esas preguntas estaban invadiendo su cabeza, ¿Había conocido a su destinado? ¿Ese chico grosero era su destinado?
Continuará....
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EL HILO ROJO DEL DESTINO /en curso/
RomansaUna leyenda que afirma que todos aquellos que estén unidos por el hilo rojo, están destinados a encontrarse y ser almas gemelas. No importa cuánto tiempo tardes en conocer a esa persona, ni el tiempo que pases sin verla, el hilo puede enredarse, est...