citrus (corazón a medias)

Parte 10

Yuzu se sorprendería y con voz medio temblorosa le preguntó si era cerveza a lo que Azami con una sonrisa le afirmaría. Yuzu un poco descolocada tomaría una botella sin intención de beber. Azami acabaría rápidamente la primera botella mientras que Yuzu dudaba pero al verse presionada por su amiga esta acabaría bebiendo. Y así botella tras botella ambas acabarían borrachas.

Yuzu: Borracha -Azami, te ves hermosa. Como Mei cuando la besaba. Su lengua era cálida y suave-

Azami: Borracha -No hables de esa perra que te hizo llorar. Ahora nos tienes a Aki y a mi para besarnos y hacer lo demás-

Yuzu: Borracha -Pero extraño los labios de Mei, extraño cuando me cuidaba-

Azami: Borracha -Shhhh, ¿quieres otra?- Lo diría con dos botellas en la mano.

Yuzu: Borracha -Eso no se pregunta preciosa- Tras eso agarraría la botella, la abre y la termina de un trago.

Azami: Borracha -Yuzu, ¿me puedes besar como besabas a esa perra?- Lo diría acercando su cara a la de la rubia.

Yuzu: Borracha -No sé, no estoy segura, no es legal...es broma, dale- Tras eso ambas se besaron.

El beso era cálido. Poco a poco Yuzu fue metiendo su lengua en la boca de Azami la cual correspondía. Cuando las lenguas de ambas se encontrar Yuzu y Azami se separaron.

Azami: Borracha -Fue dulce, ¿siempre os besabais así?-

Yuzu: Borracha -Si. Oye, ¿por que vives sola?-

Azami: Borracha -Mi padre esta muerto y mi madre en prisión- Tras eso se iría a la cocina por otras dos cervezas.

Yuzu: Borracha -¿Me cuentas qué pasó?- Cogería otra botella de cerveza.

Azami: Borracha -Pues cuando mi padre se murió mi madre se volvió adicto a los apuestas. Solía perder mucho y cuando lo hacía, para desquitarse me pegaba con palos, cinturón, a mano limpia. Vamos, con todo lo que había a su disposición. Tampoco me dejaba salir a la calle. Esta casa era mi cárcel. Pero, un día ella dejo la puerta abierta y yo escape. Ver todo la vida que había ahí, a todos feliz me extraño. Mientras más veía más me sorprendía de la vida que hay. Y entonces, sin querer me tropecé con Aki. Él estaba con sus padres y ellos vieron mis brazos con cicatrices y me preguntaron que me paso. Yo les dije que nada fuera de lo común, solo que mi madre me pego. Ellos llamaron a la policía y se hicieron cargo de mi hasta que encontraron a mis abuelos. Y bueno, ya llevo dos años engañando a ellos diciendo que están vivos- Tras contar su historia vería a Yuzu durmiendo.  

Azami daría un suspiro y la despertaría. Ya era muy tarde y la decidió acompañar a la rubia a su casa. Una vez en su casa Yuzu esperaba que todos estuvieran dormidos. Al abrir la puerta una preocupada Mei la abrazaría con fuerza. Tras eso vería con rabia a Azami la cual solo se despediría y se iría a su casa. Cuando Azami se fue Mei se percato del olor a alcohol que desprendía la rubia.

Mei: En un tono enfadado -¡¿Bebiste?!- 

Yuzu: Borracha y sonriendo -¿Algún problema? ¿qué te importa lo que haga?-

Mei: Aún más enfadada -¿¡Tú eres tonta!? Aún tienes 16 años-

Yuzu: Borracha -¿Y? Y responde a mi pregunta, ¿qué te importa?-

Mei: Tras dar un suspiro -Eres mi hermanastra, me preocupo por ti-

Yuzu: Borracha -¿Qué somos hermanastras?, es enserio. Eres la mejor comedia que hay. Primero besas a tu "hermana" después juegas con sus sentimientos y ahora dices eso-

Mei: Se quedaría perpleja y enfadada explota -Mira, yo no soy la que vive como una estúpida de la moda sin luchar por un futuro. Y realmente agradezco que te hayas ido, desde que no estas no hay casi trabajo. Eres un cargo y una mancha en mi apellido-

Yuzu: Borracha y enfadada -Qué te den. Eres una escoria- Tras eso se iría a su habitación a dormir

Mei se iría al sofá. No tardo en darse cuenta de lo que dijo. Realmente se sentía mal por lo que le dijo en el santuario y ahora se suma esto. Ya no podía aguantar sus ganas de llorar y poco a poco sus bellos ojos purpura fueron echando lagrimas. La pelinegra estaba mal, ¿por que le dijo eso?, ¿pensaba eso de Yuzu? Esas preguntan la atormentaban. Pero ella vino borracha a casa y aún tiene 16. Aún es joven para probar el alcohol. Y esa niña con quien vino. ¿Que le habra hecho? Y así, con esos pensamientos en su cabeza Mei se tumbaría en el sofá y se quedaría dormida.