¡Malditos limones! (Parte I)

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Tuve una mes extraño, demasiado. Por no decir aterrador.

Todo comenzó en mi cumpleaños, ese día fue el inicio de una comedia cítrica en todos los sentidos que nunca imagine posible. 

Ese día empezó con normalidad: me levanté, me duché con el champú de mi madre (no es fácil tener cabello delicado) que casualmente fue uno de limón (no el di mucha importante, solo quería continuar con mi cuidado capilar), desayune un comida jamaicana con toques de limón (a mi madre se lo ganó en un concurso, no pregunta a pesar que deseaba un taco vegano) y fui a la universidad porque tenía seminario de "La importancia de los cítricos en la medicina occidental" (no sé cómo diablos no me di cuenta de todo la extrañeza) y con tranquilidad fui caminado a mi casa sabiendo que de seguro toda la familia me "sorprendería" con una fiesta como cada año.

En el trayecto, vi mucha publicidad que en situaciones normales no recordaría pero toda la publicidad que me encontraba era con algo relacionado con los limones y como un idiota aún no me di cuenta que había algo mal.

¡Limones! ¡Limones y más limones! ¡Cómo no me di cuenta! Tal vez fue un intento que darle normalidad a lo extraño.

Bueno, recién me di cuenta de la verdad cuando en mi fiesta que vinieron mis tíos y primos lejanos con algo de ropa verde limón. Incluso, entre ellos se sorprendieron, no les culpo, ¿cuáles son las probabilidades que en un cuarto con personas que se ven en años se vistan del mismo color? 

Y para empeorar la situación, ¡los regalos y la comida no ayudaron en nada!

Todos los regalos tenía alguna temática de limón, por ejemplo, mi primo segundo por parte de mi madre me regalo unas tierras de culto, nada extraño considerando que siempre quise tener tierras a mi nombre PERO era en Jamaica... ¡Mi primo segundo por parte de mi madre me regalo unas tierras de cultivo de limones en Jamaica! ¡Hasta ahora me preguntó como lo consiguió!

Ni hablemos de la comida, pues mi familia tiene la tradición de traer comidas para los cumpleaños sin avisar que traerán por la sorpresa y de alguna manera milagrosa (y ridícula) el limón no faltaba en la comida.

Fue mi cumpleaños más cítrico sin lugar a dudas, sin embargo, la cosa no termino ahí.

—Hijo, por cierto, Hina va está por venir —dijo mi madre para mi horror.

¿Y quién Hina se preguntarán? Ella es la chica más dulce según todos, ¡todos los ciegos!

¡Hina es la chica más cruel y cínica que tenía la desgracia de conocer en mis 20 años de vida!

Sobretodo, también, es mi exnovia. Aunque debo admitir que cuando da golpes se ve muy sexy.

"¡Por qué, mamá! ¡Por qué! ¡Acaso quieres que muera!", pensé a los 10 segundos que habló mi madre.

—¡Mamá! ¡Te dije que no quería volver a ver a Hina en mi vida! ¡Se te olvidó lo que me hizo! —dije muy asustado porque Hina a parte de ser una política novata muy prometedora de la provincia de Okinawa es una artista marcial de renombre mundial.

—Me lo contante, por eso la invite, hijo, ya tienes 20 años y estás a 3 años de terminar la carrera de Filosofía y no veo que tengas novia.

—¡Ella me va a matar si estoy en un cuarto a solas con ella!

—¡Quiero nietos!, si mueres al menos dame nietos.

"¡Lo sabía! ¡Quieres que tu hijo muera! ¡Eres una madre terrible!", grité en mi interior, no me atreví a decirlo, pues amo mi vida, mi madre también una artista marcial, una campeona de boxeo y muay thai.

Un Héroe... ¿UN LIMÓN ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora