¡Malditos limones! (Parte II)

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▯Héroe Cítrico, Ser extraño viajante de otro mundo, Naofumi Iwatani▯ Calendario Breyfau: año 1017, mes Naj, día 7, Thur 

Sótano oculto del Castillo de Melromarc▯ 

▯Reloj: 12 horas (mañana)

El brillo aun seguía, y aun estaba girando si esto seguía así vomitaría toda mi almuerzo.

Entonces, escuche un coro que no procese en un inicio:

—¡Oh, valientes héroes!, ¡por favor, salven nuestro mundo y nuestra gente!

Con esas palabras al mismo tiempo tocaría suelo, aun no comprendo cómo caí de pies, no soy mi gato Itachi. Ahora que me acuerdo, ¿le habré dejado su comida antes de ser secuestrado?... Bueno, eso ya es responsabilidad de mi madre. Ese gato se cree el rey del mundo cuando a lo mucho es el rey de su arenero.

Volviendo a lo importante.  El brillo se había ido y estaba podía diferenciar la izquierda de la derecha. Luego, note a los hombres de túnica fuera de moda que me rodeaban, después note a los otros 3, más tarde sabría que ellos son los 3 héroes. ¡Ahí se encontraba el demente que arrastraría a una espiral de limones y locura sin sentido!

No hay que adelantarnos, ya llegaremos a eso. Aunque iré adelantándome: ¡Maldito seas, Ren! ¡Juro que me vengaré de todo! Incluyendo que la vez que me mandaste a la luna.

Ahora sí no hay que distraerse.

Esos 3 sujetos con ropa moderna estaban ahí con un rostro tan confundido como el mío.

Había un hombre alto y rubio de complexión atlética, estaba bien cuidado y, tras un minuto estuvo muy tranquilo con su cabello lacio. Sin embargo, lo que me hizo detener mis pensamientos de confusión fue que cada uno tenía un arma en la mano. Fue ahí que baje la mirada y logre ver abajo con duda.

Encontré tres cosa que si no hubiera bajado la cabeza no los habría sentido. En una mano sostenía el maldito libro que me secuestro; en la otra, tenía mi laptop y en ese mismo brazo había un pequeño escudo puntiagudo.

—¿Por qué siento que está situación es tan similar? —dije casi susurrando.

Y si se preguntan qué me pasaba les iré respondiendo que mi maldito escudo me bloqueo los recuerdos de todo lo relacionado con el libro. En ese momento, tenía vagos recuerdos de mi pasado, recordaba a mi familia, a los limones, a mi gato Itachi pero nada de "Dementes y limones". Me demoraría en recuperar mis recuerdos y cuando eso pasé mi odio a este mundo supero los limites.

Vale agregar que me enorgullezco de pensar rápido y actuar en consecuencia; y como sigo siendo yo actué que estaba en un sueño loco producido por una sobredosis de limón combinado a los golpes que mi madre me da cuando me niego a entrenar aikido u otra arte marcial.

Aunque eso no me impidió darme cuenta de la situación ridícula que estaba. ¡Por qué dioses! ¡Por qué!

Mi cabeza apenas podía mantenerse por si misma. Tenía varias preguntas: ¿esto era real?, ¿dónde estaba?, ¿cómo diablos es un escudo un arma?, ¿qué tan fuerte mi madre me golpe mi cabeza?

Preguntas que por unos minutos me dieron gracia.  Schopenhauer una vez afirmo que hay tres estados de verdad: "(...) primero es ridiculizada; segundo, se le opone violentamente; y tercero, es aceptada como evidente". Como es evidente estoy en el primer estado de la verdad.

En eso el héroe del Arco, Itsuki, habló mientras se levantaba del suelo:

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Salvar tu mundo? ¿De qué?

Un Héroe... ¿UN LIMÓN ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora