Prólogo; 000

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—Kim taehyung

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—Kim taehyung. ¿Dónde te has metido, jovencito?—Llamaba él padre del chico anteriormente mencionado—Estarás en serios problemas si no vienes aquí—Volvió a decir.

Necesitaba la ayuda de su hijo, no podía llevar por si mismo esos postres, terminaría cayéndose con ellos encima y todo sería un caos.

—¡Ya llegué, lo siento!—Un agitado, y despeinado chico llegó corriendo torpemente con dos tacitas en sus manos hasta su padre.

—Llevo largos ratos buscadote. ¿Dónde estabas, Kim?—Cuestionó él señor Seung regañándole mientras movía un pie en espera de su excusa.

—Tuve que ir por las dos tazas de harina que me pediste. ¿Lo olvidas?—Dejó las tacitas encima de una mesa ubicada en la cocina, donde colocaban muchas cosas que utilizarían en el momento, como la azúcar; la leche, vainilla, entre más.

Él señor Seung colocó una mano en su frente, regañandose a si mismo por olvidarlo—No lo recordaba—Dijo y luego recordó que tenía algo que entregar—Hijo, necesito tú ayuda—Le mostró los dos postres.

—¿Necesitas que yo los entregue?—Miró a su padre asentir en respuesta—Esta bien, iré. ¿A quien debo llevárselos?—Tomó una gran bandeja y colocó ambos postres allí.

—Al señor Jeon Junyung—Él castaño oscuro casi se siente desmayar ante la mención de aquel nombre.

—No pienso ir, me niego—Dejó la bandeja en la mesa para poder darle la espalda a su padre y cruzar sus brazos.

—Hijo..—Intentó convencer al joven con un tono dulce en su llamado—Por favor. Tu padre tiene otros postres que preparar, ayudame con esos—Sonrió con victoria al ver a su hijo suspirar.

—Pero, ¿y si cometo un error? ¿y si digo algo que no le agrada al señor Jeon? ¡Peor aún! ¿y si me tropiezo y le tiró todo encima?—Exclamó de manera muy rápida aquellas preguntas. Estaba dispuesto a decir muchas más si no fuera porqué su padre le tapó la boca.

—Tranquilizate, nada de eso sucederá, tae—Tomó la bandeja y la colocó en las palmas de kim—Ahora, ve y mueve ese trasero. Lleva esos postres, porqué no son eternos—Dijo con algo de burla, haciendo reír al menor.

Seguido de ello, taehyung salió de la cocina con rumbo a la habitación donde se encontraba él señor Jeon.

—¿Puedo pasar?—Preguntó un chico de cabellos castaños claros asomándose por la puerta de la habitación de su padre

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—¿Puedo pasar?—Preguntó un chico de cabellos castaños claros asomándose por la puerta de la habitación de su padre.

—Ya lo hiciste, Jungkook—Exclamó él hombre mayor dándole una rápida mirada a su hijo desde su escritorio—¿Qué necesitas? Que sea rápido, tengo cosas que hacer—Se retiró aquellos lentes que estaba utilizando para poder realizar nuevos bocetos.

—Yo, bueno.. Quería saber si pued—Jungkook trató de decir algo pero fue interrumpido por él mayor.

—No Jungkook—Exclamó con voz dura, levantando su mirada hasta su hijo.

—Pero, padre—

—Pero nada. Tienes cosas importantes que hacer, pero parece ser que se te olvidaron—Se levantó de aquel escritorio para encaminarse hasta él menor—Te recuerdo que tienes clases de modelaje, ropa que probarte, sesiones de fotos—Ahora fue el turno de Jungkook de interrumpir.

—Ya entendí, no me recuerdes lo que tengo que hacer—Se dió la vuelta dispuesto a irse a su habitación—Ya sabía que no me lo permitirías—Murmuró antes de dejar al mayor con las palabras en la boca.

Él mayor estuvo apunto de cerrar nuevamente la puerta, hasta que...

—¡Señor Jeon!—Escuchó un grito proveniente de afuera de la habitación. Era taehyung, él hijo de su repostero favorito—Lamento la demora señor, aquí le traje sus pedidos—Dijo algo cansado, pues había corrido al ver la puerta de la habitación cerrándose.

—Muchas gracias, Kim—Él mayor tomó los postres, llevando uno a su escritorio, y el otro seguía entre sus manos—Mhg, siempre tan honorables las creaciones de tu padre—Gimió de satisfacción al darle un bocado al postre.

—Me alegra oír eso señor Jeon—Sonrió y realizó una reverencia para despedirse y poder regresar a donde estaba él señor Seung, su padre.

Mientras que Kim se iba, un chico de ojos verdes miraba con tristeza a él diseñador desde lejos.

A él lo trataba tan indiferente, y a los demás con tanto cariño.

A él lo trataba tan indiferente, y a los demás con tanto cariño

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Próximamente..

al fin me animé a publicarla, JAKS

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al fin me animé a publicarla, JAKS.

espero les este gustando, si veo que es así, intentaré actualizar más rápido):

chaito.

Entre fama y harina • kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora