—Hija llegaremos en unas horas. -me dijo mi madre sonriéndome. Yo solo asentí dedicándole una dulce sonrisa.
Cogí mi móvil, conecte mis auriculares y puse una de mis playlist. Apoyé mi brazo en la puerta del coche y acomodé mi cabeza encima.
<Que precioso paisaje> Pasaba por mi mente mientras veía las montañas con esas extravagantes flores, un cálido calor que estás desprendían, incitación a verlas y no apartar tu vista. Un paisaje que llenaba de emociones.—_____, _____. -decía mi madre mientras me daba unos golpecitos. —Hemos llegado a Mizo.
Parpadeé unas veces y luego la divisé. —¿hum? ¿Me quedé dormida? -pregunté sobando mis ojos.
Mi madre asintió. Quitó las llaves, y se levantó para salir del coche. -Vamos cariño. -Me dijo con su sonrisa habitual y amable.
Llegamos a la casa. No era ni muy grande ni muy pequeña. Era cómoda, acogedora y sencilla. Subí a mi cuarto y dejé las pocas cajas que traía.
—Mamá. -dije llamando su atención. —Voy a salir a dar una vuelta, quiero conocer el lugar.
—Va cariño. -dijo acercándose. —Te cuidado y por cierto, cuando lleguen los de la mudanza te aviso. -Asentí, cogí las llaves y salí.
—Haber... -dije sacando el celular de mi bolsillo. —Voy a marcar mi localización para no perderme. -dije pinchando en el celular mi casa.
Ande durante unas horas, al percatarme estaba atardeciendo. Saqué mi celular afirmando que era ya algo tarde, aprovechando que tenía el aparato en mis manos, busqué algún sitio para ver el precioso atardecer en sus colores. Encontré un santuario. Puse la localización y me puse en marcha. Llegué con paso rápido, ya que quería verlo antes de que anocheciera.
Me senté en los escalones. Divisando aquellos preciosos colores que se fundía con la noche. Los tonos anaranjados que se hacían poco a poco en uno con los demás tonos. De aquí a unos minutos ya había anochecido.
Hay estaba parada viendo la hermosa noche estrellada que quedó. Un ruido de unas motos me desconcentran y muevo mi visión dirigiéndola a unos chicos que se encontraban a unos metros.Me fijo bien y van todos vestidos igual, parece como una pandilla o algo por el estilo. Decido ignorarlo y seguir viendo el cielo estrellado.
—Por fin llegaste. -Pude escuchar a lo lejos. Volteé mi vista por curiosidad, encontré a un chico de cabellos rubios y de baja estatura que acababa de estacionar su moto.
En ese instante todos vinieron hacia donde yo, mirándome extrañados con una mezcla de confusión y enfado. Hasta que un chico con una trenza y un dragón tatuado en la cabeza me dirijo la palabra.—Oi, oi, ¿Se puede saber que haces aquí? -Me preguntó el chico, a lo que por a su lado apareció el chico de cabellos rubios de baja estatura.
—Oi Kenchin, no seas tan rudo con ella. -Le dijo a este.
—Mmm.. esto yo-. -No pude terminar la frase ya que un chico de cabellos oscuros y largos me interrumpió.
—Ahhg Mikey, está que hace aquí. -Dijo el chico irritado uniéndose a la conversación.
—Yo pasaba a ver el atardecer... -dije mirando a este. Él solo volteo, soltó un quejido y salió de mi percance.
—Perdónalo... -Dijo el chico bajo. —Es solo... que es Baji. -dijo rascando su cabeza.
—Esto... me voy. -Dije sonriendo al chico de baja estatura.
El me paro antes de que avanzase y con una sonrisa me dijo. —Oi, soy Mikey, ¿Seamos amigos? -me dijo con una dulce voz.
—Yo soy _____, un placer. -Dije sonriéndole.
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Yume ~Baji x Ti~
Fanfic•La chica que sin querer va al santuario donde se reúnen una de las pandillas de Tokyo. Entra a la pandilla por petición del mismísimo líder, y queda a cargo del primer escuadrón por Baji. Conoce al chico de cabellos largos y oscuros nombrado anteri...