Cap 7.

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-Caroline despertate dale, siempre lo mismo con vos- dijo mi madre gritando desde las escaleras.

Mi cabeza daba mil vueltas, sentía mis ojos cansados e hinchados de llorar. Me senté en el borde de la cama, ayer de noche había puesto un disco a reproducir y me había olvidado de sacarlo. Hoy no era mi día y mi pelo podía confirmarlo. Entré al baño y quise pasarme un peine pero este se quedaba atascado entre mis nudos. Era imposible. Decidí darme por vencida y me lave la cara con agua fresca, me quedé unos segundos mirándome al espejo.

Mis ojos no tenían brillo, emoción alguna, estaban apagados. Me puse mi jean negro de siempre, un buzo que Polo se habia olvidado en mi casa y mis botas negras. Baje las escaleras corriendo sabiendo el sermón que recibiría de parte de mi madre.

-Te tenes que dormir más temprano si vas a estar así al otro día- dijo mirándome de arriba a abajo.

-Me dormí temprano, yo siempre tengo sueño, ese es el tema- dije bostezando, abriendo la boca como un león.

-Si se nota cariño- dijo mientras me arrimaba un café con leche.

-Ma, mañana va a venir Caleb a hacer un trabajo a casa- dije mientras tomaba un sorbo de mi café.

-¿A qué casa?- dijo confundida

-A está, te acabo de decir- dije soltando una pequeña risa.

-Ah bueno, ¿venís del liceo con el?-

-Sí.Supongo- dije levantándome y dejé mi taza en la pileta de la cocina.

Agarré mi mochila y salí de casa, antes de salir mi madre me dijo que mi padre había confirmado para verme hoy a las 4. Quedaban 8 horas para verlo. Dios ¿por qué conté las horas? Mi madre no me había dicho más nada, si ella nos iba a acompañar, donde era o simplemente preguntarme como estaba. Supongo que para mi madre no es nada fácil tampoco, al final no solo me abandono a mi, a mi mamá también.

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El día estaba horrible, nublado parecía que iba a llover en cualquier momento. Ariana no había llegado todavía, tampoco Polo o Erick. Me daba vergüenza estar tan peluda así que fui al baño que está detrás del patio. El baño es muy pequeño, solo cabe una persona de cierta altura la verdad, yo casi toco el techo. Saqué de mi mochila mi neceser con rimel, desodorante, una colita de pelo, y lo más importante, un peine. No quise apoyarme en ningún lado, estaba muy sucio todo.

Me puse un poco de rimel y me pasé el peine de vuelta, esta vez con un poco más de ganas. Estaba haciendo cuclillas en la tapa del inodoro, con mi mano derecha agarraba el neceser con todas las cosas y con la otra tenía el peine. Me sentía una equilibrista. La tapa estaba a punto de romperse cuando me bajé, mi mochila que estaba en el piso se encontraba mojada, no se de que y no me dio curiosidad averiguarlo.

Salí del baño totalmente asqueada, pero por lo menos peinada. Estaba yendo hacia el patio de vuelta cuando sentí unas voces que me resultaron familiares. Eran Polo y Erick. ¿Qué? No los había visto a la entrada. Estaban atras de los baños, conversando. ¿Por qué se esconderían atrás de los baños? Camine cuidadosamente hasta donde estaban, no quería que me vieran. Cuando me iba acercando vi humo saliendo. No puede ser.

Me asomé y los vi charlando y fumando tranquilamente. Por el olor saque la conclusion que era marihuana y no cigarro, ¿quien se pone a fumar antes de entrar a clase? Me fui caminando hacia el recreo y vi a Ariana buscándome a mí o a Erick. Ahí fue cuando me acordé. Ariana me había comentado lo preocupada que estaba por Polo, no podía ir y decirle que lo acababa de ver fumando con Polo.

En llamas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora