᯾ 𝐃𝐢𝐞𝐜𝐢 ❝ ᵈⁱᵉᶻ ❞ ᯾

82 11 8
                                    

Cuando llegamos, Eden tardó en salir, estaba peleando con la máquina de impresión, de nuevo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando llegamos, Eden tardó en salir, estaba peleando con la máquina de impresión, de nuevo.

—¡Espera sólo un momento, _______! —gritaba desde atrás, mientras que yo no dejaba de reír. Pobre de ella, esa máquina siempre le sacaba canas verdes.

Cameron permaneció tranquilo, observando las cosas en el local, hasta que Eden apareció por fin detrás del mostrador.

—¡Listo! —me sonrió con esa sonrisa que se expandía tierna sobre su rostro.
Cuando Eden desvió la vista de mí, la posó en la única otra persona que estaba conmigo. Cameron la miraba embobado.

—Oh —musité—, Eden, te presento a un amigo. Cameron, ella es Eden —dije al interpelado—, de la que tanto te he hablado; Eden, el es Cameron, mi vecino.

La cara de Cameron era de sorpresa, asombro y fascinación y en sus ojos existía un brillo que hace unos minutos no se encontraba allí.

—Hola —balbuceó.

—Hola —respondió ella.

Ambos se sonrieron y luego Eden me dedicó su atención a mí.

—¿Fotos nuevas? —me preguntó, entusiasmada.

—Ya lo sabes —reí e hicimos lo de siempre.

Luego de unas horas y de que Cameron y Eden se conocieran más. Decidimos él y yo que era hora de regresar. El sol ya se había puesto cuando Cameron y yo caminábamos hacía el edificio.

—Tú amiga es muy bonita —musitó, ruborizado ligeramente—. Muy simpática, además.

Me solté a reír.

—Creo que lo pude haber adivinado —admití y él enrojeció más, la pálida piel de sus mejillas se pintó de color rojo.

—¿Por qué dices eso? —preguntó, avergonzado.

—Por tu cara y cómo la mirabas.

—¿Tan obvio era? —hizo un mohín.

—Algo.

Ambos reímos.

—¡Cameron! —dije, de pronto, quizá hasta sacándole un susto por la forma en que me miró— ¡Tú sabes italiano!

—Emm... sí —musitó sin comprender; y es que había cambiado de tema repentinamente.

—Dime qué significa... —hice memoria para acomodar las palabras en orden y tratar de pronunciarlas correctamente— "Che bella coppia che fate"

A lo mejor Aidan creía que ya se me había olvidado lo que el muchacho de la heladería nos dijo y que no me quiso traducir, pero para mala suerte de él, yo tenía muy buena memoria.

—Qué bella pareja hacen —dijo, Cameron.

—¿Disculpa?

Cameron rió.

▸ 𝐄𝐥 𝐌𝐚𝐧𝐮𝐚𝐥 𝐃𝐞 𝐋𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 •𝖠𝗂𝖽𝖺𝗇 𝖦𝖺𝗅𝗅𝖺𝗀𝗁𝖾𝗋 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora