Estaba nerviosa y no paraba de examinarme minuciosamente frente al espejo, aunque sabía que llegaría despeinada por el viento, de todas formas. Hoy conocería a la familia de mi novio finalmente. Fabio y yo nos conocíamos hacía medio año, pero llevábamos solo tres meses de relación.
Acaricié la cabeza de Emma quien no paraba de soltar quejidos mientras me ponía una carita triste y me seguía por toda la casa. Era un labrador bastante obediente, mas no sabía el porqué hoy no paraba de regañarla para que se callara y me dejase tranquila. Seguro intuía, con su inteligencia canina, hacia dónde me dirigía y no quería que fuese. Emma, por alguna extraña razón, no soportaba a Fabio; algo bastante raro pues ella era muy sociable, incluso con los desconocidos. Su apatía por mi novio sería un gran problema una vez que este se mudase a mi apartamento en un mes. Tendría que regalarla a alguna amistad, como me sugirió mi novio cuando discutimos el tema sobre la mudanza. En verdad, fue él quien me empezó a alertar sobre los posibles episodios que ocurrirían entre él y Emma cuando viviese conmigo. Aunque me dolía, tenía que regalar a mi mascota pues estoy locamente enamorada de Fabio y no quiero perderlo.
- ¡Emma, vamos! Déjame cerrar la puerta - ¿qué le pasa? ¿Por qué se comporta así? Estuve forcejeando con ella durante un rato hasta que se cansó.
Luego de cerrar con llave,entré al garaje y me monté en mi auto. Las tres horas de viaje hasta la casa en la playa de la familia de mi novio se fueron volando. Al llegar, Fabio me esperaba con una gran sonrisa. Me dio la bienvenida con un beso y mientras le daba mi equipaje pregunté ansiosa:
- ¿Dónde están? - refiriéndome a su familia.
- Ehhhhh... digamos que no podrán llegar hoy - respondió esquivando mi mirada. Su reacción me pareció rara, pero era seguro que le apenaba que su familia no estuviera allí para recibirme ¿Será que no quieren conocerme?
Después de dejar mis maletas en nuestro cuarto, me enseñó toda la casa. Era realmente hermosa, con grandes ventanas que abarcaban toda una pared y mostraban relajantes vistas del inmenso mar que había frente a la casa.
- Entonces tendremos que postergar la cena familiar para mañana - volví al tema. Quería saber la causa de su demora.
- Ujum - asintió Fabio y murmuró algo que no llegué a escuchar. No le pregunté, sabía que no repetiría la parte que no escuché. Él era así a veces, pero bueno, todos tenemos un lado malo de nuestra personalidad.
- Mejor, así tendremos está noche para nosotros solos - dije coqueta para eliminar el silencio que se creó entre nosotros. Mi novio me regaló una sonrisa maliciosa.
Pasamos el resto de la tarde viendo una película. Cuando llegó al final y vimos que el Sol todavía estaba en el horizonte, fuimos a caminar por la playa. Ya en la noche, cuando regresamos a la cabaña, cenamos. Cuando saciamos nuestra hambre me fui a dar una ducha. Fabio me dijo que cuando terminase de fregar, también iría a bañarse. Según mis cálculos, ni plan saldría perfecto. Le daría una sorpresa a mi novio que moriría encantado. Además, si lograba que ocurriese lo que yo quería, también saldría beneficiada.
Me puse mi nuevo conjunto de ropa interior de encaje color rojo sangre y revisé por última vez el calendario en mi móvil. Sí, hoy era el día perfecto para hacer un bebé y si ocurriría, eso sería el pasaje para una vida llena de lujos ¿No quería a Fabio? Claro que sí, lo amaba con locura; pero sabía que el amor podía acabarse y si eso pasaba, por lo menos me llevaría una sabrosa suma de dinero.
- ¡Amor! - grité bien fuerte para que Fabio me escuchaste y viniera. En unos pocos minutos se presentó en la habitación quedándose con una graciosa expresión de asombro que fue sustituida, rápidamente, por una de lujuria.
- Espera aquí - se fue y al rato volvió con unas sogas. Fabio, a veces, podía ser bastante dominante en la cama. Me amarró las muñecas y los tobillos con fuerza.
- ¿¡Qué haces!? - pregunté al ver que sacaba un rollo de adhesivo de su bolsillo.
- Tranquila, ambos lo vamos a disfrutar, cielito - y de repente, el mundo se me vino encima. Todo cobró sentido. Hacía un año un loco me estuvo acosando. En cada mensaje que me mandaba o en cada llamada me decía «cielito». Lo denuncié con la policía, pero nunca lo encontraron y pensé que, finalmente, estaría en paz cuando dejó de molestarme.
Me cubrió la boca con el adhesivo e intenté gritar cuando sacó un cuchillo de otro bolsillo ¿Por qué me estaba haciendo esto? Mis ojos se llenaron de lágrimas por el miedo.
- No, no llores, cielito. Ya sabes quién soy. La verdad duele, pero no mata ¿Sabes por qué? Porque quien te matará seré yo - rió a carcajadas - Está vida es una jungla y yo soy un depredador acostumbrado a acabar a las perras oportunistas como tú ¿Pensabas que no sabía de tu plan? Cielito, creo que elegiste mal a tu presa. Nada de lo que viste es mío, ni siquiera mi nombre - volvió a reír al ver mi cara - Tranquila, cielito, a veces las cosas no salen como las planeamos. Por lo menos serás un cadáver sexy - y sin más, deslizó su cuchillo por mi cuello.
Allí acabó la terrible vida de Cielo Martínez. Mi vida.
![](https://img.wattpad.com/cover/280559480-288-k360082.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cielito
Короткий рассказ«...Tranquila, cielito, a veces las cosas no salen como las planeamos»