❪ 𝐜𝐨𝐥𝐝 ❫

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───── 𝙣𝙤𝙩𝙖: 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰 𝘰𝘰𝘤 ❞
𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘢𝘳𝘳𝘦𝘱𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘯𝘢𝘥𝘢.





   El día transcurría con una tortuosa lentitud para él; el estar resfriado el día de la visita al museo ciertamente le había afectado, aunque no se atrevería a confesarlo en voz alta; al menos nadie lo podía ver en esa tan vulnerable condición mientras permaneciese escondido en el pequeño refugio de mantas y almohadas en el que había convertido su cama en esos momentos.

   Su libro de aves y la relajante música clásica que emitía el tocadiscos que le había regalado su padre en su cumpleaños pasado, el cual descansaba al lado de su cama, eran su única compañía; en la mesita de noche junto a la misma reposaba lo que fue incapaz de comer de la sopa especial contra resfriados❞ que su mamá le preparaba especialmente para ese tipo de situaciones.

Esto es absurdo y abrumante, estúpido sistema inmunológico —murmuró al aire mientras abrazaba con fuerza su manta.

   Iba a tratar de dormir o a quejarse mentalmente de lo injusta que es la vida hasta que el golpeteo continuo en su puerta lo puso en alerta; se cubrió por completo con las mantas y dejó que un algo adormilado adelante❞ abandonara sus labios, sin esperar más, la puerta se abrió; sin embargo, él no salió de su escondite, solo se limitó a soltar un perezoso ¿qué ocurre?❞  y esperar a que su mamá le diera otra cosa en un intento por hacer que olvidase que perdió algo que esperaba con tanta emoción.

Sucede que un niño malcriado no se dignó en ir a la escuela y me dejó esperándolo, no sabes lo difícil que fue inventar una excusa de por qué me tenía que retirar de último momento —expresó una voz masculina con un intento de tono de reproche.

   Oh demonios, ¿qué hacía él ahí? No podía verlo en esas condiciones, ¿qué pensaría al verlo así? Oh demonios, esto era tan ridículamente injusto; se limitó a soltar un resoplido, demostrando que no estaba dispuesto a salir de ahí.

   Al menos esa era la idea hasta que una carcajada se dejó escuchar, frunció un poco el ceño y no pudo evitar soltar un leve gruñido, no quería hablar, puesto que su voz sonaba algo tonta y extraña.

Oh, vamos, ¿no piensas salir de ahí? —el bulto de mantas que era el chico en ese momento pareció hacer un gesto que identificó como una negativa a su petición—; te acabo de decir que me inventé una excusa para no ir y así me pagas, al menos deberías de tener la consideración de hablarme —comentó con fingida molestia, sabía de sobra que eso no le fallaría.

   Se tomó su tiempo para meditarlo, sin apurarse, viendo los pros y contras que tenía el hecho de que lo viera en ese estado, finalmente, y soltando un suspiro derrotado, una melena rubia y rizada empezaba a surgir, dando paso al dueño de esta con un rostro avergonzado.

   El azabache, que hasta ese momento había guardado silencio, no pudo evitar sentir el calor subir desde su pecho hasta instalarse en sus mejillas, la escena que estaba frente a él era simplemente adorable para su corazón, carraspeó levemente tratando de recobrar la compostura, con el carmín aún persistente en sus pálidas mejillas.

¿En serio te perdiste la visita? —articuló finalmente el rubio en un intento de romper el extraño silencio que se instaló abruptamente, aunque para ello tuvo que toser un par de veces durante el proceso.

☇ 𝙟𝙪𝙨𝙩 𝙨𝙩𝙚𝙣𝙗𝙧𝙤𝙪𝙜𝙝 ๛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora