Capitulo 4

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Luli:

Yo debía estar molesta con Martina. Debía ni siquiera dirigirle la palabra. Debía dejar de estar interesada en ella. Debía no querer besarla. Pero no podía. Y me di cuenta de eso cuando me encontraba caminando hacia su casa el martes por la noche.

La verdad no sabía ni a qué iba, porque seguro estaba su madre y me correría de su casa reconociéndome como la acosadora de su hija. Pero como yo no me daba por vencida, y bueno, porque soy algo idiota, ya estaba frente de su casa tocando la puerta.

Mis nudillos tocaron tres veces y di un paso hacia atrás. La puerta se abrió y quien estaba ahí no era ella, pero tampoco era su madre. Un señor de mediana edad y algo robusto me sonreía desde dentro de la casa.

"Buenas noches," saludé. "¿Se encuentra Martina?" mi sonrisa forzada de niña educada me sirvió con aquel hombre, pues asintió.

"Sí, deja le llamo." Avisó dejando la puerta abierta y dirigiéndose hacia dentro.

Escuché la familiar vara golpear el piso y me encontré con Martina en la puerta, dio un pequeño suspiro y sonrió.

"Lu." Articuló saliendo y cerrando la puerta tras ella.

"Me asusta un poco que sepas que soy yo sin siquiera decirte." Admití dando otro paso hacia atrás y quedando al borde del porche.

"Bueno, mi papá dijo que una chica linda me buscaba..." dijo sacándome una impecable sonrisa. "Y además tu olor te delata."

Tosí por lo bajo al escucharla decir eso.

"Vine porque querías hablar ayer." Puntualicé para que al menos pensara que no soy tan fácil. Ella asintió lentamente y comenzó a golpear la vara contra el suelo, señal de que iba a caminar, me hice a un lado para dejarla pasar y que me guiara. Ella caminó a un lado del porche en donde se encontraban cuatro sillas de patio y se sentó sin dificultad en una. Yo me senté consiguiente a ella.

"De lo que te quiero hablar es de mi madre." Comenzó ella quitándose sus anteojos. Rápidamente moví mi mirada a sus ojos y contemplé un hermoso color avellana que irradiaba en su mirada, mi respiración se entre cortó cuando sus ojos cayeron en los míos, aunque yo sabía que ella en verdad no podía verme, se sintió fantástico. "Ella odia el hecho de que yo hable con extraños, no quiere que tenga conocidos... por eso tengo escuela en casa, y sólo unas veces me deja salir sola..." Martina tenía sus ojos en un punto desconocido, su vista mirando sin ver. "Cada vez que alguien está lo suficientemente cerca de mí, ella se vuelve loca y hace cualquier cosa para alejar a las personas de mí."

Mi mirada estaba absorta en sus ojos, pero mi mente estaba procesando sus palabras. Me sentía demasiado libre al escucharla decir eso. Creía estúpido el comportamiento de su madre, incluso aunque Martina tenga esa discapacidad, no es una enferma ni mucho menos.

"¿Por qué hace eso?" Pregunté tragándome las palabras que en verdad quería decir.

CRITICAL - Martuli (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora