Capítulo 9

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-¡Niña!-chilló con emoción Clarissa.-Ya he visto a tus nenes y déjame decirte, tesoro, que son preciosos.

-Lo sé. Gracias, nana.-habló desganada.

-Pero, ¿qué te sucede, pequeña?

-Siempre arruino todo.-dijo con un último hilo de voz antes de soltarse a llorar.

-¿Qué dices, ______?

-James intenta resolver las cosas pero yo no le dejo. He arruinado un momento precioso con mi familia por una estupidez y... ¡ay, Clarissa!, no quiero perder a mi James.-lloriqueó.

-Cállate, hija.-la reprendió.-Ese es un buen chico, y sé que ha cometido fallas pero, ¿quién no las tiene?

-Ya lo sé.

-Y aunque han peleado y hecho tantas cosas siguen juntos, como debe de ser.

-Soy una imbécil, nana.

-No, niña, no digas éso. Estás cansada de todas éstas impresiones, es obvio que ibas a reaccionar así. ¿Y si te tomas unas vacaciones con tu familia?

-No creo que James quiera.

-Piénsalo, a ambos les caería bien y los ayudaría. Quien sabe, quizá y hasta regresen con planes de boda o con otro angelito a cuesta.

-¡Nana!-se sonrojó la morena.

-Prométeme que lo vas a intentar.

-No sé...

-¡Promételo, ______ Fellows!

-De acuerdo.-rió.-Haré lo posible por que esto funcione.

(...)

-Bienvenidos a su nuevo hogar, pequeños Maslow.-canturreó James.

Después del reposo requerido por _______, el doctor Laurent había firmado el acta de salida de ella y de los bebés. James se había puesto tan feliz de por fin librarse de los incómodos asientos de la sala de espera del hospital.

-¡Sorpresa!-habló James cargando a su hija. La casa estaba decorada por dentro con montones de flores y adornos coloridos. En el centro de la pared, había un letrero hecho, seguramente, por Christopher en el que se leía "Bienvenidos a casa, pequeños y señora Maslow" con brillos y colores. David bostezo un poco para después abrir sus ojitos hazel y contemplar todo lo que su padre había preparado para ellos. Después de este enternecedor acto, Phoebe lo siguió de la misma manera. Sus verdosos ojos admiraban todo con atención al mismo tiempo en que ensalivaba su mano, cosa que ponía de nervios a su microfóbico padre. James le retiró los deditos de la boca pero tal y como un capricho infantil, la pequeña rompió en un desconsolado llanto. _______ miró con recelo al hombre para seguir con el intercambio de bebés y tratar de calmar a la nena. Pero lo que no preevieron es que, como primera vez de ser alejado bruscamente de su madre, el pequeño David también resentiría esta acción.

Ahora ya tenían a dos pequeños mellizos como llorando como una Magdalena y a dos padres primerizos con ganas de seguir a sus hijos y soltar las lágrimas.

-¡¿Cómo los calmo ahora, Maslow?!-habló con histeria _______. James se sentó rápidamente en el sofá y con  una mano que tenía libre intentó arrullar a David. El chiquito miró a su padre con unos cuantos sollozos aún entre los labios, pero después rió y se acurrucó a dormir. Para un bebé de dos días, llorar durante cinco minutos resultaba sumamente agotadar y una tarea que después le daría hambre. James lo llevó hasta la cocina para servirle un biberón con leche.

En tanto ésto pasaba, _______ lidiaba aún con Phoebe. Desesperada ya, se botó en el mismo lugar que anteriormente había ocupado James. Soltó un cansado suspiro al mismo tiempo que la bebé bostezaba. Poco a poco su llanto disminuyó hasta que logró dormir. _______ dejó caer una lágrima por su enrojecida mejilla y siguió llorando en silencio, como tantas veces durante el embarazo lo había hecho.

James regresaba de la cocina con un satisfecho David cuando notó a ______ limpiando discretamente sus ojos. Lo primero que le cruzó la cabeza fue un sentimiento de culpa que no pudo resistir. Habló.

-Vayamos a dejar dormir a los bebés. Adapté temporalmente una habitación para ellos, así que...-hizo un gesto con la barbilla para que le siguiese. Con un silencio absoluto, subieron las escaleras. Acomodaron de la mejor manera que supieron y pudieron a sus hijos y se retiraron a la antigua alcoba de ellos, donde tanto tiempo habían pasado juntos.

-¿Qué te sucede, ______?

-Nada, estoy bien.

-Según yo, estar bien no abarca ponerse a llorar con un bebé en brazos. Puedes decírmelo, amor.-le sonrió con ternura que derritió internamente a la morena.

-Soy una inútil, es decir, ni para hacer felíz a mi hija sirvo.-sollozo.

-No digas eso, linda.-James la abrazó.-Nunca habías antes cuidado de un bebé, es lógico que no supieras cómo hacerlo.

-Pero mínimo por instinto maternal o algo, no lo sé.

-Ya, ahora están durmiendo nuestros angelitos, es lo que importa.-besó su mejilla.-Tenemos tiempo para nosotros solos.

-¿En qué piensas, Maslow?-enarcó una ceja intrigada.

-En ésto.-dijo antes de besarla. Y creo que no es necesario narrar el resto.

"Love me again" con James Maslow♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora