Capítulo 13

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El punto de encuentro era en la casa de _______ a las ocho treinta de la noche, como lo habían acordado. La llave de la casa estaría dentro del registro de luz, donde únicamente James podría alcanzarlo y dar con él.

Pero ya eran más de las diez de la noche, la llave seguía en su lugar y las velas de la mesa se habían consumido. La música de fondo iba ya por su tercera repetición y la cena se había enfriado, tal como los sentimientos de _______. Su peinado estaba fuera de lugar, el vestido arrugado por la presión de sus manos y el maquillaje totalmente corrido por su cara.

Miró por enésima vez el reloj de su celular para cerciorarse de la hora. Sollozó con fueza y se soltó a llorar.

La había dejado plantada.

Se levantó con pesadez de la mesa y sin cuidado alguno, se lanzó hacia la piscina. Golpeó la superficie de ésta con mucha rabia contenida, mientras dejaba que sus lágrimas se perdieran con la humedad de su rostro.

Imaginaba como James estaría en ese momento: con un par de cervezas en la mesa y riendo a carcajadas por haber humillado a la que decía querer. Como quizá tantas veces lo hizo junto con Logan mientras conseguían los papeles de actuación. Burlándose de su ingenuidad e inocencia.

¡Qué estúpida había sido!

Haber caído por segunda vez en las palabras de James Maslow era ya motivo de odio, y no hacia él, sino hacia ella misma. ¡Qué poco se valoraba! ¡Cuán necesitada estaba de un poco de cariño!

Y entonces le venían a la mente algunas de las veces que mejor la pasó con la farsa de James; cuando la empezó a conquistar, al pedir su mano a su padre, cuando viajaron por Orlando y también a Australia, al hacerle el amor, cuando se reconciliaron, al nacer los mellizos, cuando le hizo jurar que lo amaba.

¡Cuánto no se había burlado ya de ella el desgraciado de Maslow!

Y éso, el fracaso en la cena, sólo había sido la gota que derramó el vaso. Nunca más, en lo que sabía que era su patética vida, confiaría en las palabras de James Maslow, e incluso en las de ningún hombre. Estaban llenas de falsas ilusiones, mentiras y mierda.

¿Pero qué hacer ahora?, se preguntó inútilmente en el preciso momento que su  celular sonaba. Dejó atrás el drama y salió del agua helada, y con la mano temblorosa, deslizó la pantalla para contestar el extraño número de diez cifras que tenía en pantalla.

Si el frío de la piscina la calaba, esa notícia la estaba matando.

Y sólo pudo salir corriendo.

"Love me again" con James Maslow♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora