18. La Ira Del Emperador.

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Sin siquiera darse cuenta, la temporada había cambiado de finales de otoño a principios de invierno. Había sido un mes completo desde que Lu Cang abandonó la capital imperial.

Dentro de ese mes, Lu Cang pasó su tiempo jugando con sus hermanos para aliviar su corazón. El tiempo que pasó con ellos sanó su alma y su corazón, y los pensamientos sobre Jing se hallaban desolados y abandonados en el frio.

La ciudad de HangZhou era realmente la tierra de toda fiesta y jolgorio. Los días eran tranquilos, estaban llenos de buen vino, comida deliciosa, y mucho más entretenimiento. Lu Cang, como si hubiera recuperado su perdido orgullo como hombre, restauró su espíritu heroico de los antiguos días y volvió a su estatus como el rey de los bandidos de la montaña. En cuanto a Jing, quien fue feliz cavando en su frágil corazón, estaba enterrado en lo profundo de él. Tan profundo, como si ya se hubiera olvidado de su existencia.

Gracias a la persistencia de sus hermanos en jugar de casamenteros, Lu Cang conoció algunas de las bellezas de renombre de HangZhou, pero por el momento, no tenía ninguna intención de casarse y tener una familia. En comparación a eso, estaba realmente muy feliz de estar rodeado de varias cortesanas famosas y disfrutaba beber con ellas. Ellas tenían una fuerte disposición libre de inhibiciones, también estimaban y veneraban a una persona con el fino aspecto de Lu Cang. A su llegada ellas siempre revoloteaban en cálido interés. Poco a poco, su pisoteada y rota autoestima masculina estaba siendo restaurada con entusiasmo.

Comparado con el cálido invierno en la ciudad de HangZhou, el invierno en la Capital Imperial aparentemente era mucho más frío y rígido. A causa de la nieve que caía sin parar desde ayer por la noche, la ráfaga de aire helado se hacía más fuerte. Haciendo que todos los ocupantes dentro de la ciudad prohibida se acurrucaran estremeciéndose de frío.

Sin embargo, incluso más frio que el aire de invierno era el estado de ánimo de todos los sirvientes diarios de su Majestad el Emperador.

—¿Cómo está su Majestad hoy?—El siguiente Eunuco en guardia preguntó a aquel que estaba saliendo por el corredor. Con el rostro ceniciento y derrotado, el eunuco negó con la cabeza. Hablando en voz baja, —Ayer por la noche el Emperador hizo otra rabieta feroz en la recamara de Lady Li y la arrastró hacia afuera, aun con esa espantosa nieve. Esta mañana él apenas comió su desayuno de nuevo— El eunuco que preguntó de repente se puso pálido. Debido al carácter terrible de Jing, en sólo este mes, tres eunucos fueron severamente castigados por pequeños errores.

Ahora todos los sirvientes que se encargaban de servir al emperador debían poner su cabeza en la línea. Habiendo escuchado que el estado de ánimo actual de Jing era particularmente malo, él comenzó a preocuparse. ¿Sería este el último día que estaré en el reino de los humanos?

En cuanto a la razón de porqué el estado mental de su Majestad era tan malo, había un montón de cuchicheos y de rumores volando alrededor. La teoría de la que más se hablaba era la ejecución del Marqués. Pero a juzgar por el comportamiento extraño de Jing, quien regularmente en el medio de la noche, ordenaba preparar una silla de sedan y visitaba la vacía mansión del marqués, esta teoría era la más cercana a la realidad.

—Si ya sabía que iba a ser así, ¿por qué lo hizo en el primer lugar?— Al ver el rostro del emperador cada día viéndose más demacrado e irritable, el comandante de los guardias imperiales Ding Peng, en secreto dejó levantar un gran suspiro.

Dos de sus propios subordinados, por causa del mal carácter de Jing, habían sufrido eventos desafortunados. Siendo golpeados severamente, incluso hasta hoy, todavía no podían levantarse de la cama. Si este tipo situación continuaba, él tenía miedo de que el palacio muy pronto estaría escaso de sirvientes que quisieran poner la cabeza a la orden de su majestad.

FLOR DE DRAGÓN (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora