« Capítulo Uno »

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A todos los involucrados se les dió un plazo de entre una a dos semanas para frecuentar el lugar que se les fue asignado, de forma casual, y así quitar todo tipo de sospechas por parte de los propietarios u otros individuos, ahora pudiendo centrarse de lleno en la misión, razón por la que Todoroki entró molesto al bar, luego de un fallo, habiendo sospechando de un pobre hombre que siguió durante unas calles y terminó en una persecución, luego de que el desconocido sintiera los obvios pasos a sus espaldas (debería tomar nota para mejorar su sigilo), pero, al atraparlo, confesó ser sólo un oficinista promedio descansando luego del terrible final de mes que tuvo.

Buscó en la base, y confirmó su declaración.

—Idiota

Se recriminó mentalmente; se supone que es una misión encubierta, pero su primer intento resultó poner en peligro a sus compañeros, teniendo que inventarse una excusa sobre la marcha para que el sujeto no sospechase de él y así explicar su comportamiento hostil.

—Pensé que eras el ex de mi hermana, te partiría la cara, lamento la confusión—

Su tono neutral y clara falta de expresión, lograron ahuyentarlo permanentemente.

Pidió lo primero que vió en la carta, para pasar desapercibido, estos últimos días ha consumido la mayor cantidad de alcohol comparado a la totalidad de su vida, y aún así, no puede acostumbrarse, no significa que nunca beba, en las reuniones está bien el vino o champagne, pero no es algo de cada día, detestando el mareo que le provoca junto al sabor que se vuelve amargo, asqueroso o demasiado dulce, dependiendo de la suerte que le toque a la hora de elegir por azar.

Si no fuera por el HKI, no estaría aquí, y es que, a pesar de que ellos saben que su especialidad es el enfrentamiento directo, decidieron arrastrarlo a esto; el viejo obviamente tiene la completa culpa, pero de no ser por esos locos de la comisión, podría simplemente haber rechazado trabajar para el caso en el que fue recomendado por el número uno, tal como muchas otras veces hizo.

—Toma, te envían un regalo—

El simple y aburrido vaso con cerveza de lata, ya vacío, fue retirado y en su lugar dejaron un Daiquiri de Frutilla, a lo que alzó una ceja con descontento y sospecha por este supuesto “regalo” que le desagradó casi por completo, de no ser porque tiene buena apariencia, y frutillas, volteando disimuladamente a ver por el rabillo del ojo, en espera de una mirada que delatara al responsable, cuando no ocurrió, soltó un bajo ruido de hartazgo y resignación, para esto está aquí, a fin de cuentas.

Tal vez intenten envenenarlo o drogarlo, sin embargo, ya tiene varios antídotos entre la ropa, además de una cámara con micrófono y, en caso de ser drogado para algún tipo de secuestro, simplemente basta con enviar una señal de alerta al resto, por supuesto, jamás planea usar esta última opción si es que puede evitarlo.

Dejando todas esas posibilidades de lado, de por sí, le gusta la frutilla, diría que es su fruta favorita, pero el toque de ron fue algo nuevo para su paladar, teniendo que contener una mueca por lo fuerte del trago para sus sensibles papilas gustativas, acostumbrado a alimentos más tradicionales, suaves y refinados, con eso en contra, continuó bebiendo, tanto por mantener su imagen, como por esa dulzura que no era tan desagradable como esperaría, admitiendo su amor/odio por este cóctel; le dan ganas de vomitar, pero vale la pena... Sólo por una vez, así es como se resume su punto de vista. Le gustaría saber quién lo envió, dándole algún gesto de reconocimiento para demostrar su “agradecimiento”, al menos, piensa que eso es ser “cortés” como describe su perfil a interpretar, porque, de ser por él, hubiese rechazado la copa sin ningún reparo, así que esa acción debería ser suficiente...

—Si quieres saber quién fue, sólo tienes que preguntar—

El hombre de cabello blanco y celeste, que impide la vista hacia su rostro, parece ser el dueño de esa tranquila voz, sin poder estar del todo seguro por la falta de un acercamiento directo mientras el contrario se encuentra lavando una copa.
¿Podría ser un sospechoso? Es perceptivo, demasiado.
¿Quizá un cómplice? Se determinó que, por el momento, no parece existir ninguno directamente relacionado, y, si no recuerda mal de todos los días previos, los ojos de este hombre son amarillos, no verdes o azules.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2021 ⏰

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