Era de madrugada ya y empezamos a hablar amenamente, contarnos historias del pasado, llegar a reírme de sus ocurrencias refiriéndome a sus palabras graciosas y un poco subidas de tono como (me ha metido los dedos, esa necesita un polvo que la anime, etc...), ponerme roja como un tomate cuando me pillaba o cantando canciones que sonaban en aquel bar, o me pillaba mirándola con morbo mientras me llegaba a morder mi labio inferior... Bueno como os decía, se veía muy joven para tener la edad que tenia, 30 casi 31 años me comentó,seguimos hablando preguntándonos cosas sobre nuestra vida, hasta que se acercó a un lado del vaso de alcohol que yo estaba bebiendo y le pegó un trato a su cerveza. Ella me cantaba las canciones con una voz tan melódica que me llegaba a derretir, me dijo que era muy aburrido trabajar de camarera en el sector de la gastronomía de cara al público y yo le ofrezí mi ayuda para recoger, (porque era a penas la hora de cerrar) y ella se negó repetidamente mientras me dijo que si quería salir a fumar para descansar un poco y yo acepté con una gran sonrisa seguidamente de la suya, esa que no podía ni quería parar de mirar. Salimos, yo seguida de ella mientras que yo le ofrecía un cigarro para que no gastara de los suyos, nos sentamos y empezamos a hablar sin parar, hasta que me pilló mi mirada embobada mirando cómo el humo del tabaco salía de sus preciosos labios y por suerte no dijo nada pero mi labio inferior me estaba empezando a doler desde hace un rato por mordermelo tanto deseando que fuera ella quien me lo mordía y recreando esa imagen en mi cabeza. Entramos y la dejé recoger mientras mi mirada (como antes) no la quitaba el ojo de encima y la perseguía por todo el lugar, yo a la vez que cantaba le daba tragos a mi bebida (que ya era como la décima o así) y le mostraba mis piercings relamiendome y limpiandome los restos de la bebida. Cabe aclarar que yo tengo el piercing de un lado de la nariz y el piercing de la lengua, ella se asombro al verlo y me dijo que sólo llevaba el piercing de la nariz como yo y uno en su labio de la cavidad bucal inferior izquierda, nos mostramos las dos el tatuaje que tenemos y le dije que me encantaba el suyo (realmente era precioso, pero no más que ella) y que quería hacerme más en un futuro próximo. Yo le ayudaba a recoger las sillas y mesas de la terraza y al finalizar mi tarea me metí adentro del bar buscándola y a mi sorpresa ya estaba acabando de barrer y recoger la pila interna con todo el material. Seguir leyendo si os gusta.
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En mis pensamientos, ella.
Teen FictionRelato que me atrevo a escribir para ahogar mis pensamientos.