El verdadero problema

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Apenas Mina entro al local, se sacó sus aviadores y se encontró con dos mujeres conocidas mirándola con la boca abierta

- ¿Algún problema? - preguntó.

Mina fruncía cada vez más el ceño de su cara al no obtener una respuesta de las otras chicas, esto no le gustaba nada. Todas sus alarmas empezaban a sonar, ya había cedido la comodidad de su casa por obligación de su psicologa, no quería perder su segundo hogar tampoco. La morena sacudió la cabeza y trato de tranquilizarse - ¿Qué… qué hacen aquí? - les preguntó un poco nerviosa

- ¡MIREN ESTO! - Daniel se había levantado de su puesto y se acercaba al grupo - GRAN P NUEVAMENTE DEJANDO CHICAS CON LA BOCA ABIERTA - festejó caminando hacia Mina - No te cansas de hacerlo ¿Cierto? - le dijo riendo a la morena para luego aprovechar para abrazarla.

Todo para Nayeon era algo absolutamente nuevo en ella, en un abrir y cerrar de ojos pasó de estar aterrada por una aguja clavándose en su cuerpo a estar intrigada por cada tatuaje en el cuerpo de la morena. Para nada consideraba atractiva semejante cantidad de dibujos en la piel de una hermosa persona, es más de hecho solía cruzar de calle cuando alguien así se le acercaba, pero en Mina era otra cosa. Claro que el abrazo entre Mina y el chico hizo que Nayeon no pudiera distinguir los dibujos, y comenzó a preguntarse, porque la morena se alejaba de ella mientras que las otras personas podían abrazarla, no lo entendía. Justo cuando varias preguntas iban a salir de su boca, a la morocha que había estado esperando en los sillones la interrumpió.

- Black Swan - con una voz sensual y con un vaivén digno de admirar la mujer se acercaba a Mina cual depredador a su presa. El vestido apretado y, si le preguntan a Nayeon, de estilo ramera, que usaba, nada dejaba libre a la imaginación - Que lindo verte de nuevo - Dejo un beso en la mejilla de la morena haciendo que la misma agachara avergonzada su cabeza, Nayeon quiso sacarle de un cachetazo la sonrisa de boba que puso ante la chica y restregarle con un trapo la cara hasta que se le saliera la pintura labial que la otra mujer le había dejado - Ya te estaba extrañando - seguían los elogios.

La rabia de Nayeon aumentaba a niveles inesperados. Un abrazo de un chico pasa, pero un beso de una descarada mujer ya era mucho. ¿Por qué todo el mundo tenía derecho de tocarla, si a ella se lo negaban?

Aun avergonzada, Mina alzó los ojos hacia la morocha - ¿Estás lista? - Preguntó de forma profesional - ¿Te preparaste como te pedí? - al parecer el tatuaje de la mujer requería ciertas cosas de alguna manera determinada.

- Por supuesto - la mujer giró dándole la espalda a la morena - ¿Esto está bien? - para nada lenta, la mujer agarró el final de su vestido y lo levantó dejando ver una reveladora tanga. Apenas se veía una tirita de estampado de leopardo.

Nayeon sintió a Sana murmurar un "Dios mio" y no pudo evitar girar los ojos, un silbido que provino de Daniel hizo que los volviera a girar por segunda vez consecutiva y además hizo que la mujer que aun tenía levantado el vestido sonriera sin pudor. Pero la cara de Mina, que era el destino de la mirada de Nayeon, estaba totalmente inmutable. Miraba el trasero de la chica como Picasso debe haber mirado sus lienzos. Para la morena esa era su hoja en blanco.

- Perfecto - concluyó Mina - Seulgi - Miró a la jovencita - ¿puedes acompañar a Gahyeon a mi oficina? En unos minutos estoy ahí, ve preparando todo por favor - pidió con amabilidad para después volver hacia la mujer ahora vestida - ya estoy contigo - le dijo

La mujer le sonrió y se acercó aun más a ella - No te demores - susurró para nada suave y dio media vuelta para seguir a Seulgi y para que ambas desaparecieron por la puerta que estaba en la pared del fondo.

I'm Not For You [𝙈𝙞𝙣𝙖𝙮𝙚𝙤𝙣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora