Capitulo 3

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El sonido de la alarma me despertó, cubrí mi cabeza con las mantas y saque mi mano para apagar el molesto ruido, lo hice y sentí que podía dormir tranquilamente de nuevo, pero mi hermano llego.

-          Levántate, no lo repetiré de nuevo – dijo y me jalo las mantas.

Gruñí y abrí los ojos, mi hermano salió de mi cuarto antes de poder decirle algo, me levante y busque que ponerme, otro pantalón negro, y mi vieja chaqueta. Tome mi mochila, seguía igual, solo un cuaderno de apuntes y mi cuaderno de bocetos, lápices, lapiceros. Decidí meter mi nueva cámara, quería mostrársela a Michael.

Salí de mi cuarto ya arreglado y despierto, mi hermano hacia café y me servía el desayuno.

-          Ayer te fuiste sin comer algo – dijo mientras se sentaba a desayunar – hice huevos.

-          Bien – dije y me senté a su lado.

Skye termino su desayuno y se despidió de mí,  tenía que llegar temprano a su trabajo hoy. Mi celular sonó, un mensaje de Thomas apareció en la pantalla y lo abrí.

Tom: Buenos días Universitario, te espero en el estacionamiento.

Sean: Ok, señor profesor.

Tom: Agh, me sentí viejo. No tardes.

Termine el desayuno y tome mi mochila, salí del departamento, fui al ascensor y oprimí el botón, espere que llegara y se abrieran las puertas. Cuando llegue al estacionamiento, Thomas estaba recargado en su moto con un cigarrillo en la boca. Este tipo hace que mis hormonas se alteren.

-          Buenos días profesor – dije con una sonrisa.

-          Definitivamente le diré a mis alumnos que me llamen por mi nombre – dijo.

-          Profesor Thomas no suena mal – dije riendo.

-          Olvídalo – dijo riendo – creí que, como ahora ambos vamos a la escuela, podría llevarte.

-          Genial, me ahorraras mucho tiempo.

Thomas condujo hacia la escuela, me dejo en la entrada del campus mientras él iba al estacionamiento de maestros. Camine hacia la entrada, en los escalones estaba Michael con los mismos audífonos, estaba concentrado en su música que no me vio llegar, traía una gorra puesta al revés, su cabello rubio salía por delante.

Sin pensarlo, saque la cámara y tome una foto de él, y otra de la entrada de la escuela. Apunte la cámara hacia Michael de nuevo y le grite.

-          ¡Oyes, Michael! – levanto la vista y tome la foto – perfecto.

-          ¿Qué demonios? – dijo riendo – ¿aún no gano un Oscar y ya tengo paparazis?

-          ¿Te gusta? – le pregunte y le enseñe mi cámara –me la acaba de regalar Thomas.

-          Es genial – tomo la cámara y me tomo un fotografía – estamos a mano.

Entramos a la escuela entre risas y juegos, los pasillos estaban llenos de alumnos.

-          ¿Qué clase tienes? – me pregunto.

-          Pintura – conteste - ¿y tú?

-          Creo que… - saco su horario del bolcillo – Poesía – dijo con un gesto de asco.

-          Nos vemos en Historia – le dije y me despedí.

Entre Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora