<<No debo golpearlo...si lo hago podría descubrirme>>
Yao no debía usar toda su fuerza para derribar a Iván e irse, ¿por qué? Sencillo. Podría darse cuenta de su verdadero género además de que se supone que las sirvientas no deben hacer eso a sus amos.
Seguramente se metería en más problemas de los que ya estaba.
— ¿Por qué te resistes tanto? ¿Qué no te gusta de mi?—
El ruso seguía llenándolo de preguntas a las cuales él se negó a responder.
Al final Iván lo tomó por las muñecas y lo obligó a acostarse en la cama para el ponerse sobre el chino.
Pudo ver cómo este hacía una mueca de dolor pero no comprendía a qué se debía.
— ¡¡Quítate!! ¡¡Me duele mucho aru!!—
Lloriqueó el chino pero el ruso hizo caso omiso.
— ¿Aceptarás casarte conmigo?—
Yao no podía creer que enserio le estuviera diciendo eso cuando claramente estaba sufriendo gracias a su enorme herida en la espalda. De por sí ya le era difícil acostarse, ahora con el peso de Iván se sentía peor.
— ¡¡Que no!! ¡¡Quítate aru!!—
De nuevo Iván no le hizo caso.
Solo hasta que los ojos del chino se llenaron de lágrimas fue cuando se dió cuenta de lo que estaba haciendo. Rápidamente se puso de pie preocupado y confundido.
— ¿Qué pasa? ¿Te lastimé?—
Dijo con un tono preocupado.
Yao por su parte se quedó en la cama, en la misma posición mientras su mirada llena de lágrimas se perdía.
— ¿Yao? ¿Qué sucede?—
Pero no hubo respuesta.
El ruso sentía que era su culpa el que el chino estuviera llorando. Era raro por qué normalmente no le importaba el sentir de los demás pero por algún motivo el ver a Yao llorar...le dolía. No quería verlo llorar.
— L-lo siento. No era mi intención—
Se disculpó con dificultad. El normalmente no hacía ese tipo de cosas pero prefería hacerlo a sentir esa enorme culpa en su pecho.
Iván solo salió de la habitación y dejó completamente solo a Yao quien se quedó en la misma posición por un buen rato.
Su mirada estaba posicionada hacia el techo pero realmente no lo estaba viendo.
Estaba más perdido entre sus pensamientos.
<< ¿Se habrá dado cuenta? >>
Era muy cierto que una parte de el quería que estuviera en lo correcto y así pudiera volver con sus hermanos, pero su lado racional le decía que si era descubierto podrían matarlo e ir de inmediato por Mei.
<< Debo seguir con esto >>
Se dijo a si mismo tratando de darse ánimos y poder seguir con toda esa mentira.
Se puso de pie con cuidado, ya que aún dolía su espalda pero sabía que si se quedaba Iván podría volver y lo llenaría de preguntas, las cuales no respondería.
Obligó a su cuerpo a caminar directo a su habitación lo más rápido que pudo para después entrar y cerrar la puerta con llave. Se acercó al espejo más cercano y frente a este empezó a quitarse la parte de arriba de su traje para ver qué tan mal estaba su herida.
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Guerra en tu Interior
Ciencia FicciónYao se vió obligado a sustituir a su hermana Mei en un viaje hacia Rusia con el objetivo de servir a Iván Braginski. Tuvo que vestirse, actuar y lucir como una mujer a los ojos de los demás, pero...¿cuánto duraría así? Además Iván no ayudaba mucho e...