Nos habíamos vestido en tiempo record y bajado las escaleras justo cuando las padres de Matt cruzaban la puerta, ellos al vernos estuvieron un poco serios pero luego sonrieron.
-Oliver –hizo un suave movimiento con la cabeza dando a entender que quería una explicación-
-hola señora Kean –dijo y apretó un poco mi mano- ella es mi novia Megan, le estaba enseñando el baño
-sus aspectos dicen otra cosa –trague grueso- pero me alegra el hecho de que al fin te decidieras a tener una novia –me examino- es ella la indicada?
-claro que lo es –me sonrió-
-bueno –ella recogió su cabello- para que estés aquí significa que mi hijo a planeado una fiesta, espero no hayan destruido nada o tendrán grandes problemas
-claro que no señora Kean, nada se ha estropeado
-eso me gusta –sonrió e intento pasar a nuestro lado pero se detuvo junto a nosotros- y en otra Oliver –él la volvió a ver- lava tu boca, recuerda que tengo un muy buen olfato
El se sonrojo y no entendí muy bien porque hasta segundos después, mi cara tomo un tono rojo de seguro como el del tomate, Oliver jalo mi mano que sujetaba haciéndome salir de la casa, nos acercamos hasta la mesa de bebidas y ambos nos servimos un trago fuerte que usamos para lavar nuestras bocas, observe el vaso detenidamente mientras recorría su borde con uno de mis dedos, era notorio que luego de lo que había dicho la madre de Matt se me era algo incomodo estar a su lado en esta casa.
-Nikky!
Sali de mis pensamientos gracias a la voz de Anais, ella estaba frente a mi observándome algo preocupada, volví a ver al espacio a mi lado con disimulo percatándome de que Oliver ya no estaba ahí, mi amiga volvió a decir mi nombre esperando que volviera a la realidad y así lo hice.
-qué pasa?
-que te pasa a ti? –la volví a ver confundida-
-a que te refieres?
-chica te has hundido en tus pensamientos por veinte minutos y has ignorado a Oliver por diez, él te ha dejado aquí hundida en un sueño del cual no te puso sacar
-ignore a Oliver?
-sí, si lo hiciste
-donde está el?
-se fue luego de que lo ignoraras, dijo que tenía algo más que hacer
Recordé la foto de mi padre que mi madre me había enseñado, también recordé sus palabras “ves esta chica? –había dicho señalando a una castaña muy linda- ella estaba completamente enamorada de tu padre, todas las veces que discutimos él se iba a su casa y se la follaba en donde sea que la encontrara”, sacudí mi cabeza, Oliver debía estar a punto de hacer exactamente lo mismo, saber eso provoco una punzada en mi pecho, no importaba cuantas veces me recordara que Oliver era de todas las chicas que el considerara lo suficientemente “llamativas” para llevar a su cama, siempre algo me afectaba cuando volvía a la realidad, ¿cómo un chico podía tratarte de lo más lindo cuando estabas con él y apenas giraba se transformaba en alguien que no te conocía?, el podía llegar a ignorarte si te veía sin ningún remordimiento, ya que sabía que al final tu siempre volverías para estar con él.
-Meg!! –Volví a la realidad una vez más, esta vez Ana estaba cruzada de brazos-
-puedo saber que tanto piensas?
-no es nada –suspire y amarre mi cabello- solo ya debo irme
-estas de broma? –Negué- pero la noche recién empieza
-lo se Ana, pero a quien yo quiero no está aquí, ya no hay sentido para que me quede –suspire- mira si quieres cuando termine la fiesta vengo a recogerlas, además no pienso ir a casa aun
-estas segura de que podrás venir a recogernos?
-claro que si tonta –sonreí- ahora me voy, recuerda, solo me llamas
Mi amiga asintió y me vio irme, no sabía ni a donde ir, pero seguir en esa casa no me gustaba en lo absoluto.