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El bullicioso timbre anuncia el derecho a la retirada de los estudiantes presentes en el salón, asimismo como de todos los que están esparcidos por el establecimiento en general.

Jay guarda sin prisa sus pertenencias en su mochila y se la cuelga al hombro, yéndose del aula para esperar a que Heeseung, Jake y Sunoo también salieran de sus respectivas clases y así irse en grupo como siempre. Hacía calor, pero el viento calmo que se instaló horas atrás provocaba que fuera un poco más soportable.

Cuando los tres muchachos que estuvo esperando se encontraron junto a él, se encaminaron hasta quedar fuera de la edificación, cortando camino por todo el campus solo por pasatiempo. Camina observando a los alrededores mientras deja que la conversación entre sus tres amigos fluya a medida avanzan, sin intenciones de entrometerse en temas que incluso a él, no le incumbían al no entender a lo que se estaban refiriendo.

Frente a ellos se presenta el destino deseado, una pequeña cafetería retro que gustosamente descubrió un día mientras volvía de una clase de educación física cuando estaba de mal humor. Jay pensó que, si su ánimo mágicamente reaparecía cuando visitaba el lugar, quizás estando con personas que quiere por fin regresaría a casa con más ganas.

Disponen a sentarse en los cómodos sillones acolchados del lugar, apoyándose en el respaldo mientras Soobin toma sus órdenes. Sin querer, entra en estado de extrema relajación cuando siente al delicioso aire acondicionado golpeando de lleno contra su rostro, combatiendo el calor con el que convivió pocos minutos estando fuera.

Escucha el sonido de a campanita que resuena en todo el local cada vez que alguien pasa por la puerta, pero era algo que sucedía cada cierta cronología así que piensa que no es relevante. Heeseung, quien se encontraba compartiendo asiento junto a él, entrecierra ligeramente sus ojos antes de dirigirse a Jake, quien se daba manotazos juguetones con Sunoo como de costumbre.

''Jake, ¿ese no es tu novio?'' le pregunta el mayor.

El nombrado se gira como puede (porque estaba en el asiento de en frente y era más difícil tener buena visión de lo que sucedía alrededor) y asiente con emoción.

Jay lo conocía, la presencia de Sunghoon no podía pasar desapercibida incluso si hubiese mil personas rodeándolo. Sin embargo, no viene solo.

Un muchachito azabache lo acompaña, riendo hasta provocar que sus ojitos se afinaran más de lo debido y unos encantadores hoyuelos adornaran su fino rostro mientras toma asiento junto a Sunghoon.

Incluso si Soobin dejara en frente la deliciosa malteada de vainilla y crema batida favorita de Jay, increíblemente, aquel dulce acompañamiento pasó a formar un segundo plano.

La voz de su amigo australiano llama suave al nombre del joven patinador, agitando su mano en forma de saludo el cual es correspondido de inmediato junto a una brillante sonrisa. Al igual que Jake, Heeseung y Sunoo saludan amablemente al noviecito del castaño.

No obstante, Jay solo puede observar al muchacho azabache, como si estuviera guardando su rostro en su mente. Tal vez debería ser educado y saludar de igual forma a la pareja de su amigo, pero algo muy dentro de él le pide que por ninguna circunstancia aparte la vista; mucho menos cuando el bonito chico cruza su mirada con la suya.

Aspira la fragancia vainilla proveniente del aperitivo que espera a ser degustado, el cual así quedó al menos hasta el momento en el que sus amigos comenzaron a molestarlo con chiflidos nada disimulados y un buen zarandeo de hombros de parte de Heeseung por quedarse embobado viendo al chico, haciéndolo enrojecer furiosamente.

Los ángeles existían y Jay acababa de comprobarlo.

Velvety ||JayWon||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora